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Novelas sobre amores reales y de ficción

 

En Babilonia Literaria dialogamos con Gabriela Margall y Andrea Milano, dos referentes de la novela romántica.

La primera publicó a fines de 2017 «Huellas en el desierto» que narra la historia de amor entre Agatha Christie y el arqueólogo Max Mallowan. La segunda crea una galería de personajes ficticios que en «En brazos de mi enemigo» viven encuentros y desencuentros sentimentales durante las últimas décadas de 1800 . 

  

 

 

 

 

Un arquéologo y una escritora, se ven envueltos en un romance en medio del desierto de Irak.

Una joven es obligada a casarse con quien no ama y queda en medio de dos hombres intensos, a fines de 1800. 

 

Dos relatos diferentes. Dos escenarios diferentes. Protagonistas que oscilan entre la realidad y la ficción. ¿Qué tienen en común estas novelas? El amor como fuente de sustento narrativo.

 

“Huellas en el desierto” de Gabriela Margall y “En brazos del enemigo” de Andrea Milano son dos libros que salieron en el verano y que actualmente siguen conquistando a los lectores.

Margall se anima a indagar -en base a un muy buen trabajo de investigación- sobre el romance que mantuvieron Agatha Christie (la famosa escritora de policiales) y el arqueólogo Max Mallowan en Oriente.

Milano regresa a las relaciones intensas y conflictivas -con un fuerte contenido erótico- en un escenario  revolucionario a fines de la presidencia de Sarmiento.

Ambas autoras, referentes indiscutidas del género romántico-histórico, hablan de sus libros con Babilonia Literaria.

 

 

 

 

Gabriela Margall: “En ocasiones era más sencillo trabajar con Max que con las novelas de Agatha Christie”

 

 

– ¿Cómo surgió la idea de escribir una historia romántica con Agatha Christie como protagonista?

– Conocía la historia, me la había contado muchas veces mi titular de cátedra en la facultad, que es fanático de Agatha Christie, pero nunca le había prestado atención. Hasta que un día en uno de esos links que uno sigue por Twitter la redescubrí, la investigué más en profundidad y decidí que tenía que escribirla porque era una historia preciosa que muy poca gente conocía.

Mi especialización en la facultad fue asiriología, la disciplina a la que se dedica Max Mallowan, el arqueólogo que conoce Agatha Christie en Irak. Investigar, por esa razón, fue un gran placer porque fue revivir estudios y temas que ya había trabajado durante mis años de docencia en la Universidad de Buenos Aires. Y en ocasiones era más sencillo trabajar con Max y sus conocimientos que con las novelas de Agatha Christie. Fue un gran placer investigar para este libro.

 

 

– ¿Qué desafíos te representó escribir una novela cuya protagonista es alguien tan conocido? 

– Fue un gran desafío porque sentía que tenía que estar a la altura de las expectativas de la gente que era fan de Agatha Christie, sobre todo porque sé que son muy celosos de su autora favorita. No quería que se convirtiera en una novela de misterio -aunque hay un misterio dando vueltas- sino en una novela de amor, que es lo que me gusta escribir. Eso también fue un desafío. Y como siempre, encontrar mi propia voz cuando trabajo con alguien real. A veces, las voces reales pueden hacerse lugar cuando debe ser la propia la que escribe.

 

 

Andrea Milano: “En esta novela en particular, el erotismo está muy marcado”.

 

 

– En tu caso Andrea, ¿qué te motivó a escribir «En brazos de mi enemigo»?

– Una vez que tuve bien claro en qué época iba a situar la novela, decidí que uno de los personajes más fuertes fuese el masculino. Todo lo contrario a lo que planteé en “Embrujo Gitano”, que se centró en la historia y la lucha de dos mujeres en distintos momentos de la historia argentina. A través de este personaje, Rafael, pude enhebrar una trama fuerte, en donde el desamor y la culpa se convierten en dos de los ejes principales de la novela.

 

– ¿Cómo definirías a los protagonistas? 

–  “En brazos de mi enemigo” narra un triángulo amoroso y cada uno de sus protagonistas, tiene lo suyo. Son personajes muy apasionados y viscerales.

Rafael es un hombre atormentado por la culpa y su propio pasado; Gonzalo, un muchacho humilde con fuertes ideales políticos, y Pilar, una joven de buena familia, capaz de hacer cualquier cosa para impedir que su padre la una a un hombre al que no quiere.

 

– Es una novela muy pasional e intensa. A la hora de escribir ¿qué lugar ocupa el erotismo en tus relatos?

– En esta novela en particular, el erotismo está muy marcado. Contrasta con la candidez de Pilar, una jovencita que provoca la pasión de dos hombres, al mismo tiempo que empieza a descubrir su propia sexualidad.

 

 

 

Escribiendo el amor

 

Especialistas en el género con sus diversas variables (histórico, erótico, policial), ambas hablan sobre el amor como combustible esencial de sus narraciones. 

 

 

– ¿Qué las motiva a pensar una historia que, en mayor o menor medida, está atravesada por el romance?

– Andrea Milano: Soy una enamorada del género romántico, y como tal, siempre habrá una o varias historias de amor en mis novelas. Incluso en mis policiales, el amor es casi tan protagonista como el misterio a resolver. 

– Gabriela Margall: En realidad lo que me gusta es escribir la historia de un amor. Me gusta descubrir ese proceso a través del que dos personas descubren que la otra es diferente del resto y única en el mundo, ver qué pasa con ese sentimiento y en qué situación se da. Es casi una investigación.

 

– ¿Hay fórmulas para escribir una historia de amor?

– Gabriela Margall: Para mí no porque cada amor es diferente con cada persona. Así que cada personaje ama de un modo distinto.

– Andrea Milano: Creo que, en el amor, dos más dos, nunca son cuatro. No sé si existen las fórmulas, lo que si no pueden faltar a la hora de contar una linda historia de amor son ciertos ingredientes como la pasión, los sentimientos intensos, los desencuentros, la malicia de un tercero, la complicidad entre los protagonistas y tantos otros detalles que hacen tan especial a la novela romántica.

 

-¿Por qué puede fallar una novela de amor?

-Andrea Milano: Puede fallar cuando se fuerzan ciertas situaciones o se precipitan acontecimientos demasiado temprano en la trama. Hay que saber ir despacio, envolviendo al lector a través de las páginas para que se enamore de la historia y de los personajes.

-Gabriela Margall: No sé por qué falla para otras personas pero sé por qué en mi caso una historia de amor (novela, película, serie) no funciona: porque no hay conflicto y está todo resuelto desde el momento cero.

 

 

 

Sobre libros, películas y series 

 

A modo de ping ping de preguntas y respuestas, cada una hizo por separado este cuestionario. Sin embargo surgieron algunas coincidencias interesantes: Milano es fanática de Agatha Christie (personaje protagónico de la novela «Huellas en el desierto» de Margall) y ambas eligieron a «Mujercitas» de Alcott como uno de los libros iniciáticos. 

 

 

 

– ¿Qué libro/s leyeron durante el verano?

– Andrea Milano: Poca lectura por ocio y mucho texto para documentarme para mi próxima novela histórica que transcurre en la provincia de Córdoba. Sí arranqué con la trilogía del Baztan de Dolores Redondo, estoy leyendo “El guardián invisible”.

-Gabriela Margall: Leí “La mujer que escribió Frankenstein” de Esther Cross. Un libro increíble.

 

-¿Qué libro o libros las marcaron como lectoras?

– Gabriela Margall: “Mujercitas” de Alcott, “La Edad de la Inocencia” de Wharton, “Ficciones” de Borges, “Boquitas Pintadas” de Manuel Puig, “Persuasión” de Austen, “Alicia tras el Espejo” de Carroll.

-Andrea Milano: Como lectora, pero también como escritora, “Mujercitas” de Louise May Alcott, que lo leí de niña. Cuando me inicié en la lectura de novela romántica, “El caballero de la brillante armadura” de Jude Deveraux. Y cuando me adentré en la literatura policial, “Diez negritos” de Agatha Christie.

 

-¿Qué película romántica recomendarían?

– Andrea Milano: Dos clásicos, “Lo que el viento se llevó” y “Casablanca”. Son películas que siempre me dan ganas de volver a ver.  

– Gabriela Margall: Mi favorita es “Tienes un e-mail” con Tom Hanks y Meg Ryan. No me canso de verla

 

– Y ahora que están tan de moda las series, ¿cuáles sugerirían? 

-Gabriela Margall: Estoy viendo en Netflix una serie surcoreana que se llama “Secret Healer”: tiene romance, intrigas palaciegas, hechicería, drama, y un poco de artes marciales. Estoy fascinada con la historia, la música, el vestuario y el maquillaje.

– Andrea Milano: “Broen”, un excelente thriller nórdico, la versión original de “The Bridge”, y un drama de época “Downton Abbey”. Dos series totalmente opuestas, pero igual de atrapantes.

 

-¿Tienen algún autor autor o autora favorito/a?

-Gabriela Margall: Creo que llegué a un punto en la vida en el que no tengo autores favoritos, sino libros favoritos. A los que mencioné antes puedo agregar: “La Odisea” de Homero, “Solaris” de Stanislaw Lem, “El Juguete Rabioso” de Roberto Arlt, “Orgullo y Prejuicio” de Jane Austen, “Jane Eyre” de Charlotte Brontë y seguramente hay más que no recuerdo. La lista, por suerte, sigue agrandándose.

-Andrea Milano: ¡Difícil elegir solo uno! Sin embargo, si hay una autora a la que siempre vuelvo y me doy el lujo de homenajear en la saga de Greta Lindberg que escribo bajo el seudónimo de Lena Svensson, es la Dama del Misterio, la gran Agatha Christie.

 

¿Qué estás leyendo actualmente?

-Andrea Milano: Mi nueva novela, “En brazos de mi enemigo”. Es un ritual que sigo cada vez que publico un libro… releerlo apenas sale editado.

-Gabriela Margall: En este momento nada, estoy trabajando en un proyecto y me saca las horas de lectura. Pero tengo en la mesa de luz “Frankenstein” de Mary Shelley. Es una historia tan conocida que me sorprende no haberla leído antes. Pero siempre estoy dispuesta a leer clásicos, son mi lectura favorita.

 

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