Aunque se mantuvo una programación semanal y no se suspendieron funciones, responsables del circuito escénico independiente hablan de una merma de hasta el 40% de público. Asimismo, el 2018 quedará como el año en que cerraron Los 7 Locos, Alta Gracia y Cocina de Culturas.
Por otra parte, consultado el sector oficial, desde el Teatro Real señalaron que, al absorber programación y ciclos del Libertador, ellos tuvieron un buen número de asistentes.
En un año signado por una crisis económica que no discriminó a nadie a la hora de reducir poder adquisitivo, los espacios culturales de la ciudad de Córdoba –en especial los independientes- , reflejaron una caída de hasta el 40% en la venta de entradas.
Recesión, inflación y merma en el consumo siempre son (y lo fueron esta vez) los ingredientes de cualquier crisis económica que tiene, como principal consecuencia, que los ciudadanos reduzcan o simplemente anulen aquello que no es de primera necesidad. Y lamentablemente la cultura entra en esa lista.
A pesar que quienes gestionan salas, galerías o auditorios hicieron lo imposible para equilibrar gastos y ganancias (en un contexto en el que además la suba de las tarifas tuvo un gran impacto en estos espacios independientes), el sector ha sufrido una de sus temporadas más difíciles. “Entendemos esto como parte de un proceso y situación económica que atraviesa el país en este momento. Podemos dar cuenta de que a veces la cultura queda relegada ante situaciones que exceden al público en general”, señala Karen desde María Castaña, sala de teatro independiente del centro de la ciudad-
Igual programación pero menor convocatoria
Las salas de teatro independiente en general, señalaron que el 2018 fue un año complicado, porque aunque intentaron mantener el nivel conseguido en años anteriores en cuanto al número y la calidad de obras, el público bajó y obviamente también la venta de entradas. A esto se le sumó la inflación, con el importante aumento tarifario y de insumos. Incluso, en algún momento desde la Red de Salas hicieron referencia a la necesidad de solicitar una «tarifa cultural», algo que surgió en los festivales solidarios impulsados desde La Luna que tuvieron la misión de visibilizar la crisis de este sector.
“Consideramos que durante el 2018 hubo cierta baja en la venta de entradas con respecto al 2017, entre el 20 y el 25% menos, aunque no tuvimos que suspender ninguna función y entendemos esto como parte de un proceso y situación económica que atraviesa el país en este momento”, señalaron desde María Castaña, al tiempo que subrayaron el hecho que fue activa la propuesta de la sala ubicada en Tucumán al 200 desde febrero a noviembre, incluyendo no sólo teatro sino también la galería de arte que funciona al ingreso y los talleres de formación en teatro, canto, stand up y acrobacia.
Por su parte, desde La Cochera, sala que dirige Paco Giménez en Güemes, Daniela Bosio señaló: “fue notablemente inferior la asistencia del público y por ende también la recaudación por venta de entradas este año. Calculamos una baja de entre un 30% y un 40%”. Detallando la situación, Bosio, explicó que “mermó mucho el público no solo el que asiste a las salas sino también a los talleres, tanto los inscriptos iniciales como aquellos que se habían inscripto y que luego no podían seguir pagando los talleres”.
Cuando se le pregunta a las responsables de las salas sobre las perspectivas para el 2019, ambas se muestran dubitativas, ya que el panorama es de una gran incertidumbre. “En cuanto a las perspectivas económicas buscaremos lograr cierto equilibrio con el fin de que no exista un promedio de baja similar con respecto a este año”, señalaron desde María Castaña, al tiempo que apuntaron que seguirán trabajando “para incentivar la participación cultural desde nuestro lugar y hacia el público”. Como dato, adelantan, por ejemplo, que trabajarán con la 3º edición del Festival de Teatro Adolescente “Vamos que venimos regional Córdoba” que buscará seguir fomentando la participación de los jóvenes en la escena teatral, a nivel provincial y nacional, ya que este encuentro cuenta con la participación de provincias de todo el país.
La programación del circuito independiente del teatro cordobés es, desde hace años, no sólo variada, sino de una creciente calidad artística, lo que demuestra el trabajo dedicado colectivamente entre actores, directores, técnicos y comunicadores. Dentro de los espectáculos de estas dos salas, podemos destacar de 2018 las obras “Ambulantes” del grupo Surtes Contenidos, la adaptación de la obra “Las de barranco” con dirección de David Piccotto y “Las de Naides, estampa gaucha”, en María Castaña, sumando de La Cochera “Vals”, con dirección de Cristina Gómez Comini, del grupo Los Delincuentes, el re-estreno de “Peligran los vasos”, con dirección de Paco Giménez, y “Mujer Electro”.
Año de clausuras
Pero no sólo las salas de teatro han sufrido una merma en su público y una baja en sus ingresos. Diferentes espacios multidisciplinarios de la ciudad que lograron sostener en el tiempo una buena programación y que además generaron un público interesado en cada una de esas propuestas, tuvieron que cerrar sus puertas este año a causa de la crisis.
Al principio de año fue el bar Los 7 Locos, que se caracterizaba por ofrecer semanalmente una cuidada grilla musical. En septiembre, nos desayunamos con que el emblemático bar de comedia “Alta Gracia”, administrado por el talentosísimo Jorge Monteagudo también ponía candado a un espacio generoso para artistas de todas las latitudes. Y llegando a fin de año, Cocina de Culturas anuncia que cierra sus puertas el próximo 21 de diciembre debido a la fuerte crisis que sufre el sector cultural.
Tres espacios de la zona céntrica y alrededores no lograron superar un difícil año, y la postal no es más que el botón de una muestra que sin dudas se repite en diferentes ciudades del país.
Susana Guzmán, a cargo de Cocina de Culturas desde sus inicios, hizo hincapié sobre todo en la apuesta que se hizo al abrir el espacio y la poca ayuda que se le da a este sector en momentos de crisis.
Durante siete años, y tal como lo señala Guzmán, Cocina apostó a generar un nuevo movimiento de público en una zona algo olvidada (Bella Vista), consiguiendo no sólo una activación del sector sino también que le daba espacio a artistas locales, nacionales e internacionales. “Cocina de Culturas ha generado un trabajo minucioso de formación de públicos que quizá no ha sido tan importante en estos 7 años y medio pero que si tendrá en el futuro. No hemos creado públicos para Cocina si no para los espectáculos de Córdoba”, apunta Guzmán.
A la hora de evaluar los por qué un espacio como Cocina debía cerrar sus puertas, su encargada explicó que las razones no tienen que ver tanto con la falta de programación, sino justamente con los números que no cierran a la hora del balance entre egreso e ingreso al poner en escena un espectáculo o prender las luces de un show. Así lo explica: “La actividad del 2018 fue muy buena en general, pero con algunas características: el precio de las entradas no pudo aumentar a lo que valía el año pasado, por lo tanto se mantuvo el precio e incluso bajó un poquito (de $200), que es un precio muy bajo, porque con eso no se alcanza a hacer un buen ingreso”. Y esa ecuación, que también hicieron productores independientes, de no trasladar los aumentos de transporte, técnica, sonido, etc, etc,etc, no logró revertir una realidad que pega fuerte, sobre todo si no hay políticas públicas que busquen reactivar el sector y el consumo de bienes culturales.
“La asistencia del público fue buena en general, en todas las fechas, aunque hubo algunas en que estuvo más complicado”, recuerda Guzmán quien sí asume un cambio en cuanto a la procedencia de los artistas, ya que debieron reducir las presencias nacionales para evitar gastos extras. “Tuvimos menos presentaciones de artistas de nivel nacional porque muchos no se animaban o no se daban las condiciones para que pudieran venir y hemos apostado más programación local”, resume.
Será una verdadera lástima pasar por la Av. Roca y ver apagadas las luces de esa Cocina de Culturas, que desde un primer momento mantuvo sus puertas abiertas no sólo a artistas consagrados y de todas las disciplinas, sino que fue escenario para nóveles que se animaban a presentar primeros discos o exponer sus primeras obras confiando en que es así como se crece culturalmente.
Teatro Real, con saldo positivo
Contrario a lo que sucedió con éstos espacios culturales independientes, el Teatro Real, sala con el mayor movimiento cultural dependiente del Gobierno de la Provincia (al estar el Teatro del Libertador en refacción) no vio menguar su producción ni su público, y de hecho, salió fortalecido.
Desde el área de prensa, con satisfacción manifestaron que este año fue excelente para su espacio cultural, debido a tres motivos esenciales, según lo señaló Gabriel Abrile, encargado de prensa del teatro. En primer lugar, el Teatro Real absorvió la programación prevista para el Teatro San Martín, que se encuentra en refacción; además, se realizaron numerosas coproducciones entre el Real y los elencos y productores del Teatro San Martín, lo que fusionó nuevos públicos; también fue escenario del Ciclo Proarte, que tuvo mucha convocatoria; y por último, la intervención de otros espacios de la mano de la producción del Real, como el Triple estreno de la Comedia Cordobesa.
Otro punto que fortaleció la actividad del teatro fueron las funciones preparadas para los espacios escolares, que con gran cantidad de pedidos, sumaron espectadores más jóvenes al público. Además, Abrile agregó que el Teatro Real «abrió las puertas del teatro a la Semana de la Cultura Diversa y a distintos homenajes a artistas populares como: Luis Landrisina, El Chucaro y Ariel Ferrari, entre otros».
De esta manera, el espacio físico del Teatro Real fue cuna de 398 actividades, de las que participaron 106.559 espectadores. Sin embargo, de la actividad total que reúnen los elencos estables resultaron 569 actividades, sumando más de 150.000 espectadores.