Tanto la novela de Luz Gabás como su versión cinematográfica nos trasladan a la épica de esa Guinea Ecuatorial durante aquellos años en los que fue colonia de España.
Una historia atrapante que está disponible en Netflix.
«Basada en miles de historias” así lo anuncia el trailer de la película. Y ése es quizás el condimento más exquisito de la novela de Luz Gabás que en 2012 llegó a la pantalla grande (obtiendo importantes premios de la industria cinematográfica) y que actualmente se encuentra disponible en la plataforma Netflix.
En esa frase inicial se resume el secreto de esta autora que logra construir una maravillosa novela con retazos de pequeñas historias que unen a dos continentes pero que ahonda también en las diferencias culturales, los amores a destiempo, las lealtades y los secretos familiares (a veces tiernos y a veces oscuros).
Así como el libro es apasionante su versión cinematográfica refleja muy bien el espíritu de este relato narrado desde dos personajes: Kilian y Clarence.
En 1953 Kilian deja las montañas nevadas de su España para embarcarse a una tierra desconocida y exótica: la Isla de Fernando Póo, en Guinea Ecuatorial (actualmente Boiko). Allí lo esperan su padre y hermano quienes llevan algún tiempo trabajando en una finca.
El lugar ya es todo un descubrimiento para el joven Kilian, en especial cuando conoce a Bisila una nativa que lo cautiva desde el primer momento. El amor entre ambos es un flechazo pero también un imposible. Bisila está prometida con un muchacho de su tribu con el que se casa y forma una familia. Kilian la ama en silencio, y ese sentimiento vence el tiempo y las distancias.
La creación de Gabás también rescata otros amores, personajes intensos y conflictos culturales y políticos que desembocan en el levantamiento de los nativos que logran independizar a Nueva Guinea de España.
Esa independencia termina con una expulsión dramática. Personas que se ven obligadas a separarse por una frontera ineludible. Sin embargo, el trozo de una carta llega décadas después a mano de Clarence (sobrina de Kilian) para dar cuenta de aquél pasado que quedó en la isla.
Ella es la otra voz de esta historia, una voz contemporánea que decide desandar el camino que hicieron su tío, su padre y su abuelo. Sabe que en Guinea está la respuesta a un secreto familiar que debe develar.
Las palmeras que quedaron en aquellas tierras calurosas y exuberantes conviven con las montañas frías y nevadas, tal vez para reafirmar que no hay mares ni paisajes que puedan separar a un amor como el de Kilian y Bisila.
La película cuenta con un muy buen elenco en el que se destacan Mario Casas (Kilian), Berta Vázquez (Bisila) y Adriana Ugarte (Clarence). Aunque se trata de personajes atractivos ellos no son más que un reflejo de los tantos que, en la vida real, vivieron atados a esos dos mundos. Allí están impresos los relatos de los que llegaron como “colonizadores” y se enamoraron de un sitio al que jamás hubieran querido dejar.
«Palmeras en la nieve» es la historia de lo que debieron volver a su patria dejando parte de su corazón en Guinea. Es la historia de los que no pudieron olvidar.
Vale la pena leer el libro y vale la pena ver la película. Compartimos el trailer.