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“Un buen partido”, una serie que nos traslada a la India de los años ‘50

Basada en la exitosa novela del escritor Vikram Seth, la directora Mira Nair despliega el retrato preciso de una época y un país atravesado por las disputas religiosas y territoriales entre hindúes y musulmanes. En el medio, un grupo de jóvenes intentarán cambiar  las rígidas estructuras sociales y culturales en busca del amor y sus sueños.

Cuando en los años ’90 el escritor indio Vikram Seth desembarcó en el mundo literario con “Un buen partido”, tal vez no imaginó que alcanzaría semejante éxito editorial. Comparado por la crítica con obras de Dickens como “La guerra y la paz”, el autor tomó un tema simple y sencillo (padres y madres que quieren imponer a sus hijos con quiénes deben casarse y cómo orientar su vida), para desplegar también un retrato preciso de aquella India de los años ’50. En ese período el país empezó a vivir su proceso de descolonización en el marco de las luchas religiosas y territoriales entre hindúes y musulmanes.

Aquel libro editado en los años ’90, fue la inspiración para que la gran directora Mira Nair (creadora de películas como la inolvidable “La boda del Monzón”), se pusiera al frente de esta miniserie que desde hace algunas semanas está disponible en Netflix y que sumamos ahora a nuestra sección Libros que traspasan el papel.

«Tú también te casarás con quien yo diga», le dice la señora Rupa Mehra a su hija Lata al principio de la historia, en medio de  una boda en la que con trazos precisos se nos empiezan a develar las características de cada uno de los personajes de la trama. Entre ellos se destaca la encantadora Lata (Tanya Maniktala), una estudiante universitaria que no tiene al matrimonio como principal objetivo de vida, y a Maan (Ishaan Kattar) un muchacho un poco alocado al que no le interesa sentar cabeza. Sin embargo, el amor irrumpe en la vida de ambos de manera inaceptable para familias: Lata se enamorará de un chico musulmán –algo que para su madre es casi una afrenta- y Maan de una mujer madura, una artista que no es bien considerada en los círculos de elite. Pero ellos no son los únicos que pondrán en jaque los rígidos valores heredados: está el que rechaza el poderío de su padre y el maltrato que este dispensa a quienes trabajan en su tierra; está la esposa ambiciosa e insatisfecha; está el musulmán  al que no le interesan la divisiones religiosas…. La lista sigue y a partir de allí se va urdiendo un argumento de relatos cruzados en los que no falta la dimensión histórica que expone  la puja de un país que se debate entre las estructuras tradicionales  y la necesidad de modernización.

A las disputas religiosas se suma la lucha por la reforma agraria, la corrupción, la injusticia y las consecuencias de un proceso de descolonización que dejó al descubierto diferencias irreconciliables.

Nawabs, rajas, campesinos, profesores universitarios, poderosos, devotos hindúes y musulmanes, artistas, poetas, mujeres emancipadas y mujeres amas de casa, ministros, jueces, revolucionarios… Todos van pasando por esta historia a la que Mira Nair le ha dado su habitual toque poético. Se tocan muchos temas, sin excesos y con sutileza. Un relato que sugiere mucho más de lo que cuenta.

“Un buen partido” es miniserie que si bien tiene un cierre que tal vez no deje satisfecha a la totalidad de la audiencia -ya que deja al descubierto que para esos hijos aún no ha llegado el tiempo de romper definitivamente con las reglas establecidas-, sí ofrece un interesante retrato de época que se puede saborear, a ritmo lento, en tan solo 6 capítulos.   

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