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"El día que se perdió el amor": La fórmula del best seller

La nueva novela de Javier Castillo -que sigue los pasos de algunos personajes de su exitoso libro anterior «El día que se perdió la cordura»- retoma el suspense para crear una trama que aprovecha los condimentos del género.

Un relato coral que va dando forma a un rompecabezas de crímenes, relacionales familiares, sectas y amores. 

 

 

 

 

Lo primero que debemos aclarar es que esta novela puede ser leída de manera independiente a «El día que se perdió la cordura», más allá de que ambas compartan una estructura narrativa similar y algunos personajes en común.

Aquello que tanto se proclama en el fútbol de que «equipo que gana no se cambia», formó parte de la estrategia utilizada por Javier Castillo para «El día que se perdió el amor». Es decir: lo que le funcionó en aquel primer libro de 2014 se mantiene en este nuevo título de 2018. 

 

En estas páginas, el escritor español despliega una trama policial compleja que se fusiona con relaciones familiares y amorosas, crímenes y misterios sin resolver (del pasado y del presente). La  «fórmula de best seller» es utilizada de principio a fin, y en este caso funciona.   

Es que si bien «El día que se perdió el amor» está lejos de ser una «joya literaria», es un texto que cumple su función: atrapar, generar intriga y sorprender en cada capítulo. 

 

La historia está narrada desde las voces de tres personales  (algunas de estas en primera persona y otras en tercera).

Por un lado está Bowring, un inspector al que le llega un caso complicado e indescifrable. Como buen policía está obsesionado con algunos crímenes del pasado que no logró resolver y con la pérdida de su mejor amiga (y tal vez su gran amor) en manos de un asesino serial. 

 

Luego está Jacob, un joven enamorado y dispuesto a todo para proteger a su adorada Amanda. Pese a sus esfuerzos no logra evitar que a la chica se la lleven, por lo que empieza un derrotero de búsqueda y peligros con el único fin de recuperarla sana y salva.

 

Por último está Carla, uno de los personajes que más incertidumbre y curiosidad despierta en el lector . Ella es una chica que, tras perder de pequeña a su familia, es llevada a una especie de convento donde queda bajo el cuidado de una «comunidad». Tiene un don, tiene un destino, tiene un pasado, tiene un secreto.  

 

Desde la mirada de ellos tres se va construyendo un recorrido literario que inicia con una mujer semidesnuda, en medio de la calle, prediciendo próximas muertes. 

 

¿Qué estás dispuesto a hacer por amor? ¿Hasta dónde llegarías por proteger a los tuyos? ¿Cuáles son los límites? ¿El destino está escrito?

Esos son algunos de los interrogantes que atraviesan a esta novela que por momento retarda demasiado sus resoluciones pero que igualmente cumplirá con las expectativas de los amantes del suspense.

 

Un libro con sabor a best seller, de esos que no tardan en llegar a la pantalla grande. 

 

 

 

 

 

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