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Rodrigo De La Serna: "El Yotivenco es mi militancia cultural"

El actor, cantante y guitarrista se muestra un apasionado por las canciones y ritmos característicos de las raíces argentinas. De visita por Córdoba en la previa de su actuación esta noche, De la Serna compartió con nosotros una charla donde cuenta más sobre su lado musical, sus orígenes artísticos, influencias y su amor por las guitarras criollas. Si lo querés ver, la cita es hoy en el Teatro Real junto a su banda El Yotivenco.

 

 Rodrigo De La Serna se ha convertido en uno de los actores argentinos más reconocidos en el cine y el teatro. Empezó a actuar con 12 años y su carrera tomó vuelo luego de su premiada interpretación de Alberto Granado, en la película Diarios de Motocicleta de 2004. Pero es su faceta musical, que arrancó a los 18 años, la que lo trae esta vez a Córdoba ya que junto a su banda “El Yotivenco” estarán hoy, a las 21 en el Teatro Real presentando “Canciones Criollas”.

 

Lo acompañan Juan Hermelo, Blas Alberti y Fabio Bramuglia, amigos que comparten hace 15 años los escenarios y el amor por estas canciones. «Lo que nos une es la pasión por la guitarra y los géneros de hermosa diversidad que hay en nuestro país», cuenta Rodrigo, adelantando un poco acerca del espectáculo en cuestión, que recorre distintos géneros y estilos que identifican la cultura argentina, en el formato de tres guitarras y un guitarrón. Tangos, milongas, chamarritas, gatos cuyanos, rasguidos dobles, candombes y zambas forman parte del exquisito repertorio, que sin duda hará cantar y bailar a todos los presentes. El show marca la despedida del Yotivenco, que de todas maneras todavía no decidió qué caminos trazará después, estando sus integrantes juntos o separados.  

 

En entrevista exclusiva a Babilonia Literaria, De la Serna deja ver un poco más sobre su faceta de cantor, que nunca se aleja del todo de la actoral.

 

– ¿Cómo se siente despedirse de ese espectáculo: “Canciones criollas”?

– Se cruzan muchas emociones, porque ese repertorio lo venimos perfeccionando hace mucho años. Es un momento de clímax artístico musical. Estamos con el Yotivenco desde el 2005. Muchas de las canciones de cuando empezamos las seguimos tocando, y otras no. Pero hemos llegado a un momento de perfección artística con ese espectáculo y queríamos despedirlo como se merece.  

 

– ¿Qué otras influencias musicales tenés?

– Música brasilera, sin dudas. Yo fui concebido en San Pablo, los discos de Chico Buarque, Tom Jobim, Toquinho marcaron mi infancia. La colección de discos de mi madre… Música clásica también he escuchado mucho, el jazz y el rock,  no lo puedo negar tampoco. Esa es un poco la base.

 

– ¿Cómo influye lo actoral cuando te presentas con el Yotivenco?

– El actor está presente siempre. Soy una especie de maestro de ceremonias, porque está muy guionado el recorrido por todos esos paisajes musicales, esa geografía tan vasta. Uno toma de la mano el público porque es muy evocativo el show. Y el actor también está presente a la hora de interpretar esa poética tan profunda del tango, de las milongas, de las zambas. Uno pone a servicio de la poética todos los instrumentos, que en mi caso, no es solo vocal, pero que también es interpretativo desde lo atmosférico se podría decir.     

 

Actor, cantante … ¿algún otro talento que tengas escondido?

– Bueno, soy uno de los guitarristas y lo que más me gusta, más que cantar, es tocar la guitarra. Nada, (se ríe) se acabaron ahí los talentos…

 

– ¿Cómo ves el movimiento de la música milonguera en Buenos Aires?

– Cuando yo empecé a tocar el tango tenía 18 años y no había muchos jóvenes que se abocaran al estudio y al toque de esta música, estaba todo más tomado por el rock. Hoy podemos ver un resurgir clarísimo. Está sucediendo en las milongas en Buenos Aires un boom de jóvenes. Muchos pibitos bailando, estudiando el bandoneón o las guitarras para estas músicas. Creo que hay un resurgir de la música popular rioplatense. Una música que nos define y nos da una identidad cultural. Es cierto que va a contramano de lo que impone la industria cultural que con vehemencia se va a otra dirección, otros ritmos, otras músicas. 

 

– ¿No te ves explorando otros tipos de músicas?

– Es tan inabarcable e infinito el perfeccionamiento en esta área que no me da la vida para otras cosas. Yo quisiera seguir con el Yotivenco como guitarrista, como arreglador, compositor desde esos géneros propios. Siempre desde ahí. Es lo que naturalmente me sale. Cuando tarareo o silbo una melodía tiene ya un aire milonguero, tanguero.  Quiero ser fiel a eso y no me traicionaría.

 

– ¿Para vos el arte es algo que nace con uno o puede desarrollarse con trabajo? Como se dio en tu caso?

– Creo que todos los seres humanos cuando llegamos a esta Tierra tenemos capacidades. Algunos la tendrán más innatamente,  pero me parece que todos deberíamos tener acceso a eso. Después de muchos años con la actuación y la música, creo que en el camino que uno va recorriendo se va perfeccionado, creciendo y profundizando. Pero me parece que la sensibilidad por el arte es algo innato a todas las personas.

 

– En numerosas entrevistas te escuchamos decir que tu mlitanacia es más cultural que política ¿De que se trata esta militancia cultural?

– El Yotivenco es parte de esa militancia cultural. Sobretodo cuando empezamos, éramos muy poquitos los que estudiábamos y tocábamos estas músicas. Es un acto de resistencia cultural, por ejemplo, haber estado en el Teatro Ópera en Buenos Aires, uno de los más grandes y prestigiosos de la ciudad, con un espectáculo de guitarras criollas. Estamos muy orgullosos de eso.

 

 

¿La literatura juega un papel en tu arte? Ya sea a la hora de escribir las letras, de interpretarlas o incluso en el mundo actoral…

– La poética del tango es muy profunda. Para decirte algunos nombres: Homero Manzi, (Enrique) Cadícamo (Homero) Expósito son grandes poetas. Ni hablar de Yupanqui que no hacía tangos, pero milongas. Eso se hace evidente en la hora de elegir un repertorio, siempre son esos poetas.

 

– ¿Algún libro que recomendarías?

– En la literatura, el último libro que me marcó, que relataba los últimos momentos de Juan Manuel de Rosas, fue «El Farmer» de Andrés Rivera. Tiene una prosa inigualable. Ese libro me cautivó de tal manera que me forzó a hacer una adaptación para el teatro de esa novela. En lo demás Borges, y otros autores.

 

– ¿En estos autores que mencionaste hay algo de añoranza con el pasado? 

– Es un placer muy lindo cuando uno conecta con el sagrado de estas tradiciones. Digo tradiciones, pero que no se entienda con esta idea de familia y propiedad, esas nociones más facistas. Hay tradiciones que están muertas y otras que están vivas. Me parece que no podemos soslayar el tesoro popular que tenemos. Es fundamental conectar con eso porque nos da un sentido de pertenencia, y al menos yo soy muy feliz al momento de conectar con eso.

 

– Franco, tu personaje en El lobista, nos mostró otra faceta tuya en la actuación. ¿Algún desafío artístico o papel que tengas muchas ganas, pero que todavía no pudiste concretar?

– Me sorprende siempre gratamente este oficio que me da la oportunidad de abarcar la humanidad en todas su facetas, vertientes y extensiones. Interpretar un tipo como Matías Franco en El Lobista, que es un ambicioso desmedido, o a Lombardo en El Puntero, que es de una villa de un barrio muy humilde castigado por la droga, o hacer a San Martín que fue un prócer de nuestros países… Siempre hay sorpresas y acepto los desafíos cuando llegan .    

 

Cita con el Yotivenco

 

Rodrigo de la Serna se presenta hoy junto a su banda, El Yotivenco, con un espectáculo de música criolla y argentina: “Estilos Criollos”. El espectáculo será a las 21, en la Sala Carlos Giménez del Teatro Real (San Jerónimo 66). Las entradas pueden comprarse en boleterías del teatro desde $660.

 

 

 

 

 

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