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El reality familiar lo vuelve a hacer, La Voz Argentina es lo más visto de la TV

Con 17.6, el programa conducido por Marley que presenta voces de todas partes del país y Latinoamérica se ubica en el primer puesto del podio y no deja de crecer con respecto a la competencia. Ante un Showmatch que ya perdió brillo y sorpresa, el ciclo de talent show demuestra que el problema no es el reality, sino cómo dar una vuelta de tuerca. 

 

La Voz Argentina se consagró desde el primer día como lo más visto de la producción de Telefe, y luego, de toda la programación televisiva de aire. Tal como publicaron desde el portal Primicias Ya y numerosos medios nacionales, el show de talentos arrancó con 15,6 puntos de rating en el día de su debut, alcanzando la cima de los programas más vistos, continuando hoy por hoy con 17.6 liderando el podio. La primera temporada de La Voz Argentina comenzó el 1 de julio de 2012, y luego de 5 años, se lleva adelante la segunda edición.

 

Pero ¿cuál es la fórmula secreta de este programa? Sin duda un combo de reality show, historias conmovedoras, espectáculos para toda la familia, grandes y queridas figuras musicales, participación del público, y lo más importante: talento. La combinación de todos estos elementos se une a la programación federal que brinda el show, con participantes de diferentes provincias, e incluso de otros países latinoamericanos, subiendo al escenario historias y tonadas que colorean cada edición.

 

El formato del programa consiste en elegir entre un grupo de concursantes a aquellos que destaquen por sus cualidades vocales, sin que su imagen influya en la decisión del jurado, por eso en la primera etapa quienes eligen están de espaldas a los participantes. La Voz Argentina es la adaptación local del exitoso formato holandés The Voice. Voces increíbles, diferentes y profesionales se lucen en el escenario nacional.

 

¿Será este el regreso de los talent show a la televisión argentina? Las novelas se renuevan, ShowMatch suma ediciones, y este año los programas de juegos y equipos han tenido mucho espacio en la tv, pero La Voz los superó. Las historias de vida y los triunfos individuales de cada participante cobran fuerza en cada canción que interpretan. Vidas sencillas, humildes, con anécdotas cotidianas, conectan directamente con el corazón del espectador.

 

 Por otro lado, las figuras del jurado tienen importante mérito en los logros del programa. La Sole y Axel ya son clásicos de La Voz Argentina, a los que se sumaron Ricardo Montaner y Tini Stoessel. Estos cuatro consagrados artistas muestran en pantalla una camaradería contagiosa y muy divertida. Ricardo Montaner, con su acento y sus ocurrencias es siempre el encargado de despertar risas en el público y en sus compañeros.

 

Además, la presencia de concursantes venidos de otros países, como Uruguay, Venezuela o Colombia, permitió reflexionar sobre la actualidad social que viven y sufren en diferentes partes de Latinoamérica. Incluso las realidades de los participantes son tratadas con respecto y la familiaridad que crece entre ellos también fluye ante las cámaras: se hicieron amigos, comparten, se lamentan cuando otro pierde y se alegran si gana, en pocas palabras, se quieren. Sentar a la familia, reunida, frente al televisor nunca fue tan fácil: hay show para todos y para cada edad. Surgen los personajes, los favoritos, y a la hora de votar también se refleja en la elección del público.

 

Otra de las características de La Voz es la actividad multimedia: las redes sociales están a la par de lo emitido en la televisión en cuanto al contenido. Cande Molfese, la joven actriz y conductora argentina, es la encargada de guiar a los usuarios de Facebook e Instagram en las entrevistas fuera de cámara y los backstage. Nada se pierde, todo se transforma. Por último, la escenografía, el buen sonido y la ocurrente conducción de Marley terminan de consolidar este programa.

 

El concurso se subdivide en diferentes fases: la primera instancia del canto “a ciegas”, la selección y el duelo entre equipos con shows preparados para las galas especiales, y por último, la presentación en vivo, faceta en la que se encuentra el programa actualmente. Pero como era de esperar, quienes lleguen a la etapa final, podrán subir a escenarios de salas y teatros de todo el país, buscando el tan ansiado vínculo con el público real. Porque una cosa es brillar en una gala detrás de la pantalla chica, y otra muy distinta es conectar con los espectadores en vivo y en directo, sin prime time que ayude.

Igual, por ahora, los chicos y chicas venidos de diferentes partes del país y América Latina siguen apostando y construyendo su mejor personaje gala tras gala para quedarse con el premio final.

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