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Literatura infantil y juvenil cordobesa premiada por ALIJA

La Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de Argentina reconoció los títulos destacados del 2021-2022 y dentro de los elegidos hay cinco propuestas de editoriales y autores locales. En esta nota te contamos cuáles son para sumarlos a las bibliotecas familiares.

En el marco de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires 2022, ALIJA, la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de Argentina, dio a conocer los libros que fueron premiados en el periodo 2021–2022. Se trata de trabajos realizados por autores, autoras y editoriales de todo el país y que son destacados en diferentes rubros como Cuento, Novela infantil, Novela Juvenil, Labor editorial, Diseño, etc.

ALIJA no es solo un organismo nacional, sino también sección Nacional de IBBY, la Organización Internacional del Libro Infantil y Juvenil, cuya sede encuentra en Suiza, y  desde hace más de 30 años (se fundó en 1985) trabaja “por la promoción y difusión de la literatura para las niñas, los niños”. De allí, su importancia a nivel regional e internacional.  

Entre los premiados de este año se encuentran -feliz y merecidamente- seis libros de autores y sellos cordobeses. Trabajos de una alta calidad literaria y cuidada factura que dan cuenta de algo que venimos sosteniendo año tras año y que tiene que ver con la labor en literatura infantil y juvenil de la provincia.

A continuación, les contamos uno por uno los premiados con el comentario de sus algunos de sus autoras y editoras.

1. “Peludo Normandus Ciboulette”, de Maricel Palomeque e ilustraciones de Lucas Aguirre de la editorial De los Ríos.

Este libro, 100% cordobés, fue premiado dentro de la categoría Novela Infantil.

Se trata de una historia que se centra en lo que le pasa a Drusilla, una niña que recibe –un día cualquiera- y de regalo una mascota. Un bicho extraño al que le pondrá de nombre Peludo Normandus Ciboulette y a quien intentará enseñarle algunas normas básicas de convivencia. 

«Se trata de una nouvelle distópica. Un escenario del futuro cercano; un mundo que fui imaginando según la historia iba creciendo: mascotas híbridas, Terroneros, Pozo de las bazofias… situaciones y personajes que plantean conflictos sobre cuestiones cotidianas», cuenta para Babilonia su autora. 

«La protagonista (Drusilla) quiere deshacerse de su mascota, se arrepiente de haberla adoptado… Así es que la historia me permitió mostrar en parte mis propias contradicciones sobre temas ecológicos como también -solapadamente- mi preocupación sobre cuestiones de bioética. ¿Qué mascotas queremos domesticar? ¿Cuál es el límite?»

 Asimismo, Palomeque apunta lo que significa recibir distinciones como éstas que generan un «envión para seguir escribiendo». En este sentido subraya el trabajo de ALIJA como institución y también el hecho de que sea un premio federal con jurados especializados. «Se destaca un libro por su calidad literaria, editorial, y no por intereses de mercado, por eso es un premio para celebrar» fundamenta por último.  

2.

Dentro de la Sección Poesía fue premiada una autora/docente/comprometida trabajadora de la literatura infantil y juvenil desde hace décadas.

Hablamos de Laura Escudero Tobler y su “Jardín del aire”, que cuenta con ilustraciones de Tomás Olivo (Chile), y pertenece a la colección “Periquito”, del sello Portacultura.

Una propuesta bellísima que conjuga en sus páginas dibujos con versos, invitando a niños y niñas pequeños a abrirle la puerta a las metáforas que nos regala el mundo que nos rodea.

“Jardín del aire nació del aire como casi toda la poesía que mira al mundo. De una atmósfera que permanece sobre las cosas aunque las cosas cambien y desaparezcan porque la vida se mueve al ritmo de las estaciones: otoño, invierno, primavera, verano, lo que nace, vive y se muere. Esa evidencia puede perderse con facilidad si una se olvida de mirar afuera”, cuenta la autora para Babilonia en ocasión del premio.

“Jardín del aire nació de un abuelo que fue maestro de la atención, coleccionista de objetos inútiles, atento a lo que necesita abrigo. Un día alguna palabra trajo la semilla de una primavera pasada y se hizo poesía. A veces la única belleza posible es un jardín.
Un jardín siempre es posible, aún si solo hay una maceta, así es para mí.
Y así fue para mi abuelo”, agrega también.

Para Escudero, “Jardín del aire” es un “libro con corazón de semilla, en forma y contenido”, ya que así fue trabajado junto a Cecilia Alfonso Estévez, Tomás Olivos y Portaculturas a quienes la autora agradece “profundamente la disponibilidad para ver de qué especie era el poema y qué cuidados necesitaba para florecer”.

 

3. “La Grasita”, de Mercedes Pérez Sabbi con ilustraciones de Raquel Cané (ambas de Buenos Aires), es otro de los libros distinguidos que pertenece al sello cordobés Comunicarte.

Esta propuesta fue elegida dentro de la Sección Novela Histórica radicando justamente allí el poder del relato.

Ambientada a mediados del siglo XX, la historia se centra en Clarita una niña inquieta, hija de un padre almacenero. Clarita tiene un sueño: viajar a conocer la Plaza de Mayo de Buenos Aires. Llegará el mismísimo 16 de junio de 1955, un día clave en la historia política del país. “Mamá, ¿yo soy una grasita?”, preguntará Clara cuando su curiosidad se ponga en primer plano a partir de los comentarios de la gente que la rodea, y el interrogante será el disparador para reconstruir aspectos sociales y culturales argentinos. 

“Yo la quiero demasiado a “La grasita”, cuenta Karina Fraccarolli editora general de Comunicarte, “porque llegó en esos humildes archivos de Word como llegan todos los archivos de quienes se dedican a la escritura y se llamaba “De palomas y cenizas”. El título no me agradó para nada pero no sé por qué ni bien llegó la imprimí y comencé a leerla. Me apasionó al instante porque se ve tan nítida esa Clarita que titulé luego La Grasita, que es el mote que recibe la protagonista en una circunstancia y que ella no entiende. Clarita visita Buenos Aires el 16 de junio de 1955, bombardeo a Plaza de Mayo, una infancia que recibe del cielo lo que jamás debió caer sobre la sociedad civil, un hecho que jamás ha frecuentado la literatura para jóvenes y lo ha hecho muy poco en la literatura para adultos. Un destacado de ALIJA es un faro que hecha luz y dice: “sigan, vamos”. Es alentador, sobre todo porque los jurados son muy diversos, honestos y formados”.

 

Asimismo, Fraccarrolli aprovecha la ocasión y subraya lo feliz que se siente de que los premiados de ALIJA hayan destacado tantos sellos locales, “algo que no debería sorprendernos porque históricamente hemos escrito, dibujado y editado de manera muy anticipada al resto de las provincias”.

“Creo que tenemos tradición los cordobeses y que se concrete en una distinción la labor editorial de la Terraza, Los Ríos, Portacultura, es demasiado importante, elocuente y eso debiera estimular a quienes otorgan fondos para compras para nuestros estado provincial y municipal. Porque estos destacados va señalando -desde la órbita nacional e internacional- que están haciendo bien las cosas y que aportar a la cultura editorial de la ciudad y provincia es una obligación”.

4. “Ecos de la Lengua”, de María Teresa Andruetto + El esperpento (ilustraciones), de Ediciones de La Terraza.

Se trata de un interesante libro que recupera por escrito el discurso realizado por la autora cordobesa en el cierre del VIII Congreso Internacional de la Lengua de 2019 realizado en nuestra ciudad, sumándole anexos que articulan curiosidades sobre el texto y su autora. Esta propuesta, fue premiada dentro del rubro Labor editorial.

¿Por qué llevar al soporte físico un discurso? ¿Por qué volver material la inmaterialidad de la oralidad? ¿Cómo lograr traspasar en un libro el poder que tuvo ese relato ese día en ese lugar?

Según explica Barbi Couto, editora de La Terraza, en diálogo con Babilonia, “por su relevancia y la potencia de todas sus observaciones”, este discurso enseguida se replicó en medios y espacios virtuales lo que evidenciaba “una potencia (política, ideológica, estética) tal, que nos comprometía como editores a darle materialidad”.

A continuación, explica: “Convertir ese discurso en un objeto libro (objeto tanto físico como digital, porque el libro está disponible para descarga) le abriría otros espacios de conversación y lectura donde la reflexión sobre la lengua, nuestra lengua castellana, es vital y necesaria (sobre todo pero no solamente en escuelas e instituciones dedicadas a la enseñanza).

Ya puestos en la aventura de editarlo, decidimos ampliar con una entrevista y animarnos a jugar un juego colectivo de asociación libre invitando otras lecturas -en sentido amplio-.

«Entonces armamos», sigue contando  Couto, «un desglosario con palabras del discurso que resuenan en nosotros. Canciones, libros, otras conferencias, poemas, una multiplicidad de producciones disponibles virtualmente por donde se puede seguir reflexionando sobre la palabra, la lengua, nuestra identidad y la lectura. Incluso con páginas en blanco para poder tomar nota de otras palabras y otras resonancias que aparezcan con cada lectura”.

“Ecos de la lengua”, entonces se puede conseguir en papel y –siguiendo con una política editorial de libre acceso- se puede descargar de manera gratuita ingresando a este link.

Por último, vuelve a aparecer la editorial Portaculturas y su colección Periquito, ya que entre los premiados de la sección Diseño se destaca:

5. “Mi mamá es un pañuelo”, libro de Gabriela Larralde, ilustraciones de Yael Frankel y diseño editorial de Cecilia Alfonso Estevez.

También dibujante, Alfonso Estevez pensó esta amorosa propuesta para pequeños lectores a partir de la idea de la figura materna.

El objeto conocido comúnmente como «mamá» es facilísimo de entender cuando es de otro. Una dice «la mamá de fulanito», por ejemplo, y todos entendemos que no es un tractor o un helado, mucho menos un cangrejo… Pero a nuestra propia mamá ¿quién la entiende?

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