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La Feria en tiempos de crisis…. y algo más

En calidad de curadora de esta edición de la Feria del Libro y el Conocimiento, les comparto esta columna que escribí para Perfil Córdoba y que replico -con algunas modificaciones- en Babilonia.

Además sumó algunos  datos oficiales sobre el balance de esta edición que se desarrolló en nuestra ciudad del 5 al 22 de septiembre

 

 

 

 

 

No se trata solo de libros, se trata de Feria. No se trata solo de literatura, se trata de Feria. Y tampoco de una Feria más, sino de una que se desarrolla en medio de un contexto sumamente difícil para la economía en general y para el sector editorial en particular.

 

En el acto inaugural expuse algunos datos que daban cuenta del panorama que enfrentábamos en esta edición. Según el último informe de la CAL –que refiere al período comprendido entre fines de 2015 y hasta abril 2019- la caída en las ventas de libros en Argentina alcanzó más del 40%, la cantidad de libros editados (entre títulos y ejemplares) bajó al 48% y el valor del papel aumentó un 80%. Eso era antes de las PASO, antes de la escalada al dólar a $60, antes de que en el país se debatiera la emergencia alimentaria.

 

Por eso esta no es cualquier Feria, sino una atravesada por esta compleja y dura coyuntura. Sin embargo, en medio de este contexto desalentador, la grilla de actividades creció. Distintos sectores, festivales, entidades se acercaron para ser parte. Y éste, el evento cultural más importante de Córdoba, cobijó cada una de estas expresiones que aportaron diversidad y calidad, sumando así nuevas opciones a las que ya traían ciclos como Subte, Poesía, Córdoba Mata, Cine, Espacio Barón Biza, el Domo Digital y Antena.

 

 

 

GRL PWR, Docta Comics y Flashbook nos permitieron llegar a un público joven. CEDILIJ fue clave para reunir a niños y niñas bajo la magia y la simpleza de un cuento. Las charlas TEDxCórdoba le imprimieron el valor agregado del conocimiento. Las instituciones culturales internacionales fueron aliadas fundamentales para construir una grilla internacional de calidad por la que pasaron nombres como Alejandro Palomas, Helena Janeczek, Mike McCormak, Moya Cannon, Juan Pablo Piñeyro, Rodrigo Urquiola Flores y otros. También el aporte de las ciudades en foco como La Paz (Bolivia) y San Salvador de Jujuy.

 

Guionistas, productores, referentes de la literatura infantil y juvenil, músicos, dramaturgos y artistas visuales y performáticos, también se integraron a una programación que vinculó lo literario con otras disciplinas artísticas. Sin embargo, aún en esa apertura a otras expresiones, la de esta edición fue una grilla que hizo una gran apuesta por la narrativa, la ficción y las obras que ahondan en la temática de género. Así, a lo largo de estos días, pasaron María Teresa Andruetto, Sergio Olguín, Cristina Bajo, Liliana Heker, Cristina Loza, Gloria Casañas, Viviana Rivero, Agustina Bazterrica, Martín Cristal, Julián López, Graciela Bialet, Luciana Peker, Erika Halvorsen, Gabriela Cabezón Cámara, Reyna Carranza, Esteban “Tito” Dómina, Mariana Carbajal, Esteban Llamosas, Claudia Aboaf, Angie Sammartino, Hecatombe, Germán Maggiori y muchos otros y otras que dejaron su impronta.

 

 

 

 

Aunque en charlas informales, muchos expositores intuían que las cifras de ventas estarían por debajo de años anteriores (un 15% ó 20% menos), los números oficiales arrojaron datos positivos.  Incluso si bien hubo menos gente recorriendo en las carpas, las actividades tuvieron muy gran marco de público por lo que la cantidad de asistentes creció notablemente (ver despiece).

 

Pero las cifras no deberían ser lo determinante. Al fin de cuentas las cifras no reflejan a ese patio mayor repleto de gente disfrutando de la poética de las canciones que desplegaron Mery Murúa, Fer Romero, Ana Robles y Mario Díaz. Tampoco hablan de la numerosa presencia de jóvenes que se acercaron a escuchar a Miss Bolivia para hablar de sus poemas, ni menos aún del show gratuito que la artista ofreció en barrio Marqués Anexo. Los números no hablan de los temas fuertes planteados por distintos escritores: abuso y LIJ, infancias y adolescencias vulnerables, construcción y deconstrucción de modelos culturales, problemáticas de género, entre otros.

 

Los números tan solo debieran servirnos para disparar preguntas que nos ayuden a encontrar posibles caminos para este sector editorial tan deprimido y para cada uno de los actores que lo componen. Quizá por eso es que la Feria también fue marco de encuentro para que autores, editores, ilustradores, libreros y libreras debatiéramos sobre la creación del Instituto Nacional del Libro.

Ya lo expresaba el lema: “La Feria, un territorio en tensión y movimiento que nos interpela y desafía”. Sí hubo tensión, claro que la hubo y seguramente la habrá. Sin tensión no habría debates, disidencias, coincidencias. Y por ende tampoco habría cambios, crecimiento y construcción.

 

 

 

También hubo movimiento, porque esta Feria salió de su geografía natural (el casco céntrico) para adentrarse a otros espacios alejados y periféricos con talleres, charlas y espectáculos que tuvieron como protagonista a referentes locales, nacionales e internacionales que desinteresadamente se sumaron a la iniciativa (Beatriz Grinberg, Mariela Giménez, Raquel Cané, Erika Halvorsen, Graciela Bialet, Javier Mardel, Miss Bolivia).

 

Los 18 días de Feria con sus más de 450 actividades llegaron a su fin. Los desafíos, en cambio, recién comienzan y están latentes

para hacer de esta Feria un espacio cada vez más plural, más redituable y más representativo de todo lo que se construye en torno al ecosistema cultural y editorial.

 

 

 

Balance en números (según datos oficiales)

 

 

– Se realizaron unas 460 actividades. 

 

– Participaron 200 invitados locales, nacionales e internacionales. 

 

– Se vendieron un total de 52.089 ejemplares (un promedio de 2.894 ejemplares diarios), sumando un 11,9% más que las cantidades del año pasado.

 

(Cabe aclarar que si bien estos son los datos oficiales, algunos expositores -durante la  Feria- intuían que las ventas estarían entre el 15% y 20% abajo que en 2018). 

 

– 500.670 fueron las personas pasaron por las carpas de la Feria (un 32,23% menos que en 2018).

 

– 36.288 participaron de las más de 460 actividades, casi duplicando el número de la edición anterior (un 82,4% más), cuando fueron 19.900 los que participaron de la grilla programada. 

 

– Los libros más vendidos durante esta edición de la Feria fueron “Juego de tronos” de George R. R. Martin (ficción), “El Hombre y sus símbolos” de Carl G. Jung (no ficción, psicología), y “Animales de la Granja” (infantil). Dentro de las editoriales independientes cordobesas, las que más vendieron fueron Ediciones Documnt/A Escénicas, Contamusa, Llanto de Mudo y Ediciones de la Terraza. Chanti fue el autor más vendido dentro del rubro infantil-juvenil.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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