“De oficio: escritoras”, Cristina Bajo y Perla Suez hablan de una vida dedicada a las palabras

Las autoras cordobesas son las protagonistas de la nueva charla propuesta por Babilonia Literaria para mañana en la librería Rincón Cultural de Dino Mall. Referentes de diferentes géneros, siendo colegas y amigas hablarán sobre lo que significa para ellas ser artesanas de la palabra, donde en cada frase se percibe toda una vida escribiendo.

 

Aunque sus prosas son diferentes, sus personajes construidos a partir de distintos géneros literarios, aunque editan para públicos disímiles y se mueven circuitos que a veces no se tocan, ellas tienen mucho en común. En primer lugar, ambas son cordobesas, contemporáneas y con un nombre propio que las he llevado lejos, permitiendo que sus libros desanden caminos inesperados. En segundo lugar, son amigas, colegas y confidentes puertas adentro de los secretos de la literatura y disfrutan con gusto de conversar largas horas sobre lecturas de todo tipo. Y tercero, sienten que su labor, su propósito, su modo de estar en el mundo es escribir. Por eso decidimos reunirlas para preguntarles qué es, para ellas, esto de ser “De oficio: escritoras”.

La afirmación elegida es al mismo tiempo el nombre de la charla que tendrá lugar mañana en el Rincón Cultural de Dinosaurio Mall de Rodríguez del Busto y a la vez el puntapié de esta entrevista con las protagonistas, que no es más que una previa de lo que Cristina Bajo y Perla Suez contarán sin urgencias ante el atento público presente.

 

¿Qué diferencia hay entre escribir por oficio o por obligación? ¿Qué nutre ese trabajo por momentos tan artesanal, que a diferencia de lo académico, se aprende más de la experiencia que de los libros? ¿Qué secretos guardan sus rutinas, sus momentos sagrados, sus espacios de creación?

 

De esto y mucho más hablaremos con estas dos escritoras locales, con una extensa trayectoria en las letras y merecedoras de importantes reconocimiento literarios. 

 

 

La palabra oficio proviene del latín officium/opficium, y es la conjunción entre obra (op) y hacer (fisium-fasere) . Los romanos, de hecho, pensaban que quien tiene un oficio tiene un deber con su pueblo. ¿Comparten esta definición si la trasladamos a la escritura? ¿Porqué sienten que la escritura es un oficio para ustedes?

 

-Cristina Bajo: Estoy absolutamente de acuerdo. Siempre me he negado a pensar, como cree la gente, que escribir es un rapto de inspiración. Yo creo que hay que sentarse y estar, y muy de vez en cuando te llega ese rapto de imaginación. Y es muy común, para muchos escritores jóvenes, pensar que la escritura no es trabajo y es sólo un pasatiempo, un hobbie, como quien hace una labor por gusto. Y muchas mujeres creen que es fácil escribir porque van a escribir aquello que se va a leer, pero eso no pasa o pasa con pocas.

– Perla Suez: Faulkner decía 90% de transpiración, 10% de inspiración. Y no es inspiración tampoco, es quizás un rapto de locura que tenemos o de imaginación, de cosa que vemos, pero a partir de mucho trabajo. La palabra oficio me gusta para el escritor porque habla de disciplina y de mucho trabajo, sin eso no creo que se pueda escribir. Quizás un poeta pueda tener esa capacidad, pero no lo sé porque soy narradora y no poeta. Siento que el camino es el trabajo, el pulir las palabras, tallar todo el tiempo lo que queremos decir, como algo muy artesanal. Y también lo siente como oficio porque es algo que hacemos con mucho placer, quizás también con preocupación e inquietud  y sufrimiento porque a veces uno lo puede resolver. 

 

Las lecturas son, por supuesto, la gran base de una buena escritura, pero ¿qué nutre además en ustedes ese oficio de escribir?

 

(C.B.): Las imágenes me nutren, ya sea cuadros, ver un paisaje o una fotografía. Lo visual tiene mucho que ver en mí, para crear un capítulo o una escena. Yo, antes de escribir, lo veo visualmente. Y me pasó que cuando quisieron hacer para TV mis libros, en el 2001, y me hicieron el trabajo de edición para formato de miniseries -que no se concretó porque luego vino la crisis-, en ese momento pensé que les sería difícil adaptarlo, y ellos me dijeron: “usted no se dio cuenta que ha hecho todas las escenas como cortadas para el cine”. Allí me di cuenta que eso es consecuencia del cine que veo desde que tengo 6 años. Ese cine me dio la capacidad para completar una escena y cortarla de manera encuadrada.

– (P.S.): Me pasa lo mismo. De niña vivía en un pueblo de Entre Ríos y tenía entrada gratis al cine por ser mi papá médico. Entonces desde los 10 años me veía todo: “La dolce vita”, “Romance del Aniceto y la Francisca”, nadie me preguntaba nada cuando entraba, no había censura para mí. Y por eso creo que para mí la literatura es visualización, si yo no veo no puedo escribir. El cine me pesa mucho a la hora de narrar, cómo se monta una obra, cómo se teje la historia, por eso trabajo muy fragmentado, son todas escenas y después necesito la conectividad, la conexión entre ellas. También tiene que ver con mi formación en el cine, yo estudié cine y me pasaba horas estudiando una escena. Para mí la imagen es un disparador y a partir de allí crece hasta que se vuelva historia o trama.

 

John Berger dice: “Tal vez en los oscuros pliegues del tiempo, no haya más que el tacto mudo de nuestros dedos y nuestras acciones”. ¿Es con su oficio de escritoras que miran el mundo? ¿Siempre responden con escritura para todo?

 

(C.B.): Hermosa frase y coincido con él. A mí me cuesta más hablar que escribir, con mi amiga Rosita Bertino, por ejemplo, criticamos libros por mail pero no cuando nos vemos. Pero de todas maneras, yo necesito escribir ficción, y lo necesito como el sístole y el diástole. Es una necesidad. Porque muchas veces un oficio es pensar que uno con eso puede mantenerse, y está bien y estoy de acuerdo con que uno pueda escribir para vivir. Pero cuando es una necesidad uno realmente siente que no importa si uno no gana dinero, porque es una especie de pulsión interior que no puede abandonar.

(P.S): Yo además pienso que es un oficio que necesita sí o sí de algo más que sentarse a escribir. Pensaba que sin el meterte en la cosa visceral de la palabra no se llega a nada, porque cuando uno está convencido que tiene que desafiar, batallar para escribir algo, es imposible que te salga una historia. Uno documenta, lee, estudia, pero también trabaja algo que está más allá y que tiene que ver con las vivencias, con las experiencias, con la infancia, con mil disparadores que uno tiene.

(C.B.): Yo creo que si ya tenés el don regalado por los dioses de que te puede salir bien escribir, creo que uno tiene como incorporado un chip que va guardando cosas y que no es consciente de ello hasta que aparecen en el momento menos pensado y te iluminan.

(P.S.) Y el temor más grande es repetirse. Porque uno piensa: esto ya lo escribí, esto también, aquello también y busca algo diferente, por eso yo ahora estoy trabajando en algo que no tiene justamente que ver con la imagen.

 

¿Cómo vencen los temores que les despierta la escritura? ¿Aquellos que surgen cuando lo escrito se convertirá en libro y se leerá por miles de lectores?

 

(C.B.): Yo siempre tengo tres personas que no son escritores a quienes les doy para leer mis manuscritos para que sean honestos conmigo y me digan lo que les parece. Y me dicen las cosas a lo bestia. Personas que no se conocen entre ellos que me dan sus opiniones, y si coinciden en lo que me dicen, entonces lo modifico.

(P.S.) También hago lo mismo, son tres personas que las leen y que, aunque me parece increíble, a veces me devuelven las mismas críticas.

 

– ¿Y ellos no tienen pudor de mostrarles las fallas a escritoras con tanta trayectoria?

 

(C.B.) Es que justamente se los doy a ellos porque les importa un comino la trayectoria que yo tengo  y me dicen lo que piensan (risas).

(P.S.) Esa es la seguridad de que te están cuidando. Uno necesita que alguien te potencie. Y quizás en el momento uno piensa cómo voy a resolver esto, pero el desafío te lleva. Siempre hay que escuchar y después decantar. A mí me pasó que mis lectores me decían que no se entendía nada. Cada vez que uno termina, parece que se olvida de lo trabajado y parece que escribe por primera vez.

(C.B.) Yo siempre escucho todas las críticas y jamás me molesto, de hecho no se las doy a personas que sé que me van a decir: qué bueno, qué lindo porque no me ayuda. Prefiero dárselas cuando ya está editado y listo.

 

Mini bio de las autoras

 

Cristina Bajo:

Algunas de sus obras más destacadas son: saga de la familia Osorio «Como vivido cien veces» (1996), «En tiempos de Laura Osorio», «La trama del pasado» (2006), «Territorio de penumbras» (2012), «Esa lejana barbarie» (2017). «La señora de Ansenuza y otras leyendas» (1997). «Tú que te escondes» (2004); «El guardián del último fuego y otras leyendas argentinas» (2007); «Elogio de la cocina» (2008),»Ay, amor» (2015); «Alguien llama a la ventana» (2016). Por sus obras recibió los premios: Mujer del año por la legislatura de Córdoba, 1998/Mar; Premio revelación del Mangrullo del Alba, 1999; Mujeres al 2000 de la Universidad Nacional de Córdoba, 1999; Premio Jerónimo Luis Cabrera, 2001; Reconocimiento de la Agenda de las Mujeres; Premio Literario Academia Argentina de Letras, 2004 (Tú que te escondes); Premio especial Ricardo Rojas, 2005 (Sierva de Dios, ama de la Muerte).

 

Perla Suez: Es escritora, licenciada y profesora en Letras Modernas egresada de la Universidad Nacional de Córdoba. Como escritora fue becaria del Gobierno de Francia y de Canadá. Tiene una vasta producción de publicaciones para niños y jóvenes, y fue distinguida en varias oportunidades por su obra. En 2008, Trilogía de Entre Ríos (compuesta por «Letargo», «El arresto», y «Complot») ganó el Primer Premio Internacional de Novela Grinzane Cavour-Montevideo y fue traducida al italiano y al inglés. También recibió el Primer Premio Municipal de Novela del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

En 2013, su novela «Humo rojo» recibió el Premio Nacional de Novela de Argentina. En 2015, editó «El país del diablo», ganadora del Premio Sor Juana Inés de la Cruz (México). En marzo de 2018 su libro «Espero» ha sido seleccionado entre los 10 mejores libros del mundo y postulado para el premio de “Los mejores libros para niños y jóvenes 2018″ del Banco del Libro.

 

 

“De oficio: escritoras”, con Cristina Bajo y Perla Suez tendrá lugar mañana a las 18 en la librería Rincón Cultural de Dinosaurio Mall de Alto Verde, con entrada libre y gratuita.

Babilonia Literaria

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