"Historias de San Francisco", infinitos modos de ser y estar

Retomando aquella producción televisiva de los `90, basada en los libros de Armistead Maupin, la serie estrenada este año en Netflix vuelve a situarse en la ciudad de San Francisco, California, para desplegar relatos atravesados por diversos vínculos humanos del siglo XXI. La trama se centra esta vez en la casa de Anna Madrigal, un espacio y una mujer que son capaces de cobijar las más complejas historias. 

 

 

Anna (Olympia Dukakis) es una mujer trans que para sus 90 años decide hacer una fiesta en su hogar -denominada «La casa Barbary Lane», lugar que también es residencia de muchos jóvenes que ella considera como sus hijos. Es allí donde llega una de las protagonistas, Mary Ann Singleton (Laura Linney), una mujer que reaparece después de varios años de estar alejada de todo ese círculo que fue su familia. Y su presencia será la causante de diversas emociones en los personajes que integran este extraño y cálido ambiente. 

 

Esta serie expone lo que sucede dentro de esa convivencia, en esa casa llena de luces y color desde donde se puede ver el resto de la ciudad. Aquí aparece un modelo de familia distinto al de otros relatos, con personas que se conectan para encontrar un poco de calor en la ciudad. «Historias de San Francisco» cuenta situaciones llenas de amor, angustia, liberación, enojo. Nadie allí se rige desde la «normalidad” que atraviesa el mundo y eso es -justamente- lo que los une y los llevó hasta allá. 

 

La casa Barbary Lane es un lugar mágico que te invita a permanecer y los personajes encuentran en Anna -su anfitriona- un apoyo que no encontraron en otro lugar. Cada individuo es muy diferente al otro y en esta casa pueden realmente expresar aquello que quieren ser. No hay barreras, ni estigmas, ni normas.  

 

 

Perspectiva e identidad de género, heteronorma, disidencias sexuales, feminismo, la comunidad LGTBI+, enfermedades de transmisión sexual,  todos estos son los temas que aparecen fuertemente visualizados a lo largo de la serie y que hacen de ella un producto actual que busca repercutir y cuestionar a la sociedad. Historias de San Francisco resurge en un momento en que todo lo que estaba normalizado se vuelve a poner en discusión. Y sin dudas es una propuesta que expone otras formas de ser, de estar en el mundo que subraya que no hay un solo modo de sentir, pensar ni de relacionarse con el entorno. 

 

Algo muy interesante también en la serie es que existe un encuentro, un coincidir, que se logra entre las generaciones más grandes y las más jóvenes. No hay una barrera etaria que los divida, y eso es algo que no se debe pasar por alto en esta miniserie. Cualquier tipo de discriminación está exenta  y su temática tan bien pensada que  logra no solo ser entretenimiento sino una producción que nos permite reflexionar sobre las diversas formas de habitar  y habitarnos como seres humanos.

Todo está tratado cuidadosamente y entre los vínculos existe un gran respeto,  a si bien a veces los temas que aborda no son profundizados como se debería,  series como estas -o como POSE en su momento- logran traer otros guiones que nacen de algo positivo como la tolerancia. 

 

San Francisco como trasfondo

 

La elección de lugar es todo menos aleatoria. Esta ciudad fue y sigue siendo un ícono para la comunidad LGTBI+.  Uno de los puntos más importantes en esta ciudad es el barrio Castro, también conocido como Eureka Valley. A partir de 1967, esta zona ha sido considerada como Centro gay. 

En 1975, Harvey Milk, comenzó su carrera como activista LGBT, generando publicidad al barrio como destino turístico homosexual. Milk llegó a ser concejal de la ciudad de San Francisco y fue el primer homosexual (públicamente reconocido) en asumir un cargo público. Fue un gran impulsor y defensor de los derechos de los homosexuales. 

Durante los años 80, esta área fue afectada por la crisis del sida. Hoy en la actualidad el barrio continúa siendo un punto turístico y San Francisco sigue siendo una ciudad icónica para el movimiento LGTBI+. 

 

La previa

Esta historia no nace acá, Historias de San Francisco se produce por primera vez en 1993, habiendo luego dos temporadas más en 1998 y en 2001.  Antes de comenzar a ver esta serie recomiendo ver, por lo tanto, las producciones pasadas, ya que se logra una mejor comprensión de los vínculos y de cuál es la historia de cada personaje. En esta narración debemos ahondar en el pasado para poder comprender el hoy de cada integrante, a pesar de que hay caras nuevas. 

Cada temporada gira entorno a un suceso que se va a ir descifrando y resolviendo en cada capítulo. En esta última producción todo gira en torno de Anna y algo de su pasado que vuelve para afectar su existencia y la de su entorno. 

 

 

Sobre los libros

 

Asimismo, los relatos de la serie fueron tomados de los tres libros de Armistead Maupin: Historias de San Francisco (1978), Más Historias de San Francisco (1980) y Nuevas Historias de San Francisco (1982). 

Historias de San Francisco se publicó originalmente en el diario Pacific Sun y luego en el San Francisco Chronicle . 

La narración está ambientada en los años 70 dentro de una casa ubicada en la calle Barbary Lane en la ciudad de San Francisco.

 

 

 

 

 

 

 

 

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