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Tres escritoras debaten sobre mujer, feminismo y literatura

Tendrá lugar mañana por la tarde en el Rincón Cultural de Dinosaurio Mall la charla «Esa voz que nos crece… El arte de narrar en el universo femenino», que contará con la presencia de Reyna Carranza, Brianna Callum e Isabel Lagger. Cada una desde su lugar, como mujeres y autoras, charlaron en la previa del encuentro sobre: literatura femenina, cómo escriben las mujeres y cuánto de feminismo hay en el mundo de las letras.

 

 

 

El mes de marzo es, hace algunos años, un momento particular para pensar y pensarse como mujeres. El 8M se fue consolidando en el tiempo, y si bien comenzó como una efemérides que recordaba la muerte de obreras norteamericanas que pagaron con su vida la lucha por mejoras salariales, la fuerza simbólica de aquella imagen en el tiempo se trasladó hasta la actualidad como un viento que arrastra preguntas que nos seguimos haciendo y de desigualdades que seguimos soportando.

 

Desde Babilonia entonces tomamos la posta y nos dejamos interpelar, y los interrogantes se convierten así en tópicos desde los cuales miramos hacia atrás y podemos ver lo que significaron para la literatura mujeres valientes que supieron revelarse frente a una sociedad que les dejaba poco margen para expresarse, consiguiendo muy de a poco construir un perfil como escritoras que tenían sus propias historias para contar.

Porque que las mujeres siempre fueron fuente de narración, eso es sabido, sin embargo, la profesionalización de ellas se dio sólo cuando hubo un cúmulo de testarudas que se animaron a dar los primeros pasos.

 

Por eso mañana por la tarde, en el Rincón Cultural de Dinosaurio Mall, y abriendo la temporada 2018 de nuestros encuentros, Babilonia presenta la charla “Esa voz que nos crece…» que contará con la presencia de las escritoras Reyna Carranza, Brianna Callum e Isabel Lagger, quienes tienen mucho para compartir y debatir sobre la literatura en manos de mujeres.

 

Y en la sección de entrevistas, haciendo una previa del encuentro, les preguntamos a cada una de ellas sobre su necesidad de escribir siendo mujeres, lo que le debe la literatura a las luchas feministas y de lo que aún queda por conseguir.

 

– Partiendo de la idea de que la literatura es un acto a voluntad, ¿cuándo sintieron la necesidad/deseo de escribir? ¿Tuvo que ver con alguna etapa en particular en su vida como mujeres?

 

– Isabel Lagger (I.L.) Hace 25 años trabajaba en El Diario de Carlos Paz. Al principio, redactando notas simples. Luego, cuando sacamos un suplemento cultural, incrementando la rutina diaria de manera exponencial. Ese fue el disparador de mi escritura. Al abandonar la redacción, mil ideas rondaban por mi cabeza y me aboqué a escribirlas. Así surgieron los primeros libros, con el valor agregado de obtener premios que me permitieron publicar. Me encontraba en una etapa ideal de la vida, con tiempo, energías y entusiasmo, y no hice más que hacerle espacio a mis historias. Las mismas, tal vez, que imaginaba de chica, que pasaron a ser un acto cotidiano.

 

– Reyna Carranza (R.C.) El deseo, o mejor, la necesidad de escribir fue creciendo conmigo. En la adolescencia llenaba cuadernos con reflexiones propias, una que otra pena, que al volcarla al papel me parecía dolían menos;  o copiaba textos ajenos que me habían impactado de manera especial. Fue alrededor de las 23 años que siguiendo esa inclinación me puse a escribir y cuando quise acordar, casi sin darme cuenta, había escrito una novela: «Para ahogar un loco amor», cuya estructura tiene algo de diario íntimo.

 

– Brianna Callum (B. C.) Desde pequeña tuve el deseo de escribir. Sin embargo, fue ya de adulta cuando comencé a plasmar en papel las historias que desde hacía años vivían en mi mente. Esto ocurrió en un período en el que sentí la necesidad de hacer lo que siempre me había gustado, pero que yo misma, debido a la autocrítica, había reprimido”.

– Se habla mucho de literatura femenina, ¿creen ustedes que los relatos escritos por mujeres tienen alguna particularidad? ¿Qué los diferencia de los escritos por hombres? ¿Por qué?

 

R. C. -No creo que haya la menor diferencia. Da lo mismo que escriba un hombre o una mujer, la diferencia en literatura es si la historia es entretenida y, SOBRETODO, que esté bien escrita. Nada más. Eso es todo.

 

I.L. – Las clasificaciones son siempre discrecionales. Se habla de literatura femenina, policial, romántica, y tantas otras, para orientar al posible lector pero ¿es literatura femenina la que escriben las mujeres? Prefiero hablar de literatura, o de escritura, más allá de que sea hombre o mujer el que ofrezca su obra. No niego que se haya impuesto culturalmente el etiquetamiento, y que se asegure, por ejemplo, que las mujeres tenemos una mirada más sensible, o que prestamos atención a detalles que pasan inadvertidos para un varón. Yo tengo reparos sobre ello. Hay obras intensas y minuciosas pergeñadas por hombres, del mismo modo que escritos austeros y si se quiere duros pertenecientes a mujeres. Afortunadamente vivimos en un tiempo sin tantos condicionamientos y cada quien se expresa como quiere o como puede. Desde la temática que elije hasta la forma en que presenta sus tramas.

 

B. C. – Creo que sí. La literatura femenina pretende reflejar el lugar de la mujer en el mundo: sus sentimientos y emociones, sus vivencias… Todo contado con su propia voz y desde su experiencia, y esto me parece que es lo que los diferencia de los relatos escritos por una pluma masculina. Hombres y mujeres percibimos el mundo desde distinta óptica, ni mejor ni peor, solo distinta, y es natural que sea así.

 

– Escribir bajo seudónimos, postergar ediciones, vender derechos, alejarse de una vida social y sus mandatos, las críticas de otras mujeres, ¿cuáles creen que fueron las situaciones más difíciles que debieron soportar aquellas primeras mujeres que decidieron dedicarse a la literatura? 

 

I.L. – “Has recorrido un largo camino, muchacha”, decía una propaganda en los ´60. Nada más cierto. Las luchas por equiparación de derechos, por ser visibilizadas, por ser tenidas en cuenta, continúan pero en nada se compara con las que llevaron a cabo nuestras predecesoras. Mujeres valientes hubo y habrá, y en el terreno de la escritura las cosas no fueron distintas. Era común utilizar nombres masculinos para presentar un trabajo en una editorial. De todos modos, cuando la carrera evolutiva cobró mayor impulso social, empezó a aceptarse que las chicas escribieran. Muchas lo hicieron a partir de diarios personales, otras amparadas en revistas de corazón o presentando sus ideas como anecdotarios. Y ya no se detuvo más esa carrera. Tengo plena conciencia de que se ha avanzado aunque el movimiento deberá abarcar a muchas más mujeres. Hay que vencer la instancia desigual.

 

R. C. – Históricamente a las mujeres se les negó el acceso al conocimiento. Tenían prohibido aprender, no así los hombres. Todavía a comienzos del siglo XX estaba mal visto que una mujer escribiera un libro, y peor aún que lo publicara. Sin embargo, hubo muchos casos notorios de rebeldía y coraje.

 

B. C. – Vivimos en un mundo concebido desde el patriarcado y el machismo que pretende ir cambiando. Al día de hoy son muchos los derechos que ganamos las mujeres, pero aquellas primeras que decidieron dedicarse a la literatura no tenían la libertad de pensamiento y expresión que tenemos hoy, ya sea por mandatos culturales como religiosos. Creo que esa es la situación más difícil que tuvieron que afrontar y que engloba a todas las otras: la de la libre expresión y pensamiento.

Son muchas las autoras que podría nombrar como ejemplos: Jane Austen, Virginia Woolf, Louisa May Alcott…

 

– Si el feminismo es un movimiento que buscar luchar por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, ¿en qué ayuda la literatura escrita por mujeres?

 

I.L- La literatura escrita por mujeres es un gran motor a propulsión para los movimientos igualitarios. Hoy las más jóvenes se lanzan confiadas a hacer lo que antes no podía lograrse. Yo empecé a publicar a los cincuenta de modo que no tuve freno u objeción que sobrepasar. El camino estaba despejado. Tengo sí en cuenta que me corresponde, desde el pequeño lugar que ocupo, impulsar los saltos que hacen falta todavía. Hay libertades y derechos amordazados que podemos liberar con las palabras. O hacer el intento por lo menos.

 

R.C – Creo que la lucha por la igualdad de derechos alcanza todos los órdenes. En el terreno literario, publicaciones, políticas editoriales, etc; no advierto injusticia, pero no me extrañaría que las hubiera.

 

B. C. -La literatura escrita por mujeres ayuda a mostrar el mundo femenino desde una óptica realista y, a partir de conocer distintas vivencias, tomar conciencia y hacer lo que esté en nuestras manos para alcanzar la igualdad de derechos. Por ejemplo, se me ocurre mencionar que, un gran aporte para este cambio es criar hijos que respeten a todos por igual, tanto a mujeres como a hombres; es decir, no inculcar la cultura machista desde la cuna.

 

La charla será a las 17 en el Rincón Cultural de Dinosaurio Mall, y la entrada es libre y gratuita (a disponibilidad de la sala). 

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