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"Safe": todos son sospechosos

La serie, que estrenó vía Netflix hace una semana, marca el regreso de Michael C. Hall a la pantalla chica luego de ocho temporadas en «Dexter», pero el protagonista no sobresale como se espera. Exagerados vuelcos en la historia quitan fuerza a su desenlace final.

 

 

El concepto de «karma» puede ser entendido como una ley de causa y efecto, por la cual todo lo que se manifiesta en nuestras vidas es resultado de nuestras acciones en el pasado. La palabra, utilizada por la mujer enferma de Tom Delaney, el protagonista de la serie, explica mucho del universo de “Safe”. Todos buscan expiar la culpa que cargan de la adolescencia de alguna manera en su fase adulta. El nuevo suspenso de Netflix, lanzado el pasado 10 de mayo, fue escrito por el autor de novelas negras Harlan Coben y la serie gira alrededor del desaparecimiento misterioso de una adolescente que será el detonante para que muchos secretos de un exclusivo vecindario inglés salgan a la luz.  

 

Tom Delaney es un médico viudo que luego de la muerte de su esposa siente que su vida da un giro de 360 grados. Sumado  esto, un día su hija, Jenny Delaney – en la piel de la actriz Amy James-Kelly – le dice que irá a encontrarse con unos amigos, pero nunca regresa al hogar. El acontecimiento hará que él empiece una corrida contra el tiempo en donde hará de todo para traerla de vuelta.

 

El personaje de Tom marca el regreso de Michael C. Hall como protagonista de una serie “televisiva”, luego de haber sido conocido por la audiencia como el asesino justiciero Dexter, que interpretó por casi una década. Sin embargo, el rol de padre desesperado no lo hace brillar. A Tom, muchas veces, le falta emoción y la desconexión del personaje con su mujer e hijas traspasa la pantalla. Es solamente a partir del tercer episodio que C. Hall empieza a demostrar su potencial dramático, pero no llega a la altura del criminal que fue en el pasado. Un detalle a tener en consideración es que el intérprete norteamericano tuvo que desarrollar un acento inglés para componer el papel.    

 

Intrincadamente insertados al incidente está la familia Chahal. El hijo más grande, Chris, es el novio de Jenny y será la primera pieza de una serie de delitos. Sus padres, Zoe y Neil -Audrey Fleurot y Joplin Sibtain-  regalan a la audiencia grandes performances y las escenas más enternecedoras, ya sea por la credibilidad de sus reacciones o por la complejidad que brindan a su decadente matrimonio.

 

Quien también se destaca es Marc Warren como el mejor amigo de Tom, Pete Mayfield, quien lo ayuda a desplegar una investigación paralela a la realizada por la policía para encontrar la joven. Pero el problema de la serie no son las actuaciones, en general muy bien entregadas y conmovedoras, sino la relevancia de tantas historias paralelas al interrogante central: ¿Dónde está Jenny Delaney y por qué desapareció?

 

“Safe” transcurre en un barrio cerrado de clase media alta, y a pesar del tono preponderantemente serio, hace acordar a la extinta serie de humor ácido norteamericana Desperate Housewives, pero de esta vez en Inglaterra. Las similitudes no quedan solo en la ambientación, sino en las mentiras y secretos de los vecinos, que sirven de motor al enredo. Igualmente se puede trazar un paralelo con Dark, el thriller alemán de Netflix que también se utiliza de flashbacks entre el pasado y el presente para dar forma al relato, pero mejor realizado en lo que retrata los enigmas de un pequeño número de vecinos que están todos conectados a las desapariciones que intentan solucionar.   

 

La relación padres-hijos es la piedra en que se asienta “Safe” y la família Delaney es solo la primera que conforma el intrincado rompecabezas de aquella comunidad. La serie levanta cuestionamientos importantes acerca de los límites morales -y hasta legales- que cualquier persona podría cruzar con los fines de proteger a los que ama. La familia Marshall es la que rompe de forma más descarnada esas líneas y es encargada de secuencias tan absurdas como cómicas que quiebran la sobriedad de la serie.

 

La temática de las barreras también está presente en los muros del country, en las cámaras de seguridad del barrio, de locales privados y de las calles, en las redes sociales y en los smartphones, que problematizan acerca de la invasión de la privacidad constante, consecuente de las nuevas tecnologías a los que todos están condicionados.

 

Otra de las madres de “Safe” es la detective Sophie Mason -Amanda Abbington de la serie británica Sherlock- responsable por conducir la investigación por la desaparición de Jenny. No solo encabeza la búsqueda, sino que tendrá un papel fundamental en la trama tanto por su relación con Tom, como por los propios misterios que oculta.  

 

El thriller está marcado por un ritmo rápido que construye la tensión, con muchos giros, personajes y los famosos cliffhangers – escenas que dejan una gran interrogante al final de los capítulos y que sirven para hacer con que el espectador quiera ver otro episodio inmediatamente para obtener una respuesta. Si bien en el inicio las muchas aristas suman al suspenso, la ecuación de nueva teoría más ágil resolución llega a ser cansadora y repetitiva en su desarrollo. El público solo queda atrapado y termina de mirar los ocho episodios porque después de tantas torceduras quiere descubrir la conclusión. El último episodio tiene dos sorpresas y dejo a criterio de los lectores contestarme si fueron obvios o no. 

 

 

 

 

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