Con ideas y vueltas desde hace varios meses, finalmente en agosto se estrenará en los cines argentinos “La odisea de los giles”, filme dirigido por Sebastián Borensztein que lleva a la pantalla grande la novela “La noche de la usina”, de Eduardo Sacheri, premio Alfaguara 2016.
Cuando se conoció la noticia de su premiación por el sello Alfaguara, allá por el año 2016, el título generó otro boom de ventas. Pero lo cierto es que Eduardo Sacheri hacía rato venía siendo un autor que escalaba puestos en el ranking de los más vendidos, que había sabido posicionarse como un gran escritor que se develaba de a poco (antes de ser reconocido en el mundo editorial se desempañaba como docente de historia secundaria) y que lograba satisfacer a su público en cada nueva entrega.
Lo primero que editó fue “Esperándolo a Tito”, antología de cuentos futboleros en el 2000 (en España bajo el título Los traidores y otros cuentos»), después “Te conozco, Mendizábal” y “Lo raro empezó después” y desde allí, su nombre fue consiguiendo tomar una buena altura, para que años más tarde los cineastas posaran sus ojos en sus novelas para llevarlas a la pantalla grande. Así ocurrió con “La pregunta de sus ojos” (2005) y “Papeles en el viento” (2011) llevadas al cine por Juan José Campanella y Juan Tartutto, respectivamente, que lograron (re)crear relatos y personajes de ese mundo cotidiano que siempre plantea Sacheri en sus escritos.
Esta vez, la elegida fue “La noche de la usina”, novela que se quedó con el premio Alfaguara Novela 2016, y que relata las peripecias de un grupo de sencillas personas que se propone realizar un ambicioso plan para conseguir recuperar aquello que les fue injustamente retenido con el corralito del 2001. Con un elenco comandado por Ricardo Darín, Luis Brandoni, el Chino Darín, Daniel Araoz, Verónica Llinás, Carlos Belloso, Andrés Parra y Rita Cortese, el filme se propone narrar en detalle las peripecias de una peligrosa maniobra con olor a revancha que incluyen a un exfutbolista y su hijo universitario, un anarquista-radical, un transportista y su hijo Hernán, los hermanos López, un encargado ferroviario y el extraño Molina.
«Fue una experiencia larga y compleja», explicó Borensztein hace tan sólo unas semanas en la Feria del Libro de Buenos Aires, contexto donde se realizó una charla en conjunto con Eduardo Sacheri, a manera de adelanto del filme, y agregó que, según su humilde opinión, » La noche de la usina es la gran novela argentina de los últimos diez años”. «Me acuerdo que en el primer encuentro con Eduardo yo le dije: ‘escribiste una gran novela, ahora yo tengo un gran problema: tratar de hacer una gran película a partir de eso'», contó el cineasta según consigna el portal Me gusta leer, quien tuvo la difícil tarea de vestir, hacer hablar y sentir, en última instancia, humanizar, personajes literarios más que complejos creados en papel por Sacheri.
Con un inicio más que potente, la novela se sitúa en el convulsionado diciembre de 2001, cuando el Estado argentino informaba a los ciudadanos que el corralito comenzaba a regir y los ahorros de millones de personas quedaban en poder del sistema. Un grupo de vecinos de la ficticia localidad de O`Connor, quienes habían depositado todas las monedas (y esperanzas) que tenían en un proyecto comercial, acaban de ver sus sueños hechos añicos. Pero no todos ellos piensan que la esperanza está perdida, y así surge un líder que decide recuperar lo que les pertenece, sea como sea.
¿Qué hecho puede llevar a plantearnos una salida descabellada/ peligrosa/ riesgosa con tal de conseguir recuperar nuestro honor y trabajo?
Al referirse a la adaptación de la novela, que no replica la estructura narrativa de la trama tal cual ocurre en el libro, Borensztein recordó que «fue un camino con bastantes idas y vueltas”, ya que “no es tan fácil como parece”. Así lo explicó en la charla en la Rural de Bs. As.: “La novela y la película son dos seres completamente distintos aunque en ambos casos se cuentan la misma historia con los mismos personajes pero hay un salto de género muy grande. Son dos obras que tienen una vida propia. La novela tiene 280 páginas y un guion no pasa de las 120. Por lo tanto el primer trabajo es elegir qué quedaba afuera, qué no se cuenta. La segunda decisión es cómo se estructura la historia en el cine, que es diferente a la novela. En el libro, el virtuosismo del autor le permite esconder lo que están haciendo los personajes y sostenerlo, pero en el cine es inverso. En el cine develamos lo que los personajes van a hacer, para que el público se pregunte cómo lo van a lograr y si lo van a lograr”.
En tanto, por su parte, Sacheri, señaló que, personalmente, «me gusta mucho que mis libros terminen siendo películas, porque me parece que es una segunda vida a los libros”, pero que cuando escribe “una historia, escribo un libro, no se me ocurre pensar en un guion original. Y por eso siempre voy a necesitar que la gente de cine eventualmente diga: ah mirá lo veo con posibilidades”.
Filmado casi completamente en exteriores, el rodaje transitó diferentes ciudades del interior de la provincia de Buenos Aires, como Alsina, Baradero, Luján y Villa Ruiz. “Éramos alrededor de 70 personas viajando por el Gran Buenos Aires, era toda una logística de casi desembarco bélico”, recuerdó Borensztein.
“La noche de los giles”, título que, confesó Sacheri no le “termina de cerrar” del todo pero que tampoco pudo ofrecer una palabra superadora (a los giles), finalmente desembarcará en los cines el próximo 15 de agosto según lo señalan los principales portales de distribución audiovisual en argentina. El mayor desafío de la película estará, para quienes fuimos lectores de la novela, poder conseguir mantener de principio a fin ese equilibrio entre drama y suspenso, sostenido en el papel por un eje fundamental en la narrativa de Sacheri que es el humor, capaz de descomprimir sentimientos tan oscuros como la derrota, la tristeza y la muerte.
¿Cómo será recibida esta nueva adaptación de la literatura argentina? Acá te dejamos el link del primer tráiler dado a conocer recientemente.