babilonia logo

"Los niños entran a la lectura a través de una buena narración"

El próximo lunes 9 de julio tendrá lugar en el Rincón Cultural la propuesta “Así fue… como sucedió una vez” junto a la narradora Nadina Barbieri, quien desplegará cuentos, canciones y juegos para toda la familia. De la importancia de conectar con los niños y sus ganas, de chicos inquietos y de pautas para convertirse en verdaderos cuentacuentos, Nadina habló con Babilonia en esta charla.

 

 

 

Nadina es maga. Nadina es actriz. Nadina es una gran observadora. Nadina es locutora y cantante. Nadina es, en resumidas cuentas, narradora.

 

Después de haber regalado el año pasado hermosas historias y melodías en el Rincón Cultural de Dinosaurio Mall dentro de la actividad planteada por Babilonia Literaria para las vacaciones, Nadina Barbieri regresa a este espacio el próximo lunes 9 de julio ofreciendo el espectáculo “Así fue… como sucedió una vez”. Se trata de una propuesta integrada con nuevos relatos y juegos para disfrutar en familia, buscando acercar a los pequeños a la lectura, a través del importante ritual de la escucha atenta y participativa.

 

“Lo primero que hago cuando llego –siempre un rato antes del show- es mirar al público y el clima que hay”, dice Nadina, experimentada en esto de narrar frente a niñxs pequeños y grandes, consciente que esa empatía con quienes la escucharán es fundamental. “Las ganas de, por ahí se empieza”, dice ella, que asegura tener siempre un plan A y otro plan B, y por eso está preparando desde hace días cuentos viejos y no tanto, otros olvidados, recordando también canciones, sensaciones y fantasías para meter todo en una gran bolsa y sacar según las demandas de los presentes.

 

Algunos quizás estarán ansiosos de escucharlas, otros no tanto. Un par cansado por haber viajado desde su casa hasta encontrarse con Nadina y otro grupo quizás algo aburrido. Ella sabe que la heterogeneidad es una constante en la platea y que lo mejor surge justamente de allí. Por eso, y a  contramano de lo les pasa a muchos adultos, a Nadina no le asustan los niños dispersos e inquietos, aquellos que no pueden quedarse serenos ni un minuto. Al contrario, dicen que son el mejor público para una tarde de narración. Y está segura de ello, entre otras cosas, porque fue ella misma una niña con hormigas en la cola, que no podía detenerse en una sola página de cualquier libro, pero que era capaz de pasar horas escuchando a los grandes relatar historias. “Estoy convencida que los niños entran a la lectura a través de una buena narración”, apunta también, invitándonos entonces a regresar al ritual de hacer silencio y escuchar, de los cuentos en compañía y los relatos a viva voz.

 

En la previa del lunes, hablamos con Nadina quien adelantó parte de “Así fue… como sucedió una vez” y de paso  nos dio sus trucos para que tengamos en cuenta los adultos a la hora de narrar.

 

¿Cómo te preparás para una tarde de narración? ¿Qué cuentos elegís y por qué?

– Tengo pautados generalmente algunos cuentos según el público que voy a tener. En este caso, como es la segunda vez que participo del espacio, el desafío es doble porque hay quienes ya me vieron en la primera puesta. Pero en general, pienso los espectáculos  siempre en función de las edades y sus intereses. Está el Plan A y Plan B, porque lo primero que hago cuando llego –siempre un rato antes del show- es mirar al público y observar el clima que hay: si están inquietos o tranquilos,  quiénes son para saber con qué iniciar.  

 

El trabajo de narrador pasa entonces por la empatía, en primer lugar 

– El principal desafío es generar vínculos, por eso preparo nuevos y viejos cuentos también. Me vuelvo a encontrar con canciones guardadas, llevo instrumentos y sé que el espectáculo se terminará de concretar con el público, porque a veces surgen cosas que no había pensado.  La bolsa que llevo es como la bolsa de un mago.  

 

A veces a los adultos nos pasa que esa actitud inquieta de los niños nos da inseguridad, sin embargo para vos es un aliciente…

– Me pasa cuando llego a un cole, por ejemplo, que están bastante inquietos. Por eso me gusta mirar las caritas, pensar cómo habrán sido sus mañanas, de dónde vienen. Me tomo ese trabajo para ver cómo empezar, porque siempre existen juegos con el cuerpo, con palmas por ejemplo, que vuelven a la concentración. Para mí cuando se está disperso lo importante es poner el cuerpo, porque la cabeza está dispersa pero cuando el cuerpo se concentra, la cabeza vuelve. De volver al eje, de eso se trata. 

 

Lo actoral, lo escénico, una buena historia, lo gestual, ¿qué es lo más importante para que haya buena narración?

– Todo es fundamental, por eso es un trabajo tan importante. Pero lo básico es generar el vínculo, porque si no te genero las ganas de escuchar, no vas a querer escuchar. Yo puedo llevar el mejor cuento, diversos elementos, me puedo mover y cantar, pero si no te dije: “Hola, ¿sabés que vamos a escuchar ahora?” y el otro me mira y  responde: “un cuento”, no va a pasar nada. El diálogo que se genera, esa primer mirada para que haya lugar para el silencio -porque no hay nada más feo que un cuento gritado- esa conexión que se hace con el niño y ese volver a la calma es lo más importante. Las ganas de, por ahí se empieza.

 

El relato oral es muy anterior al relato escrito, ¿qué es la narración para vos?

– Es volver al ritual, ese ritual de la escucha, que se da en semicírculo o en ronda, ese saber que uno va a hablar y los demás van a escuchar. Y también que si después alguno quiere hablar -que siempre se da- se pueda dar el espacio. Por eso la atención constante es un desafió permanente. Hay que ponerse la camiseta del cuento y salir.  Pero lo hago con muchísimo amor y lo que más me gusta es narrar en los espacios del niño junto a su familia. Porque estoy convencida que los niños disfrutan el doble cuando los padres están ahí, compartiendo con ellos los cuentos, riendo, participando. Es lo más hermoso que se puede dar en la lectura.

 

¿De dónde nació Nadina narradora? ¿Eras una niña lectora?

– Mi mamá hacía esto y mucho más, en mi casa siempre hubo animación a la lectura, cuentos, propuestas lúdicas. Mi mamá hacía radio, televisión y teatro para chicos. Me crié en una casa donde los elementos de trabajo eran los libros, discos, cuentos, pero yo no fui una niña lectora, en cambio sí una gran escuchadora.

 

¿Cómo sería eso?

– Siempre fui dispersa e inquieta, por eso entiendo perfectamente cuando los niños no se quieren sentar ni estar quietos, pero sí adoraba escuchar. Los cuentos hablados, esos eran los que más me gustaban, había discos de María Elena Walsh leídos por ella misma que me apasionaban.  Los libros me atrapaban por los dibujos y cuando había letras me aburría, pasaba las páginas hasta otro dibujo. Me conectaba con las historias a través de las voces. Yo era la que siempre estaba escuchando el diálogo entre gente adulta, a tal punto que me tenían que decir: retirate Nadina. Por eso está bueno lo de la narración porque los niños entran a la literatura a partir de una lectura animada y en voz alta.

Por eso no me asusta cuando me dicen que los chicos son inquietos, de hecho me parece mejor, porque cuando logro entrar en ese niño, llamar su atención, ya está.

 

Para ser un verdadero cuentacuentos

 

Si usted es de esos que le gusta leer cuentos a sus hijos, nietos, primos, sobrinos, etc, etc etc, antes de subir a escena, y en la previa de su preparación, Nadina nos dejó un par de consejos, para convertir cualquier momento en un recuerdo imborrable.

  • Primero buscar el momento y tener en cuenta cómo fue el día de los niños.

  • No esperar hasta el último momento de la noche, sino hacer quizás todo temprano y no esperar que llegue el cansancio de querer ir a dormir.

  • Buscar el mejor espacio, porque los cuentos no se leen ni apurados, ni enojados, ni gritando.

  • Elegir cuentos cortos y que permitan la participación, que la historia se pueda completar con cosas que quizás no tengan nada que ver, sumar sus cosas.

  • Generar silencios, suspenso. De repente equivocarse y disfrutarlo. Repetir oraciones. Todo lo que ayude a que participen y estén atentos. El juego tiene que estar en uno, si uno no disfruta es imposible transmitir diversión a los chicos.

  • La narración es un juego que se comparte. Si no hay libros en la casa no importa, se crea una historia. Es un juego, como dice Graciela Montes, que comienza con “El había una vez”, y termina con “colorín colorado”. Y cuando termina  comienza siempre otra vez.

  • En los cuentos todo está permitido, hay que estar lejos de las estructuras. Hay que generar las ganas de.

  • Lo lindo también es repetir el ritual y sus elementos, quizás encender el mismo velador y apagar las luces, poner una manta, que haya un almohadón para el narrador y otro para los espectadores. Buscar muñecos o peluches para la ocasión.

Datos del show

 

«Así fue… como sucedió una vez» tendrá lugar el próximo lunes 9 de julio en el Rincón Cultural de Dinosaurio Mall de rodríguez del Busto, a las 16, con entrada libre y gratuita. Si querés podés traer un almohadón para sentarte en el piso. Y después del espectáculo, habilitaremos un set audiovisual de «Pequeños booktuber» para que quienes se animen puedan grabar un video contando acerca de un libro que les guste o quieran recomendar. 

Read Previous

Animals: Pink Floyd con acento cordobés

Read Next

Agenda de la semana