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Peaky Blinders, cuando lo gangster se vuelve cool

La premiada serie británica creada por Steven Knight sigue sumando público en esta parte del mundo y desde Netflix ya confirmaron que la quinta temporada se verá en el 2019 luego de su estreno en la BBC. Aquí un análisis de su trama, que nos seduce con mafiosos y delincuentes surgidos en Birmingham tras la Gran Guerra, tan atractivos como despiadados.

 

Una trama sin fisuras, una fotografía que no escatima en detalles y reconstrucciones, una dirección ajustada de los actores y personajes construidos desde los cimientos que no dejan de crecer. La serie inglesa Peaky Blinders, que ha desatado locura en Reino Unido en particular, Europa en general y ahora se hace eco por estos lares, tiene todos los condimentos para ser considerada como el clásico épico de la década. Y hay una razón más para que lo sea: una musicalización que empalma de manera tal natural la violencia tácita de la post Gran Guerra  con el rock and roll de los años posteriores, tanto, que parece que la melodía «Red right hand» del australiano Nick Cave hubiese sido escrita para dar vida al retrato sucio y callejero donde viven estos muchachos.  

 

Pero vamos por parte.

 

Ubicada dentro del género gangster, Peaky blinders se emitió por primera vez allá por el 2013 y en poco tiempo contó no sólo con apoyo de la cadena BBC para continuar con una segunda temporada, sino que su creador firmó con la productora para seguir escribiendo capítulos para una tercera y cuarta entrega. De hecho, en Netflix se pueden ver los 24 capítulos disponibles hasta el momento, dejando el público en vilo hasta esperar que el año próximo llegue la 5º temporada, con posibilidad de continuación.

 

La historia tiene a la ciudad de Birmingham  como escenario, considerada como la segunda más importante del Reino Unido, y emblema industrial desde la década de 1920. Allí, la familia Shelby comienza a ganar las calles a fuerza de golpes, amenazas y buenos negocios, comandada por los hermanos Arthur, Tom y John y respaldados por la Tía Polly. La raíz violenta del relato está, y no se olvida en ningún momento, en un pasado compartido dentro de la Guerra. Siendo apenas adolescentes, los hermanos Shelby convivieron con el horror de las trincheras y los túneles en territorio francés, y volver a su hogar les dio la impunidad de sentirse invencibles. La contundencia de ese infierno que se puede olvidar será sin dudas el sostén de, por lo menos, las primeras dos temporadas, en las que la familia se consolida como banda criminal de excelencia con un negocio “legal” de apuestas de caballo como fachada.

 

Birminghan hoy por hoy sigue siendo una de las zonas con mayor delincuencia en Inglaterra y por ello algunos la llaman la capital británica de violencia por armas de fuego. Su pasado gangster es más que conocido, como lo es también la historia que cuenta que los Peaky Blinders fueron reales aunque no siguen la misma línea que los personajes creados por Steven Knight. De hecho, el nombre Peaky blinders parece provenir (es uno de los argumentos de los historiadores) a la gorra con visera  (peaky) que usaban los caballeros obreros de la época, con el agregado salvaje de sumar una navaja con filo en su interior para siempre estar dispuesto a la lucha callejera. Es tan fuerte la escena de los muchachos vestidos de camisas y corbatas, chaleco ajustado, sacos y sobretodos caminando por las sucias calles de la ciudad sin miedo a nada, que su repetición es un recurso que jamás cansa. 

 

Podemos decir entonces que Tommy Shelby no existió, pero sí parece haber existido la figura  de Billy Kimber, el matón que aparece en la primera temporada como el mandamás de las bandas de la ciudad, que se parece, por cierto a Tommy, protagonista de la serie: un pibe que trabajaba en las calles, muy inteligente y hábil para los negocios, cruento y desalmado con sus enemigos, que llegó a construir un imperio en relación a las carreras. En una gran interpretación de Cillian Murphy (hay que ver cómo construye su carrera en adelante después de un personaje tan fuerte), Tom Shelby es quien arma y desarma, planifica y resuelve cada uno de las situaciones planteadas en este violento drama histórico, donde el clima hostil y perturbador jamás parecen rendirse. Despiadados, delincuentes y criminales, los personajes de Knight no tienen nada que envidiarle al mismísimo diablo, pero sin embargo lograremos empatizar tanto con ellos que nos será difícil soltar la serie hasta que llegue a su fin. 

 

Y al igual de lo que ocurrió con Francis Ford Coppolla en la trilogía de El Padrino, donde la historia familiar del director ligada al linaje italiano permitía contarnos con belleza la violencia dentro de la mafia, el creador de Peaky Blinder, orgulloso de su Birminghan natal buscó retratar en cada encuadre la memoria de este lugar, por más teñido de sangre que esté.  “A menudo en el Reino Unido, cuando se retrata a la clase trabajadora en la ficción, provoca algo como “¿No es una lástima? ¿No es una pena? ¿No es horrible?”, cuando, desde dentro, no se siente para nada así”, afirmaba Steven Knight en una entrevista  para Den of Geek, y continuaba diciendo: “La percepción de las personas que lo viven es distinta, y yo imaginé las calles de Garrison Lane como algo hermoso, dramático y romántico porque, para los involucrados, eso es lo que es”

 

Locura Peaky

 

Desde su primera emisión, la serie recibió apoyo del público y una locura en torno a sus escenas, sus vestimentas y sus personajes comenzó a surgir. De hecho, uno de los espacios que más ha visto incrementar sus visitas fue el Black Country Museum de Birmingham, espacio donde se rodaron algunas escenas emblemáticas de la serie, que desde diferentes lugares del mundo llegan para adentrarse y confundirse con el paisaje mugriento y miserable que se retrata en la serie.

Y hay más, ya que la Peaky Blinders Night, que se festeja en septiembre desde hace un par de años, ha conseguido la convocatoria de hasta 8000 personas en la última edición, agotando los tickets de ingreso en dos minutos.  

El merchadising, por supuesto, es capítulo aparte. Miles y miles de boinas estilo inglés que se venden en Birmingham como la cerveza, y visten a fanáticos de la serie en toda Inglaterra.

 

Quinta temporada, ¿última temporada?

 

Con una primera y segunda temporada marcada por el policial y el suspenso, donde el inspector Campbell persigue a Tom Shelby para limpiar de gangster la ciudad y una tercera y cuarta mucho más dramática y despiadada, Peaky Blinders ya está lista para una quinta entrega con promesa de estreno para el segundo trimestre del 2019. Poco se ha querido adelantar de esta producción, que sigue contando con la creación de Knight, aunque se sabe que está dirigida por Anthony Byrne  (las primeras fueron trabajadas por Otto Bathurst y Tom Harper), pero queda abierta la incógnita si será esta la última oportunidad para ver en escena a los hermanos Shelby. Uno de sus productores dio algunas pistas.

«En cada ocasión, hacemos seis episodios por temporada… pero ¿puedes resumir la historia en seis episodios? ¿O necesitas otros seis? Esa es la pregunta. Si la historia no necesita una sexta temporada, no creo que vayamos a hacerla. Pero creo que sí será necesaria una sexta temporada, porque seis episodios son un período de tiempo demasiado corto», comentó Paul Anderson a Digital Spy.  

En los episodios por venir, y según lo adelanta su creador,  «La historia de ‘Peaky Blinders’ y de la familia Shelby se enredará en el tejido político de Gran Bretaña y Europa de los años veinte y principios de los treinta. Tommy Shelby se enfrentará a la fuerza más oscura con la que jamás se ha enfrentado y su lucha será tan relevante hoy como lo fue entonces».

 

Datos de la serie

 

Cillian Murphy, es el protagonista interpretando a Tommy, y lo acompañan  Helen McCrory (tía Polly), Paul Anderson (Arthur), Finn Cole (John), Sophie Rundle (Ada), Kate Phillips, Natasha O’Keefe (Lizzy).

Hasta el momento la serie ha logrado varios premios, entre ellos el de la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión al mejor director y mejor fotografía; o el premio de la Academia Irlandesa de Cine y Televisión al mejor actor principal.

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