Después de un excelente desembarco en HBO, traspasando a la TV la novela de la canadiense Liane Morarty, “Big little lies” presentó en julio se segunda temporada que se llevó varias críticas negativas del público y un sinfín de cruces con el periodismo en EEUU. ¿Realidad o marketing para una futura tercera temporada?
Suele ocurrir con películas, libros, y como en esta oportunidad, con series. Aquella potente historia que irrumpe con fuerza comienzan a diluirse en la segunda parte, o temporada, dejando a sus seguidores con sabor a poco. No es que sus personajes no convenzan en su accionar, que la historia no haya dado el giro necesario para seguir o que los puntos no terminan de unirse. O quizás, un poco de todo.
Con un elenco protagónico femenino de peso que incluye a Nicole Kidman y Reese Wheeterspoon, a la cabeza (quienes además fueron productoras), más Laura Dern, Shailene Woodley y Zoë Kravitz “Big Little lies” debutó el año pasado con su primera temporada y las repercusiones fueron contundentes. Un drama policial cruzado por la violencia de género se ganó la atención de millones de espectadores en todo el mundo, logrando empatía no sólo por su inteligente reflexión de una sociedad agresiva dentro de una comunidad de altísimo poder adquisitivo, sino también por poner el foco atencional en cinco mujeres sumamente diferentes entre sí (cultural, ideológica y económicamente) y reflejar el mismo conflicto en un colegio primario. Como en espejo, aquello que pasaba en la vida real de estas mujeres, iba pasando solapadamente en el vínculo de sus hijxs en el ámbito estrictamente escolar, logrando tensionar la cuerda capítulo tras capítulo, hasta llegar a un final inesperado.
“No hay buenas segundas partes”, dice el refrán popular en ambientes de Hollywood, que aquí cabe a la perfección y se puede entender, sobre todo cuando el desenlace de la primera temporada fue tan perfecto y el segundo, tan abierto. Y quizás, hasta haya inflado demasiado la expectativa de los seguidores, sumar a otra peso pesado del universo actoral para la segunda temporada, como lo es Meryl Streep.
A fines del año pasado, ni bien se conoció la noticia, todos comenzaron a especular con la suma de las partes en pantalla, apostando con creces a la propuesta. Sin embargo, la continuación se percibió algo débil en su trama (sobre todo los últimos dos capítulos), que se se preocupó más por vínculos amorosos que sociales y que, incluso, mostró desconexiones en algunas partes del relato. Fue, sin dudas, una temporada con sabor a poco, que no se ancló en ningún eje temático en particular, sino que fue puente para llegar a otro lado, que no sería un error en sí mismo, si la tercera temporada no sería sólo un rumor por ahora.
Las “Monterey Five” o “Las cinco de Monterey” –ciudad donde transcurre la historia- nacieron casi al final de la primera parte y se convirtieron en el centro de atención para la segunda. Madeline (Reese Whiterspoon), Bonnie (Zoë Kravitz), Celeste (Nicole Kidman), Jane (Shailene Woodley) y Renata (Laura Dern), testigos/culpables de un ¿homicidio? siguen guardando un secreto, pero ya no parece unirlas, sino sólo mantenerlas a flote. La incorporación de Meryl Streep, que fue impecable –por cierto-, no bastó para dar el giro necesario a la historia, que sin dudas puede dar mucho más.
Críticas cruzadas
Y si algo le faltaba a la producción para terminar de convertirse en escándalo, fueron las comidillas internas en el set con la producción. Sin caer en el spoiler, lo cierto es que el final de la segunda temporada dejó a más de un espectador con la boca abierta ya que el desenlace no era el esperado ni siquiera por las mismas actrices. Pues parece que, a último momento, hubo modificaciones en la edición, y lo que iba a ser un final contundente, fue, tan sólo un continuará…
Así y todo, el último episodio fue visto por 3,1 millones de espectadores, o que equivale, según especialistas, a un 19% más respecto al final de la temporada anterior. Crecimiento que, por supuesto, será usado a futuro.
“Creo que nos encantaría hacer una temporada 3 porque hay ciertas ideas. Pero no lo haríamos si no está la misma gente involucrada… incluidos los niños”, dijo hace poco Nicole Kidman en declaraciones a medios australianos y la rueda, entonces, sigue girando.