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Sergio Neglia: "No todo es técnica, como bailarín también tenés que saber apreciar la música"

 

Hace ya algunos años el maestro, bailarín y coreógrafo argentino -radicado en Estados Unidos- visita nuestra ciudad con el objetivo de otorgar becas a estudiantes argentinos para el Neglia Ballet Artists and Conservatory of Ballet 

En Babilonia hablamos con Neglia quien en estos días se encuentra también dictando unas clases en el estudio Danza Viva.  

 

 

 

 

 

Este año serán 30 chicos y chicas los afortunados de ganarse una beca para estudiar en Estados Unidos por un mes y medio. Tendrán al mismo Neglia como maestro y a otros profesores del equipo de trabajo en Buffalo (EE.UU.). Vivirán cinco semanas de clases intensivas, desde las 9 de la mañana hasta las 4 de la tarde.

 

Considerado uno de los grandes maestros de ballet a nivel mundial, Sergio Neglia es bailarín y coreógrafo. También receptor de un importante legado: es hijo del famoso primer bailarín del Teatro Colón, José Neglia, fallecido en un accidente aéreo en 1971.

 

Estudió, aunque él mismo confiesa que no le gustaba estudiar, en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. Tuvo la oportunidad de perfeccionarse con Rodolfo Fontán y Mario Galizzi, y ya en el exterior, con Georges Balanchine, entre otros. Continuó sus estudios en la Academia del Ballet Bolshoi en la Unión Soviética y en la School of American Ballet en Estados Unidos.

 

Desde 1994, es director artístico del Neglia Ballet Artists and Conservatory of Ballet de Buffalo en Estados Unidos Y entre sus creaciones coreográficas  están: “Espartaco”, “Don Quijote”, “Baba Yaga”, “Romeo y Julieta”, “El Cascanueces”.

 

 

 

-En tu paso por Córdoba venís a dar becas a estudiantes ¿Cómo surgieron estas becas para argentinos? 

-Lo de las becas nació porque yo me crié en el teatro. Nací y apenas nací me llevaron al teatro, a la semana. Y desde siempre me gustó la danza, no estudiar. Me gustaba bailar pero no estudiar. Y cuando mi papá fallece, mi mamá me inscribe en el Colón, a los 9 años. No me trataron bien en el teatro, yo sé que era un chico rebelde, pero no me trataron bien. Y me fui por una beca al exterior. Las cosas buenas que me pasaron en mi infancia fueron más por personas de afuera que de Buenos Aires. Me fui por muchos años (volví por el Servicio Militar) y regresé a Estados Unidos. Después de años de trabajar pensé: «ya que estoy acá, se podría dar oportunidades a chicos y chicas de cualquier condición social que tengan talento». Quería buscar un talento al que le pueda dar algo. Lo hablamos con con mi equipo y me dijeron que sí, así que comenzamos a buscar un fondo.

Yo no pierdo nada, gano un montón, y mi compañía es sin fin de lucro. Empecé por 10 becas, después fueron 15 y después 30. Hoy son 30 chicos o chicas que se van allá por un mes a estudiar conmigo y con mi panel. 

 

-Se trata de devolver lo que uno recibió…

-El argentino para mí está allá arriba. Siempre tuvimos problemas pero yo soy muy orgulloso de ser argentino. Y no soy americano todavía, después de 30 y pico de años. Yo serví a mi patria en muchas maneras. Y creo que tengo mucho para dar todavía como bailarín y artista. Te diría que soy un típico argentino. Amo nuestra cultura, mis hijos la aman: el mate, las boleadoras, la zamba, la vaguala, la vidala.

 

 

 

-Y a la hora de seleccionar a un bailarín para estas becas ¿vos que tenés en cuenta?

-Te vas a querer morir (se ríe) porque lo que yo busco en un bailarín es totalmente contrario a lo que otros buscan. Yo no busco el mejor pie, ni los mejores pasos, ni piruetas. Yo estoy mirando a los que no están bailando, a los que están parados escuchando las correcciones, los que están atentos a la clase. No miro sólo a los que están demostrando. Hay muchos factores que me llaman la atención. Lo que busco es todo un conjunto, mi sistema de entrenamiento es un poco más complicado.

Estoy orgulloso de los productos que he sacado. No necesitás ser una Paloma Herrera de cuerpo para ser gran bailarina. Mirá a Marianela Nuñez, no tiene ese cuerpo y la ves en el escenario y te querés morir. Además el tema es la mentalidad. Ahora es muy comercial todo, medallita acá, medallita allá. Por eso también mis becas van más allá de eso.

 

-En función de lo que contás, y más allá de la técnica, ¿cuáles son las habilidades que debe tener un bailarín?

-Yo creo que lo primero es el sentido común y el respeto. Hoy los alumnos en general no se respetan, hay mucha altanería, se creen más. Hoy ganás dos medallitas y ya sos mejor bailarín, te hacés el canchero y no respetás a tus maestros. Lo que yo busco es respeto a uno mismo, y al otro, al prójimo, al maestro.

 

(Entre risas y con gesto humilde agrega: “Yo no soy maestro, para ser maestro tener que ser muy groso. Que le digan maestro a otros, a mi ‘Sergio’ está bien”.

 

«También es importantísima la musicalidad, la destreza artística, el sentimiento. No todo es paso, no es sólo técnica. Como bailarín tenés que apreciar la música, sentir, tener amor. La corrección que es para uno, también es para vos, para otros. Son todas cosas que cuando lo chicos van a Estados Unidos aprovechan, vienen con más conocimiento global. 

Los padres de mis alumnos están agradecidos por la formación mental, humana, disciplinaria. Es una disciplina moral, mas allá del ballet». 

 

Danza y literatura

 

-Muchas de las grandes obras y puestas escénicas desde el ballet están basadas en literatura ¿Hay alguna obra literaria que te movilizó para armar una puesta de danza?

-¡Si! Baba Yaga por ejemplo. Es una obra muy terrorífica tradicional de los rusos, aunque no solo rusa. Es muy poderosa. Esa obra – con la música, leyendo la historia- decidí hacerla para Halloween. Y así fue.

También me gusta Edgar Allan Poe y quiero crear algo para chicos con sus textos. Además hice mi propio Romeo y Julieta, mi propio Espartaco también. Yo no copio.

 

 

– ¿Te gusta leer? ¿Cómo elegís tus lecturas?

– Me gusta leer pero no por recomendaciones. Odio las recomendaciones (se ríe). Me gusta estar seguro de lo que yo hago, de lo que yo elijo. Y me fascinan las librerías, el olor de las librerías. Me gustan los clásicos, me gusta lo viejo. Voy a la librería y siento que hay libros que te llaman. Los libros tienen algo que te atraen, es una atracción. Lo mismo que las coreografías: si no estás atraído por la coreografía no se puede hacer. Tiene que haber una atracción, y en los libros me pasa lo mismo, tiene que haber esa atracción. Aunque no soy de tragar libros, te metes adentro del libro, en la historia.

 

– ¿Te ves volviendo a la Argentina a bailar? 

– Yo bailé acá en el 2011, ahora también podría. Me dijeron en Rosario de hacer algo. Lo que pasa es que mi tarea en Estados Unidos como director es mucha. Yo quería venir, no es tan fácil. Pero siempre puede ser, hay que ver el dónde y el cuándo.

 

Seminario Intensivo

 

Cabe destacar que desde ayer y hasta el sábado, el maestro Sergio Neglia está dictando en el estudio Danza Viva de nuestra ciudad un seminario intensivo para los niveles Intermedio I, Intermedio II y Avanzado.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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