Recomendados de poesía para leer en vacaciones

En el #DíaDeLosEnamorados, te proponemos dos poetas que dejaron huellas en la literatura universal: la polaca Wislawa Szymborska y la argentina Alfonsina Storni. Ambas supieron expresar el amor, pero también la vida, la amistad y el paso del tiempo, en bellos e inolvidables versos.

Wislawa Szymborska

Nacida en Kórnik (Polonia) en 1923, Szymborska es una referente de la poesía internacional, tanto es así que recibió en 1996 el Premio Nobel de Literatura. Su poesía ha sido traducida a veinte idiomas y está considerada como una de las cumbres de la literatura europea del siglo XX. Publicó más de diez libros. Falleció en Cracovia en 2012.

Entre tantos trabajos que recuperan sus escritos, te recomendamos “Paisaje con grano de arena” (Lumen) y “Poesía no completa” (Fondo de Economía).

El primero tiene que ver con una amplia selección de la obra de Szymborska, y se considera el primer volumen poético de la autora publicado en lengua castellana. Los cien poemas recogidos en esta antología, autorizada por la autora, constituyen una excelente muestra del recorrido literario y temático de la poesía de la autora, una poesía que, según la Academia sueca, «mezcla la elegancia de Mozart con la pasión de Beethoven».

Por otra parte, “Poesía no completa” propone un recorrido de poemas donde Szymborska escribe desde su propia voz, sobre su país, Polonia, que estuvo a punto de perder su lengua y sus raíces, obligado a pensar en alemán y a hablar en ruso. “A través de un vedado humor y de una gran valentía, estos poemas dan la vuelta de tuerca a la desazón del siglo XX y nos presentan un espíritu creativo que va más allá de fronteras, expresiones e idiomas”.

¿Leemos a Szymborska?

Nada ocurre dos veces

y nunca ocurrirá.

Nacimos sin experiencia,

moriremos sin rutina.

Aunque fuéramos los alumnos

más torpes en la escuela del mundo,

nunca más repasaremos

ningún verano o invierno.

Ningún día se repite,

no hay dos noches iguales,

dos besos que dieran lo mismo,

dos miradas en los mismos ojos.

Ayer alguien pronunciaba

tu nombre en mi presencia,

como si de repente cayera

una rosa por la ventana abierta.

Hoy, cuando estamos juntos,

vuelvo la cara hacia el muro.

¿Rosa? ¿Cómo es la rosa?

¿Es flor? ¿O tal vez piedra?

¿Y por qué tú, mala hora,

te enredas en un miedo inútil?

Eres, pues estás pasando,

pasarás —es bello esto.

Sonrientes, abrazados,

intentemos encontrarnos,

aunque seamos distintos

como dos gotas de agua.

Alfonsina Storni, la poeta argentina

Por otro lado, te invitamos a descubrir la obra de la argentina Alfonsina Storni (1892 nació en Suiza de manera coyuntural – 1938) a partir del libro “Poesía reunida”, donde se puede encontrar un recorrido por todos sus trabajos.

Una vida repleta de dificultades fue la de Alfonsina, mujer que consiguió como autora reconocimientos que ninguna otra había conseguido hasta el momento, como ser jurado de un premio municipal en Buenos Aires. Storni fue eslabón fundamental de la comunidad literaria de los ´20 y los ´30 en Argentina, trabó amistad con pintores como Emilio Centurión, Benita Quinquela Martín, periodistas, actores y por supuesto otros autores como Federico García Lora u Horacio Quiroga, con quien mantuvo un vínculo muy especial.

De hecho, el segundo libro que te proponemos es “Horacio Quiroga y Alfonsina Storni. Amor, locura y muerte”, reconstrucción histórica y documentada de Fernando Klein, sobre esta relación.

“En 1916 –bajo la sombra de la Gran Guerra que atormentaba el mundo, en un Buenos Aires y Montevideo con el encendido de sus primeras luces que brillarán en las siguientes décadas– Horacio y Alfonsina construirán una historia de amor que será un remanso para los fantasmas de la locura y la depresión que sobrevuela esos corazones y mentes. A través de estas páginas el lector podrá adentrarse en una época, un tiempo, la literatura y una sociedad a través de los ojos y corazones de dos referentes de la cultura rioplatense”.

¿Leemos a Storni?

 

OBRA DE AMOR

 

Rosas y lirios ves en el espino;

juegas a ser: te cabe en una mano,

esmeralda pequeña, el océano;

hablas sin lengua, enredas el destino.

 

Plantas la testa en el azul divino

y antípodas, tus pies, en el lejano

revés del mundo; y te haces soberano,

y desatas al sol de tu camino.

 

Miras el horizonte y tu mirada

hace nacer en noche la alborada;

sueñas y crean hueso tus ficciones.

 

Muda la mano que te alzaba en vuelo,

y a tus pies cae, cristal roto, el cielo,

y polvo y sombra levan sus talones.

Read Previous

Hoy leemos… «El origen de la alegría»

Read Next

Propuestas de cine para agendar