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Narrar la vejez

“Luz de febrero” es la nueva novela de la norteamericana Elizabeth Strout. La interesante trama retoma el personaje de Olive Kitteridge, nombre y protagonista de su novela homónima best seller en EEUU, que obtuvo en 2009 el Premio Pulitzer, y narra en esta ocasión el ocaso de esta huraña mujer y sus vínculos más íntimos.

Con una pluma sencilla, austera, que reconstruye (o intenta reconstruir) en cada frase la cotidianeidad de una persona, Elizabeth Strout (1956) nos invita en “Luz de febrero” a ser –otra vez- parte de la vida de Olive Kitteridge.

“Es tan Olive”, dirán los personajes que rodean a la protagonista de esta trama, diciendo todo y al mismo tiempo no diciendo nada de esta mujer ya entrada en años, maestra de matemáticas jubilada de un pequeño pueblo de la costa de Maine que fue clave en la vida de toda su familia, y también de varios de los habitantes del lugar.

“Luz de febrero” (Duomo Nefelibata) llega luego de una década de “Olive Kitteridge”, reconocido best seller de la autora (también creadora del Me llamo Lucy Barton) publicado en 2009  (que logró obtener el Premio Pulitzer), donde presentaba al mundo –a partir de trece relatos hilvanados- este personaje colmado de claroscuros e interrogantes. 

“Olive” fue un boom en su momento, no sólo por la contundencia del personaje – una mujer de mal genio, arrogante, de modos agresivos con la gente que la rodea-, sino también porque su autora ponía (y pone) sobre la mesa una forma de narrar que se alejaba de la lírica y se colmaba de oralidad. Forma de narrar que también está presente en “Luz de febrero”, ya que los personajes de Strout siempre habitan sus tramas como habitan la calle donde viven y nos hablan de la misma manera. Por eso lo que les pasa es presentado de manera tan cercana que pareciera que quien nos está contando lo que le ocurre fuera un vecino o un amigo.

Frances McDorman protagonizó a Olive, el primer libro, en una serie que se puede ver en HBO Max.

“Olive” esa maestra retirada que en el primer libro nos relataba un fragmento de 25 años de su vida mientras es adulta e intenta resolver los problemas de su matrimonio y su hijo, se observa en esta segunda novela ya en un registro desde su longevidad (ya viuda en pareja con su vecino Jack Kennison), cuando el calendario marca sus casi ochenta años.

Y allí es donde se ubica uno de los puntos más fuertes de la historia. La vejez como punto de partida para narrar la soledad y el paso del tiempo, los vínculos familiares que se sostienen o desaparecen, el deseo y el amor, la compañía y sus instantes de felicidad.

Es importante señalar que no es necesario haber leído el primer tomo de “Olive”, ya que ambas novelas son independientes una de otra, y que si uno no conoce la trayectoria del personaje, su perfil se construye rápidamente en las primeras páginas. De todas maneras, Strout retoma el personaje que la ubicó en el panorama literario internacional hace un tiempo, con el claro objetivo de ponerle voz a aquellos que transitando la última etapa de su vida, revisan no sólo algunos capítulos de su propia existencia, sino también los lazos tendidos hacia los demás.

En “Luz de febrero”, la irascible, huraña Olive Kitterdige atravesará la vejez con la honestidad brutal que tanto la ha caracterizado, y cada oportunidad relatada nos interpelará para descubrir cuál es la mirada que tenemos sobre la calidad de vida de aquellos adultos mayores que nos rodean. Momentos de humillación, de profunda soledad ante las enfermedades y de tremenda incomodidad pueblan esta novela, que vuelve a poner a su autora en la mira.

Olive ha envejecido y si bien algunos lectores ya pueden conocerla de antes, no es nada más ni nada menos que una mujer como tantas otras, que se encuentra en el ocaso de sus días observando cuánto ha construido o destruido alrededor de ella. Una conmovedora historia que se debe disfrutar muy de a poco ya que no hay un clímax que intensifique la trama, sino una sucesión de relatos profundamente domésticos, detallados minuciosamente y desde lo más profundo del alma. 

Cabe recordar por último, que Olive emergió con tanta fuerza tras su publicación que años después el libro pasó a la pantalla y con la tremenda interpretación (y adaptación) de Frances McDormand para una miniserie homónima de cuatro capítulos para HBO Max.

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