El actor protagoniza “Un enemigo del pueblo”, obra que se presenta esta noche a las 21, mañana a las 21 y 22.30 y el domingo a las 20 en el Teatro Real.
Juan Leyrado llega a Córdoba con «Un enemigo del pueblo», emblemática creación de Henrik Ibsen que el escritor noruego publicó en 1883. El elenco se completa con Raúl Rizzo, Edgardo Moreira, Viviana Puerta, Bruno Pedicone y Romina Fernandes, todos ellos bajo la dirección de Lisandro Fiks.
La obra, que subirá a escena este fin de semana en el Teatro Real, tiene como protagonista a Thomas Stockmann quien vive en una ciudad cuyo balneario es la principal atracción turística y el motor de la economía local. Él descubre que en el agua hay una bacteria contaminante capaz de poner en riesgo la salud de toda la población. Su intención es advertir a los demás del peligro, sin embargo el intendente del pueblo -que es además su hermano- no quiere que esa información salga a la luz. Allí está el nudo y conflicto de una pieza que ahonda sobre el poder y el rol del cuidadano.
Previo a las funciones, desde Babilonia Literaria dialogamos con el actor sobre esta pieza que sigue manteniendo su vigencia.
¿En qué momento profesional te encuentra esta obra?
-Me encuentra en un momento en que no estoy corriendo, el apurarse no sirve. Me encuentro en un momento reflexivo ,un momento en el que me planteó muchas cosas sobre el ciudadano. Y la obra tiene que ver con eso: sobre cómo acciona y sobre cómo somos ciudadanos en democracia.
– ¿Y de qué manera te interpelan estas dos posturas contrapuestas que presenta la obra?
– Hay una tercera postura, la del la del espectador. Porque está la postura del doctor, que es el personaje que yo hago, la del intendente, que es el hermano, y también está el momento en mi casa cuando pienso mi postura. Justamente eso es lo que el público tiene que transitar y de allí el éxito de la obra.
No es una obra que transmite un determinado signo político y, de hecho, es una obra para la mujer, para el hombre, para el joven. Uno después hace su propia reflexión y aparece la tercera persona, que es uno mismo. De eso se trata «El enemigo del pueblo», de que uno pueda pensar, puede elegir y construir ese pensamiento propio. Todo esto por supuesto en un marco teatral entretenido, pero sin ningún sentido de la imposición. Se llevan algo para seguir creciendo con uno mismo y con el otro.
-¿Qué dejó en vos este personaje?
– El proceso sigue en marcha, sigue vivo a la noche cuando me subo al escenario, con esa interacción que tenemos con el público desde el mensaje que el doctor Stockmann.
Escrita en el siglo XIX, es una puesta totalmente contemporánea porque hacemos una versión de lo que ocurría en un pueblito de Noruega y que quizá ahora sucede en Buenos Aires o está aconteciendo en cualquier lugar del mundo. Entonces lo que plantea este personaje tiene que ver con no ser pensados sino tener un pensamiento propio. En base a esto se cuestionan cosas y hace que uno vaya modificando ciertas ideas. Al público también le pasa eso en la obra.
– ¿Que tiene de Juan Leyrado del Dr. Stockmann?
– Busco qué puedo utilizar de cosas mías e interpreto de qué manera me modifica el personaje. Tengo un acercamiento visceral e intelectual de la tarea, sin una regla principal. Siempre me pasa que me meto dentro de esos personajes, lo hago carne, respiración, es importante hacerlo dudas y certezas también. Y de hecho, es más lo que yo me llevo de los personajes. En cada interpretación salgo enriquecido.
– ¿Debajo del conflicto principal hay otros subtemas?
– Si, sin dudas, porque es una obra de vínculos: está la familia, su mujer, la hija, está quien lo traiciona y hay otros personajes del pueblo. El disparador son las aguas contaminadas pero todo eso hace que se despierten cosas que están en los vínculos.
– ¿Te encontraste con algún desafío especial en esta puesta?
– La verdad que yo no encuentro desafíos en mi trabajo, yo no lo vivo como desafío. No estoy familiarizado con esa actitud. Yo observo y hago lo que siento que tengo que hacer, aprendo lo que tengo que hacer. Soy un aprendiz de la vida y lo seguiré siendo siempre.
– «Un enemido del pueblo» es clásico de la literatura. Como lector, ¿tenés algún libro de referencia?
– Mi libro de cabecera es El Quijote, creo que de ese libro surgen muchas cosas. De todos modos, yo soy más de leer filosofía, soy muy autodidacta, leo con un cuaderno al lado dónde puedo extraer las palabras y los conceptos que no tengo claros por ejemplo. Es una tarea muy divertida para mí sentarme a leer… El Quijote reúne todo eso, reúne la ficción y lo filosófico.
Para agendar
“Un enemigo del pueblo” se presenta hoy viernes 27 de julio a las 21, mañana sábado 28 a las 21 y 22.30, y el domingo 29 a las 20 en la Sala Carlos Giménez del Teatro Real.
Localidades en venta a través de Autoentrada desde $540.