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"El ángel": el arte sobre los hechos

La película de Luis Ortega construye un personaje que emerge de lo real para tener vida propia, con una excelente actuación ¿revelación? de Lorenzo Ferro. Los asesinatos y robos de Carlos Robledo Puch, conocido en los ’70 como «En ángel de la muerte» pasan lejos de lo sombrío en esta adaptación. Se puede ver en cines de la ciudad desde el jueves pasado.

 

 

“Hay que ir por todo” afirma “Carlitos”, el protagonista de “El Ángel”, a su compañero Ramón Peralta, mientras roban una joyería. La premisa sienta el tono de la película, basada libremente en la historia del famoso criminal argentino de los ‘70 Carlos Robledo Puch, que estrenó en las salas de todo el país el pasado 9 de agosto luego de ser ovacionada en el Festival de Cannes. La oscuridad queda en el pasado en esta suelta interpretación de los hechos brindada por el director Luis Ortega, que deja de lado el morbo para construir un filme entretenido apoyado en la música y estética de la época.

 

Lorenzo Ferro -hijo del actor Rafael Ferro- es el debutante responsable por llevar a cabo la mirada de Ortega y es difícil no querer a su “Carlitos”. Él interpreta a un joven inconsecuente y divertido por ir detrás de los robos y asesinatos a los que está vinculado. Para “Carlitos” todo parece un juego, o una travesura, y hasta él mismo, la primera vez que dispara a alguien, parece haberlo hecho “así nomás”, de manera irreflexiva. Es que, justamente, la intranquilidad se genera en el público porque acciones como matar, que desde un sentido común deberían chocar, provocar rechazo o al menos incomodidad, no parecen afectarlo en lo más mínimo.  

 

 

La película no es una biografía, sino que se aprovecha de Robledo Puch y de sus acciones para contar otra versión de esta historia, una con mayor pureza y dulzura, y también entretenimiento. El arte cinematográfico se pone por arriba de los sucesos tal cual como sucedieron. Ferro entrega inocencia, irreverencia y carisma al protagónico, lo que se contrapone al mismo tiempo que dan fondo a su impulsividad y acciones delictivas. Los encuadres en primeros planos exploran la belleza y expresiones del actor, y los detalles como el cuadro que se lleva en un atraco dan vida a su “Carlitos”.

 

Los asesinatos y robos del criminal argentino condenado a prisión perpetua y que más tiempo lleva detenido no son colocados en tela de juicio. Los rulos rubios y rasgos por los cuales los diarios de 1972 llamaban al delincuente de “Ángel de la muerte” son las similitudes con Robledo Puch, pero el personaje de Ferro se permite alejarse de lo real. Quizás la mayor fortaleza sea, entonces, hacer que la audiencia saque sus propias conclusiones y cuestione si hay lógica por detrás de lo ilógico. 

 

Por otro lado, además de la estética y vestuario característicos de los ‘70, otra figura preponderante es la banda sonora de “El ángel”, siendo “El extraño de pelo largo” de La Joven Guardia la melodía protagonista del filme, re-significando sus estrofas en la imagen de “Carlitos”. “Adonde está la libertad” de Pappo’s Blues y la versión en castellano de “The house of the rising sun” por Palito Ortega son otros temas para escuchar.

 

También resalta en la película uno de los actores ya fetiches del director, Ricardo “El Chino” Darín, quien se pone en la piel de Ramón Peralta (ficticio basado en el cómplice de Puch, Jorge Ibáñez), el parcero -en más de un sentido- de “Carlitos”, que también regala una óptima interpretación, pero desde un lugar un poco más maduro y se si quiere más sensato que el primero -al menos el personaje parece tener más idea de las consecuencias de sus acciones. Además, el ladrón quiere transformarse en una estrella de la televisión y será posible verlo cantar y bailar en una de las mejores escenas de la película. Junto a su madre -Mercedes Morán- y padre -Daniel Fanego- serán la familia -nada modelo- que compondrán la pandilla. 

 

Cierran el elenco Cecilia Roth y Luis Gnecco como los padres de Carlitos y Peter Lanzani, otro cómplice de «Carlitos» y de la familia Peralta.

 

Para leer

 

 

 

Uno de los responsables por el guión, junto a Luis Ortega y Sergio Olguín, es el periodista Rodolfo Palacios quien escribió “El ángel negro: la feroz vida de Carlos Robledo Puch”.

 

El libro, que inspiró la película, brinda aún más detalles sobre la vida del criminal luego, incluso, de entrevistas con Robledo en el presidio.  

 

 

 

 

 

 

      

 

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