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¿Y si Anna Frank hubiese tenido una cámara?

La serie titulada “El video diario de Anna Frank”, que se puede ver por YouTube, adapta parte del contenido del diario íntimo de esta inolvidable niña y lo lleva al plano visual, proponiéndole al espectador una nueva mirada sobre los valiosos testimonios que dejó ella en papel.

¿Qué hubiera pasado si Anna Frank en lugar de haber tenido
un diario, hubiese tenido una cámara?

Hagamos un ejercicio creativo. Imaginemos que Anna Frank, aquella niña de origen judío, víctima del odio del nazismo, que nos dejó parte de su historia personal en un diario íntimo, en lugar de haber recibido como regalo de cumpleaños un cuaderno, hubiese recibido una cámara filmadora y, más aún, hubiera tenido también ese hábito tan normal hoy en día de filmarse cotidianamente. Imaginemos a una Anna Frank haciendo videos en primero planos o planos cortos, narrando sus rutinas, deseos, inquietudes y, por supuesto, sus mayores temores. De haber sido así, podríamos llevar a encuadres reales todo eso que leímos página tras página en su diario íntimo, aquel compendio traducido a más de 70 idiomas que nos permitió –y nos permite aún el día de hoy- seguir reconstruyendo el Holocausto, uno de los mayores infiernos del siglo XX.

 

 copyright 2020 Anne Frank Stichting, fotografía Ray van der Bas.

A partir de esta idea es que surge “El video diario de Anna Frank”, un proyecto en serie de 15  minicapítulos (cortos de aproximadamente 8 minutos cada uno), donde se desarrolla la vida de Anna Frank a partir de 1944, cuando ya está viviendo escondida junto a su familia (y otras personas más), pero que –al mismo tiempo- va y viene en la línea cronológica, desde la llegada de Hitler al poder hasta que comienza la persecución al pueblo judío cuando ella ya vive junto a su familia en Ámsterdam.  

“El enfoque es el mismo: Ana, te habla directamente y te lleva a su mundo y pensamientos”, señalan en la presentación oficial de la página los creadores de este proyecto, y agregan: “En 2020, más de 70 años después, Ana en sus video diarios se dirige directamente al espectador. El diario de Ana es su cámara de vídeo; su diario, sus cartas en el diario personal son sus video diarios; sus lectores se convierten en su audiencia. Una comunicación directa, individual e intensa. Una forma de comunicación adecuada a los tiempos, para aquellos jóvenes que no tienen la idea, así instantáneamente, de tomar un libro y leerlo, pero sí ven vídeos en las redes sociales”.

¿De qué trata?

 

Basada en losReconstrucción del escritorio donde Anna Frank escribió su diario diarios escritos por Anna y siguiendo palabra
tras palabra el hilo con el que la adolescente iba narrando su cotidianeidad, esta original producción nos permite entonces dimensionar a partir de otros rostros, objetos y perspectivas aquello que iba sintiendo la niña en medio de su encierro. Y lo decimos utilizando el verbo en gerundio porque justamente una de las bondades de la serie es la capacidad de ir sumando de a poco y en mínimos detalles, la tensión y la violencia que día a día se percibían en las calles alemanas bajo el poder del nazismo. De sus paseos en bicicleta a plena luz del sol antes de que comenzara el encierro, hasta el estado de pánico por los sonidos de sirenas y bombas en el afuera mientras ella y su familia se resguardan en la famosa «Casa de atrás» que les dio cobijo, la serie atraviesa todos y cada uno de los sentimientos de Anna tanto como protagonista de una historia única como testigo de uno de los capítulos más atroces de la historia moderna.

 

“En la serie de video diario de Anne Frank puedes seguir a Ana, desde el 29 de marzo de 1944. Tiene 14 años y lleva escondida más de año y medio, junto con sus padres Otto y Edith, su hermana Margot, Auguste y Hermann van Pels, su hijo Peter y Fritz Pfeffer. Ana se filma a sí misma y comenta los acontecimientos de la Casa de atrás, hace un repaso de los hechos vividos antes de la clandestinidad, habla de la guerra y comparte sus pensamientos y sentimientos más profundos. El video diario finaliza el 4 de agosto de 1944, día de la detención de Ana y las otras siete personas escondidas y dos protectores no judíos”.

Detrás de escena

La niña que personifica a Anna Frank –y que tiene un increíble parecido con ese rostro inmortalizado que todos conocemos- es Luna Cruz Pérez, y quienes la eligieron fueron los productores de la compañía Every Media: Frank de Horde y Tim Vloothuis. Ellos fueron quienes crearon el concepto
de un video diario, o sea, el diario de Ana Frank en formato de vídeo.

Cabe aclarar también que esta propuesta contó con el apoyo y la aprobación de La Organización Casa de Ana Frank de Amsterdam, institución que ha cooperado en cuanto a contenido y trabajo de edición. Los empleados de
la organización han leído los guiones, también han controlado los hechos
históricos en el contexto del guion, han participado en la reconstrucción de la Casa de atrás y estuvieron presentes durante las grabaciones.

‘Estoy entusiasmada con el video diario. Al reemplazar el diario escrito por una cámara, los jóvenes pueden ponerse en la situación de entonces, en la época que Ana vivió. Al principio, me tuve que acostumbrar a la idea, pero me parece bien que la historia de Ana Frank sea traída de esta manera a los tiempos modernos’

Jaqueline Vaan Marsen 91 años, amiga de Anna

Capítulo x capítulo

copyright 2020 Anne Frank Stichting, fotografía Ray van der Bas.

El proyecto se estrenó en el mes de marzo y durante las siguientes semanas, se fueron publicando los episodios todos los lunes y jueves por la tarde, hasta culminar en abril. Hoy por hoy, se pueden ver la totalidad de los episodios en el canal de YouTube Anne Frank, y por estar subtitulados en cinco  idiomas, pueden llegar a más de 60 países de manera gratuita.

Además, cada episodio cuenta con un material extra donde se va narrando en paralelo y como documental didáctico la vida de Anna Frank y el contexto de guerra que tuvo que sobrellevar junto a su familia.

Conmovedora, original y profundamente humana “El video diario de Anna Frank” es una apuesta sin medias tintas que se juega por reconstruir en coordenadas modernas la atrocidad del nazismo en la Segunda Guerra Mundial para mantener latente la memoria en las nuevas generaciones. 

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