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"El país de Juan": Un retrato tierno y profundo sobre las injusticias heredadas

El cuento de María Teresa Andruetto se enmarca dentro de la narrativa infantil. Sin embargo sus personajes, recorridos y situaciones crean una atmósfera realista y poética que conmueve a lectorxs de todas las edades. 

Juan y Anarina, dos niños que crecen en ese país, a veces tan dolorosamente nuestro.

 

 

 

 

Hay libros que atraviesan los paisajes y los tiempos. Hay libros que guardan en su narrativa la ternura de la infancia pero que interpelan a todo tipo de lector, cualquiera sea su edad. Hay libros que, con un lenguaje poético y realista, ahondan sobre esos temas que anidan en lo más profundo del ser humano. «El país de Juan» de María Teresa Andruetto es de esos libros, un texto que en solo 10 capítulos -bellamente ilustrados por Matías Acosta- nos invita a acompañar a Juan y a Anarina, desde su niñez hasta la edad adulta.

 

Juan y Anarina traen una herencia de tierra, de animales, de campo, de telares, de lugares pequeños y alejados en donde la vida es apacible. Pero también traen la herencia de la injusticia, la misma que les quitó a sus abuelos y padres la tierra, los  animales, los telares y esa paz sencilla escondida en medio de las montañas. Para ambas familias la solución es migrar a la ciudad. Así llegan a una urbe enorme, bulliciosa, peligrosa… Una urbe que expulsa, excluye, oculta.

Para sobrevivir buscan refugio en Villa Cartón. Y es allí donde Anarina y Juan se conocen en una tarde de lluvia.

 

Ellos son solo dos niños que miran ese mundo que los rodea con la inocencia propia de la edad. Saben lo que es salir a buscar entre las sobras y la basura, saben separar el cartón de los vidrios, saben que sus corazones laten fuerte cada vez que está cerca uno del otro.

Con el tiempo ese sentimiento pueril se transforma en un amor sólido, sincero. Un amor que los lleva a pensar en un futuro juntos. Pero el futuro se ve afectado por tiempos oscuros, tiempos de persecuciones y de prisión, tiempos de la resistencia y valentía. Tiempo de pensar cómo construir algo en un país donde «las penas y las penitas» se van acumulando. 

 

Volver a la tierra, a las raíces, al lugar de origen es tal vez la salida.   

 

Con un juego narrativo que mixtura versos y canciones populares, con la repetición como recurso para hilar la vida de los protagonistas, «El país de Juan» es un retrato de se país a veces olvidado, a veces invisibilizado… De ese país, a veces, tan dolorosamente nuestro. 

 

Hermoso libro para compartir con niños y adolescentes. Un libro que también dejará su huella en los adultos. 

 

 

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