7 razones para ver "El hijo"

En abril de este 2019 estrenó en Argentina la película «El hijo», dirigida por Sebastián Schindel, basada en la nouvelle «Una madre protectora», de Guillermo Martínez. Este film, que hará que un suspenso incómodo no te abandone, ni si quiera después del final, ya se puede ver en Netflix y nosotras te damos 7 buenas razones para que no te la pierdas.

 

 

1. La historia posee una trama atrapante, incómoda y fascinante. Se trata de un thriller psicológico en el que Lorenzo, un bohemio pintor cincuentón se encuentra ansioso por la llegada del hijo que tendrá con su nueva esposa, una danesa llamada Sigrir. El problema surge cuando ella, desde el embarazo, comienza a tener conductas extrañas: lo aísla respecto de las decisiones del niño y su hogar, no permite que su hijo salga de una habitación o tenga contacto con él, ni realice cosas cotidianas como visitar a un médico. Su actitud se torna peligrosa y esto hace que el protagonista viva situaciones desesperantes. 

 

2. Es una producción del cine argentino de excelente calidad, realizada por Buffalo Films y DirecTV. Dirigida por Sebastián Schindel (quién también dirigió «El patrón: radiografía de un crimen») cada escena logra que el espectador sienta el vértigo del protagonista de vivir entre la locura y la cordura, sin saber qué tan oscuro será el final. El suspenso y drama no desaparecen en ningún momento y el rol del espectador es activo al tratar de comprender qué ocurre en realidad.

 

3. Un sólido elenco, encabezado por Joaquín Furriel, defiende este relato complejo y por momento sórdido, compuesto también por  Martina Gusmán, Luciano Cáceres, la actriz noruega Heidi Toini y Regina Lamm. Muchas veces encasillado en su rol de «galán», por su buen parecido y porte, Furriel quedó injustamente relegado del cine dramático, y esta es una muy buena oportunidad de disfrutar de su amplio espectro actoral, que lo ha llevado, incluso a brillar actualmente en el teatro San Martín con la excelente puesta de «Hamlet». 

 

4. La banda sonora, compuesta por Iván Wyszogrod, es otro de los puntos que se suma este film para generar escenas que nos llevan al límite entre lo que vemos y creemos ver. Trucos, que hacen la esencia sombría de la película. 

 

 

 

5. La película invita a la reflexión respecto a la importancia del idioma, las diferencias culturales y lo vital del «conocer» al otro. El idioma es crucial en este film porque el protagonista no entiende lo que ocurre en su propia casa ya que su mujer, que es extranjera, habla con la matrona a la que instaló en la vivienda, en noruego. Ellas traman, deliberan y conviven en un idioma que él desconoce, quedando fuera de su propia realidad: su hijo. El hecho de que la vida de Lorenzo cambie rotundamente, velozmente y en picada, por la maliciosa mente de la mujer que eligió para compartir su vida y tener un hijo, plantea un panorama desolador respecto a cómo saber cuándo realmente se conoce a alguien, cuál es la seguridad de no caer en una trampa como la que atraviesa el protagonista.

 

6. Como en todo buen final de film de suspenso, la película te hará querer volver atrás, ver una y otra vez la historia para atar cabos que quedaron sin unir y también despertará la pregunta sobre el por qué narrar una historia de esta manera. Un desenlace frío, tenso, oscuro, da respuestas pero no las suficientes para volver en paz de la cotidianeidad. ¿Esto estará ocurriendo en algún lugar? ¿Podría pasarme? ¿Cómo reaccionaría si la vida de mi hijo estuviese en juego de esta manera? ¿Hasta donde confiaría como amigo, en una situación así? ¿Cómo no volverse loco? ¿Qué pasó después? Estas pueden ser solo algunas de las preguntas te dejará «El hijo», una película que vale la tensión, ver.

 

7. Por último, y no menos importante, el guión de la película -a cargo de Leonel D’Agostino, autor de ciclos de suspenso para TV como «Tiempo final», «Cromos» y la película «Nieve negra»-, estuvo basado en la nouvelle «Una madre protectora», de Guillermo Martínez. D´agostino ya estuvo en la adaptación de libros a la pantalla, ya que fue guionista del logrado ciclo «Los 7 locos» y «Los lanzallamas», que llevó a la tevé los clásicos de Roberto Arlt y vuelve a apostar en esta oportunidad por un escritor nacional aplaudido en el mundo. Aquí, toma un pequeño (y contundente) relato de Guillermo Martínez, que integra el libro «Una felicidad repulsiva», edición que obtuvo ni más ni menos que el premio en el certamen de cuentos de Gabriel García Márquez. Recomendamos, entonces, después de ver el filme (o antes) pasarse por la biblioteca o librería más cercana y descubrir un autor que construye tramas intensas y oscuras y, por supuesto, inolvidables.

 

 

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