Hace unos días llegó a mis manos “El libro más lindo del mundo”. Me atrajo su bellísima tapa . Sin ningún conocimiento previo sobre la autora y su obra, me sumergí en esta historia entretenida y bien llevada aunque con unos cuantos altibajos narrativos.

“El libro más lindo del mundo”. Como título suena pretencioso. Pero no es que la autora esté expresando que su novela es la mejor del mundo, sino que hace referencia a otro libro que lee la protagonista -y del que tal vez se podría haber ahondado un poco más- que la remite a un viejo romance que pone en jaque a su actual relación.
Elisa es el centro de esta historia, una chica argentina que vive en Nueva York. La novela se desarrolla en dos tiempos divididos por unos pocos años. En 2018 Elisa no tiene el trabajo soñado pero sí un novio maravilloso, Matt. Él es exitoso, rico, buenmozo…. En fin, lo tiene todo pero al parecer no es suficiente para ella. El otro relato es en 2016. Allí sí tenía el trabajo soñado en la librería Three Loves donde establece un vínculo muy particular con un cliente: Sebastián. Con él no solo hay atracción sino que se impone cierto juego intelectual en el que desafían sus conocimientos literarios. Tienen varios intereses en común y poco a poco se va instalando entre ellos algo incipiente pero al parecer lo suficientemente fuerte para que Elisa no pueda borrarlo de su cabeza. Es por eso que años más tarde, la lectura de un libro le remueve viejos sentimientos que creía superados. Por allí pasa el dispositivo romántico de esa novela.
Sobre los encantos de New York
El relato tiene como escenario Nueva York y en ese punto Oyhanarte toma la acertada decisión de mostrar la ciudad desde la mirada de quien habita sus calles y no desde la de un turista. Es decir apuesta por «experiencias» (el café, los restoranes, ciertas calles, librerías, el clima, etc.) y no por la descripción de los sitios clásicos.
Sobre libros y autores
Por otra parte, hay una especie de universo literario que contiene a la trama. Es que Elisa es una lectora voraz –al igual que Sebastián- y está permanentemente haciendo alusión a obras y a autores. El recurso es interesante pero se torna excesivo. Al punto que el lector no termina de fijar uno de los libros mencionados que ya aparece otro. Abruma y no termina de cumplir una función en la narrativa.
Sobre los personajes
La protagonista encaja perfectamente en el estereotipo de la clásica heroína de comedia romántica: inteligente, divertida, práctica y a veces hasta graciosa. Sin embargo su presencia es tan fuerte que el resto de los personajes –incluyendo Sebastián y Matt- quedan absolutamente deslucidos. Eso no ayuda a creer en esa historia de amor que se pretende contar. Tampoco le da oxígeno a otros personajes secundarios que podrían haberse potenciado mucho más, sobre todo cuando en algunos casos tienen un rol importante en los conflictos y desenlaces.
En cuanto a la narrativa es un texto prolijo y dinámico, aunque por momentos persiste un relato construido a través de postales literarias sueltas (en algunos casos muy divertidas como la de los encuentros de Elisa con su futura suegra) pero que no terminan de encastrar del todo en una trama sólida.
La literatura y los influencers
Cabe destacar que el libro de Rosario Oyhanarte llega con una fuerte campaña promocional pocas veces vista para una escritora más bien emergente en el ámbito literario. Sin embargo lo que le falta en libros le sobra en redes. Es considerada una «influencer» (algo sobre lo que vienen apostando algunos sellos en los últimos tiempos). Al parecer la cifra de seguidores en IG son un llamador para las empresas editoriales, aunque eso también nos lleva a pensar si esa audiencia que sigue gratuitamente determinada cuenta es finalmente una potencial compradora de libros. Pregunta para el mundo del MKT. Desde este lugar solo podemos decir que «El libro más lindo del mundo» puede funcionar bien para una comunidad lectora que busca una historia romántica breve, ágil y entretenida.