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Juan Carrá: "La literatura es mucho más que contar una historia"

El escritor y periodista marplatense es parte de la programación del Festival Córdoba MATA 2018 que comenzará el próximo lunes en el marco de la Feria del Libro y el Conocimiento bajo la premisa “Los medios y los miedos”. En diálogo con Babilonia, con traje de autor y cronista, habló sobre su última novela “No permitas que mi sangre se derrame” y también sobre el rol del periodismo, adelantando sus reflexiones en la mesa “No mentirás (la prensa canalla en el mundo)”.

 

 

Construyendo cada año un público más curioso y generando un mayor espacio de debate y comunión entre colegas y lectores del género, se presenta nuevamente en la Feria del Libro la V edición del Encuentro Internacional de Literatura Negra y Policial Córdoba Mata.

Del próximo lunes 17 de septiembre al jueves 20, el Festival -coordinado por los cordobeses Fernando López y Gastón Tremsal- ofrecerá mesas, presentaciones, charlas y talleres relacionados con el género negro, disfrutando de la visita de escritores locales, nacionales e internacionales. Autores y periodistas se darán cita entonces bajo el lema 2018 “Los medios y los miedos”, congregándose nombres como Horacio Verbitsky y Mempo Giardinelli (en el acto inaugural), extranjeros como David Knutson y Alejandro Meter (USA), Paco Gómez Escribano (España), Dauno Tótoro (Chile), Gianluca Campagna (Italia), Imanol Caneyada (México) y Eduardo Pérez Vázquez (Uruguay), y argetinos como Guillermo Orsi, Pablo Sigismondi, Esteban Llamosas, Eugenia Almeida, Mariano Saravia, Mariana Enriquez, Gabriela Cabezón Cámara y María Inés Krimer.

En este marco, quien regresa –después de haber participado en el 1º festival Córdoba Mata- es el marplatense Juan Carrá, para participar de la mesa “No mentirás (la prensa canalla en el mundo), compartiendo con colegas sus reflexiones sobre las diferentes maneras de analizar el papel de los periodistas y los medios cuando los intereses políticos-económicos superan los comunicacionales.

 

“Muchos descubrieron que el periodismo es un elemento de factor de poder”, dice Carrá del otro lado del teléfono en la previa a su llegada a La Docta, iniciando así un diálogo donde hablará del juego que tienen hoy los periodistas en singular y como parte de un colectivo mediático, el poder (peligroso por momentos) de las redes para construir verdades y el debate necesario acerca de la comunicación y la literatura en la actualidad.

De oficio periodista  -con años de trayectoria en diferentes medios gráficos (Infojus, El Atlántico, Página 12, Perfil, La Capital, Ñ, Anfibia)- y también escritor, Juan Carrá lleva editadas cuatro novelas, la última titulada “No permitas que mi sangre se derrame” (Reservoir Books), que plantea un escenario narrativo (la Villa ficticia Jerusalén) donde dos bandos de bandoleros se declaran la guerra, que ha sido emparentada, entre otras cosas, con el western tradicional. De eso también hablará en esta nota, señalando, por ejemplo, que pensó en este relato con una reminiscencia de la literatura gauchesca argentina, permitiendo una re-lectura de aquel género del siglo XIX, que puso a una figura marginal en el centro de la escena.

 

De prensa canalla y otras (malas) hierbas

 

* ¿Quién es el dios en el periodismo que  sentencia a “no mentir”? ¿El público, el medio, los hechos?

*  Creo que la idea de la verdad en el periodismo está tremendamente cuestionada de un tiempo a esta parte, y en algún punto es saludable. La manipulación para la construcción de realidades en el periodismo no es un elemento nuevo, pero lo que pasa en la argentina hace una década es que se puso en evidencia que el periodismo juega roles políticos más allá de la construcción de la noticia, y ese es el punto más notable hoy por hoy. Muchos descubrieron que el periodismo es un elemento de factor de poder. No es necesariamente el periodista el responsable, pero sí el medio, y el medio es una empresa con determinados intereses políticos y económicos, y en ese sentido juega en un nivel de hegemonía. Y también queda claro que no es solamente algo de hoy, quiero decir, podemos pensarlo en la historia de argentina al periodismo canalla, por ejemplo en el `55, cuando por orden de la dictadura se proscribió al peronismo y se nombraba al “tirano prófugo” para hablar de Perón. Eso también es una  forma de abonar una  construcción política, una forma de ver el mundo.  

 

* ¿Por qué hablar de una prensa canalla y no del periodista canalla?

* Uno como periodista es un trabajador y muchas veces no responde a los mandatos de la empresa. Y si bien uno puede acudir o no a la denominada cláusula de conciencia -que permite no firmar un material en contra de su propia moral e ideología-, esto hoy por hoy es condicional. Con las condiciones de mercado que hay, todos sabemos que es difícil no hacer una nota y no pagar las consecuencias por su trabajo y, a la vez, no conseguir otro trabajo. El periodismo debe ser una de las profesiones más pauperizadas dentro del mercado laboral. Entonces, no es que quiero quitarle responsabilidad al periodista, pero sí hay que saber distinguir la paja del trigo. Hay algunos que juegan ese rol y sí tienen responsabilidades, y otros que juegan a hacer su trabajo lo mejor que pueden y a la vez, tratar de buscar formas alternativas para decir lo que quieren decir y mostrar lo que quieren mostrar. Incluso algunos hacen ficción para hacer eso, y otros usan medios alternativos.

 

* En tiempos de posverdad, ¿Cómo se construyen tus verdades? ¿Cómo utilizás las palabras para narrar realidad y ficción?

* Ahí estoy un poco en una trampa, porque parece lo mismo pero no lo es. La materia es la misma, en este caso la palabra, pero el uso del lenguaje es otro. La ficción necesita de una apropiación del lenguaje y una construcción mucho más detallista que el periodismo, más pensando en la forma, en esta idea que el texto suene de una manera, que tenga un ritmo, que haya una belleza más allá de lo que estamos diciendo. En la ficción es importante sobre todo la belleza del lenguaje y la idea de entender que la literatura es mucho más que contar una historia. Contar una historia de una manera tal que se convierta en un hecho literario. Ahí la clave es crear la figura de un buen narrador y me parece que eso dista de un periodista, sobre todo de un periodista de todos los días.   

Y también es importante para mí mostrar que no sólo la posverdad pone su anclaje en la palabra, sino también en el lenguaje audiovisual, sobre todo la idea de la imagen que carga con cierta objetividad que no tiene el lenguaje. Esta idea de que si hay una foto, por lo tanto no hay manipulación, cuando en realidad no es así. La fotografía, el cine, la tv es también un lenguaje posible de manipular como la palabra. Y las redes juegan un rol muy importante, porque si bien la manipulación no es nueva, esta posibilidad de que hoy todos seamos emisores, porque todos podemos de dar en nuestras redes presuntas noticias y se viraliza, se carga con una idea de verdad que no es chequeable, pero a la gente no le interesa si es chequeable o no, sino cuánta gente cree en eso. Hay algo terriblemente peligroso en eso y la clase política lo va a aprovechar muy bien.

 

* ¿Cuáles son las peores consecuencias de una prensa canalla?

* Me parece importante que los periodistas nos asumamos como trabajadores, dejar de pensar que somos una elite, porque lo que pasa ahora es que el mercado nos está pegando una piña en la cara, nos están pasando muchas cosas que nos muestran  que tenemos que cambiar nuestra posición frente a la idea de lo que es un periodista. Incluso el escritor, que tiene ahí un desafío fuerte de pensarse frente a la sociedad, que lo que hace con la palabra es un trabajo, por más gozoso que sea, y merece -como tal- una remuneración y ser parte activa del mercado económico.

 

Sobre «No permitas que mi sangre se derrame»

 

* Hablemos de tu nueva novela: ¿Qué te interesó visibilizar esta vez: espacios marginales, universos  violentos, vínculos sociales?

* En primer lugar es una novela que busca correr la mirada del centro a la periferia, con las características propias de los sectores marginados, y no de todos, sino de un recorte, mostrar cómo se expresan determinadas lógicas de la violencia, construidas dentro de nuestro sistema o violencias como consecuencias de una lógica del sistema. Eso lo primero, a estos sectores de violencia que se suelen contar en las noticias, construirles una historia. Y me planteé proponer dos bandos de pistoleros que jueguen un poco con la cultura popular vs. la cultura hegemónica, los «santos populares y los arcángeles». Esos personajes arquetípicos me sirvieron para crear mis propios personajes y que se revuelvan todos en el mismo barro y construyan una historia.  

 

* Con este planteo de villa ficticia llamada Jerusalén, ¿se puede hablar de distopía?  

* No necesariamente, yo lo pienso más como una tensión del realismo. Sí quise, para poder diferenciarlo de una crónica, llevar el realismo al máximo, entonces ahí aparecen algunas cosas distópicas o incluso fantásticas.  Es un mundo construido para contar un poco la historia del poder, la corrupción, la violencia, la lealtad, el amor, la amistad que entrecruzan a los personajes y se juegan el  pellejo en un lugar donde no hay nada que perder. Donde el estado por acción u omisión ha dejado de manejar la situación. A mí me interesa mucho la idea de las instituciones como promotoras del delito y no como  generadoras de la prevención, entonces ahí aparece la corrupción policial, carcelaria, judicial como pilares de las ideas binarias de poder y contrapoder.

 

* En una entrevista dijiste que tiene reminiscencias de Juan Moreira (1880) y Martín fierro (1872), ¿considerás la narrativa gauchesca como un pariente del policial, una especie de introducción? ¿Fue una especie de homenaje?

* Fue un poco una propuesta de pensar esta novela en una parte del género negro, la parte que definimos como novela criminal y no tan policial o detectivesca y centrarme en la construcción del delito y cómo este opera en la sociedad. Y si uno quiere buscar un anclaje histórico, podemos ver que en la gauchesca hay un poco eso, contado de otra manera, pero hay. La primera vuelta de Martín fierro, Juan Moreira, El Matadero, fue una literatura que puso de relieve a un personaje social perseguido, al gaucho, y ahora nosotros estamos poniendo otros sujetos sociales que también están marginados y le ponemos voz.  

 

* ¿Proponés una re-lectura entonces?

* Es algo que no inventé yo, el propio Borges lo hizo, Gamberro, Fariña, Oyola, incluso Gabriela Cabezón Cámara -con “La China Iron”- trabaja poniendo en el centro a una figura social marginada. En este último caso, poner la figura de la mujer del Martín Fierro en el eje, es un acto político relevante y sustancial de la literatura actual.  

 

Córdoba Mata, para tomar nota

 

El Córdoba Mata comienza el próximo lunes y hay mucho para aprovechar de su programación. A continuación te pasamos algunos recomendados, y además te dejamos la info para que indagues y encuentres las actividades que más te gusten.

 

Lunes 17:

17. Charla “La pulsión asesina”, con Guillermo Orsi, David Knutson (USA), Carlos Busqued, Enrique Aurora. Coordina: Lucio Yudicello. Sala 1 Cabildo Histórico

18:30. Remover la tierra: los cuerpos y la Historia. Darío Olmo (EAAF), Pablo Sigismondi, Paco Gómez Escribano (España), Esteban Llamosas. Coordina: Waldo Cebrero. Sala 1 Cabildo Histórico

20. Los medios y los miedos (Apertura del evento). Horacio Verbitsky, Mempo Giardinelli – Presenta: Fernando López. Patio Mayor. Cabildo Histórico

 

Martes 18:

18:30. ¿Débiles o fuertes? Personajes femeninos en la novela negra de hoy. Eugenia Almeida, David Knutson (USA), Guillermo Orsi, Jorge Felippa. Coordina: Lucía Feuillet. Sala 1 Cabildo.

20. No mentirás (La prensa canalla en el mundo). Gianluca Campagna (Italia), Imanol Caneyada (México), Juan Carrá, Mariano Saravia. Coordina: Guillermo Bawden. Patio Mayor Cabildo.

 

Miércoles 19 

17. Los miedos y el universo de los niños.  Graciela Bialet, Laura Rossi, Perla Suez, Ana Mariani, Garba. Coordina: Leandro Calle. Sala 1 Cabildo

18:30. Series negras producidas en Córdoba y Latinoamérica. Lina Arboleda (Colombia) guionista de “Metástasis” (Netflix); Pablo Brusa, Claudio Rosa (“La purga”), Lucas Combina (“La chica que limpia”), Dauno Tótoro (Chile). Coordina: Gastón Tremsal. Sala 1 Cabildo Histórico

 

Jueves 20

17. Novela rural y western negro: ¿renovación del género?  Miguel Molfino, David Knutson (USA), Javier Chiabrando, Perla Suez. Coordina: Gastón Tremsal. Sala 1 Cabildo Histórico

19.30. Las nuevas formas del miedo.  Mariana Enriquez, Gabriela Cabezón Cámara, Eduardo Pérez Vázquez (Uruguay), María Inés Krimer. Coordina: Inés Blackie. Patio Mayor Cabildo.

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