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¿Dónde ir cuando se pierde el eje?

En «Volver a mí», la autora argentina Laura G. Miranda propone una historia sencilla y real, donde una mujer emprende viaje para encontrar la razón de su existencia. Atravesada por los mandatos sociales, siendo madre, esposa y trabajadora independiente, se interroga por su propia libertad y decide actuar en consecuencia. Una novela ágil y actual de un sello que busca re-configurar los conceptos del género romántico.

 

Con esta novela de corte romántico ágil, oportuna, sincera y por demás realista, el sello VeRa prendió las luces este año en nuestro país, ofreciendo a  las lectoras una nueva mirada sobre uno de los géneros más vendidos en librerías. Una nueva mirada moderna y desprejuiciada que otorga una interesante perspectiva sobre pilares en los que se basa la feminidad.

 

La tapa del libro muestra a una mujer de espaldas, con una solera a lunares, un sombrero de copa ancha y una expresión corporal de cara al viento. Debajo de ella, un collage de estampillas, postales de ciudades mundialmente conocidas, flores, pájaros y un mapa la sostienen. Con estos pocos elementos uno puede deducir que esta mujer se ha ido a recorrer el mundo, sin embargo, la metáfora sirve simplemente para contar que en verdad la mujer en cuestión no saldrá, sino que desandará camino hacia dentro, porque sólo al mirarse podrá (re)descubrirse.

 

Gina Rivera es quien protagoniza el relato, aunque el mismo está plagado de personajes que enriquecen y complejizan la trama. Gina es una mujer que parece tenerlo todo, y con todo hacemos referencia a –justamente- los mandatos sociales y culturales que puede pensar cualquier mujer de mediana edad: tiene un esposo, hijos, un trabajo estable y una casa propia. Sin embargo, Gina, se da cuenta que no es feliz, porque para ser feliz no hay que cumplir con nada, simplemente sentirse auténtica.

 

Es por eso que un día, después de haberlo analizado de todos los costados, decide separarse. Todavía no sabe si es la rutina la que venció al amor de pareja o si directamente el desamor ganó la pulseada, tampoco si el aburrimiento en su trabajo tiene algo que ver o si las exigencias que siente con sus hijos ya adultos la consumen. Aun no tiene nada en claro, sin embargo, se guía por el terrible sentimiento de desgano que le pesa día tras día. Entonces, capitaliza su independencia económica de notaria, arma valijas, corta vínculos con su matrimonio de 25 años y después de avisarle a sus hijos emprende un viaje que no sabe dónde la llevará.

Y lo interesante de la novela será, por lo tanto, ese hecho en particular. Aquí no hay amantes, ni un marido insensato o malvado o violento, tampoco enfermedades terminales. Aquí simplemente hay una mujer que después de muchos años siente que se postergó en pos del resto y decide barajar y dar de nuevo. Como muchas de las que pueblan por estas pampas, pero con una sola diferencia, se permite dudar.

 

El viaje de Gina no será fácil, sobre todo porque aquella fantasía que siente antes de partir, de que el mundo que se sostiene con su presencia puede desmoronarse, literalmente comienza a hacerse realidad y ocurren las cosas que suelen suceder en la vida real: habrá accidentes, se conocerán malos diagnósticos y se tomarán terribles decisiones. Sin embargo, ella se mantendrá firme en la decisión de continuar su camino, el que -cree- cuanto más lejos la lleve, mejor le permitirá divisar el sendero de regreso.

 

Decir que “Volver a mí”, de Laura G. Miranda, es una novela romántica contemporánea es verdad, pero también sería etiquetarla dentro de un género que muchas veces acumula clishés de protagonistas que no encajan con el mundo real. Porque a fin de cuentas, en «Volver a mí», la autora nos invita a descubrir una mujer casada que quiere divorciarse, una madre que reniega de seguir criando a hijos adultos y de una hija que (con 45 años) se anima a revelarse al mandato de sus padres. Planteado así, el romance, ese núcleo del género, se re-configura a partir de su propuesta, y con él también, los conceptos de mujer, deseo y libertad.

 

Sumamente entretenida, con interesantes y equilibrados momentos de tensión y drama, “Volver a mí” no defrauda y nos lleva de principio a fin a ser parte de una historia tan ficticia como cotidiana.

 

Cabe destacar que «Volver a mí» abrió el catálogo de novela romántica de VeRa y a este título le siguieron «Nuestra asignatura pendiente», de Brianna Callum y la reciente «Entre senderos de lavanda», de Mariela Giménez. 

 

 

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