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Inés Arteta: «Cualquier selección para narrar el mundo es arbitraria»

La escritora argentina Inés Arteta nos cuenta en esta entrevista acerca de su reciente novela “La otra mitad del universo” (Libros del Zorzal), en la cual construye un relato polifónico donde dos mujeres interpeladas por el origen del patriarcado, se preguntan acerca de Lilit, controvertido personaje mitológico judío que antecede a Eva en el paraíso, desterrada del canon sagrado por desafiar a Dios.

Intentemos imaginar el principio de todo. Ese relato del inicio del mundo que a todos nos contaron alguna vez, donde existía un paraíso, un hombre –Adán-, una mujer –Eva- y un Dios protector. Imaginemos ahora que esa mujer no es Eva, sino Lilit, alguien relegado por las sagradas escrituras, que en vez de aceptar el lugar de menor rango que se le dio, se revela y decide abandonar el Edén pagando -luego- con su vida.  

Dicen que dicen, en escritos ocultos, libros controvertidos y relatos orales (y no oficiales) del folklore judío reproducidos desde la antigüedad hasta hoy, que Lilit existió y que fue una mujer creada desde el polvo, como Adán, tan auténtica y poderosa, que cuando se negó a acostarse debajo de Adán durante el sexo -por considerar que ese no era su lugar natural- huyó para obtener su independencia. Que a pesar de eso Adán la mandó a buscar por Dios al Mar Rojo y como ella se negó, la maldijo por la eternidad y pasó a estar oculta en el canon sagrado, por ser considerada un personaje femenino siniestro para la humanidad.

Lilit es, en parte, la gran protagonista de esta novela. Lilit, y también Luisa, una estudiante de posgrado que decide –en la actualidad- hacer su tesis de Historia sobre este personaje, y también Louise, su abuela (ya fallecida), quien a mediados del siglo XX dedicó su vida a investigar acerca del libro que habla de la antigua leyenda judía.

Es que “La otra mitad del universo” es una novela polifónica, donde diferentes voces indagan y se dejan interpelar por un interrogante que sobrevuela la humanidad desde hace miles de años: ¿por qué los relatos sobre el inicio de los tiempos ponen a la mujer en un papel secundario? ¿Puede haber un lado b que señale al sexo femenino tan o más poderoso que el masculino? ¿Es esta negación de Lilit el origen del patriarcado?

Escrito de manera ágil, profunda y entretenida, la profesora en Historia Inés Arteta nos cuenta sobre esta hermosa novela que nos ofrece otra mirada del mundo actual.

Inés Arteta

-¿Qué conocimientos de Lilit tenías antes de la novela? ¿Cómo o cuándo llegaste a ella?

– No me acuerdo bien en qué momento la conocí, me llevó muchos años la investigación. Pero sí empecé preguntándome cuánto tenía que ver la religión judeocristiana en la cultura de Occidente. Entonces me puse a leer mucho de filosofía de la religión y entre todos los textos que había leído me acordé de un libro de Harold Bloom sobre cómo fue la selección de los textos para conformar el canon sagrado. Y cuando conocí a Lilit me enfrenté a la idea de pensar que cualquier selección para narrar el mundo es arbitraria y me pregunté por qué ese texto había quedado afuera.

Estamos hablando del siglo 6 AC, cuando los hebreos comenzaron a ser israelitas -después del éxodo-, se organizaban como Estado y seleccionaban los libros para escribir la Ley. Y como yo había leído de Lilit cual personaje mitológico y era parte mi acervo, me imaginaba la selección de los textos en aquel momento y que decían: “este sí, este no”. Ellos, los hebreos, en aquella oportunidad necesitaban un estado fuerte y patriarcal, entonces jamás iba a ser posible que elijan un texto donde una mujer, o sea un ciudadano de segunda -según ellos-, tuviera el protagonismo que tenía Lilit, una mujer que cuando le piden obediencia dice que no y huye, pagando luego por eso.

Te interesaba la posible censura que habían cometido en el comienzo de los tiempos…

– Más que la censura me interesaba la elección, ese pensar en cuál libro sí y cuál no para implantar una ideología, que es una manera de ver el mundo. No sé si se trata de una censura sino de algo todavía más peligroso por parecer inocente.

Luisa, la protagonista de la novela, es una estudiante de posgrado en historia, de origen judío y que de golpe se encuentra con Lilit a través de una postal en un libro regalado por su abuela. ¿Cuánto se parecen Luisa y vos?

– Ella es un personaje que estaba en un cuento anterior y que me servía mucho como mi alterego para esta historia. A ella le podía trasladar algunas de las cosas que me habían sucedido a mí durante la investigación, como -por ejemplo- una entrevista que se retrata en una escena de la novela, donde reproduzco el diálogo que tuve sobre Lilit con un sacerdote, que creía iba a ser muy abierto por ser católico y resultó ser misógino y muy poco abierto a mis preguntas

Darse cuenta

Desde que descubre a Lilit, la protagonista de esta historia comienza a verse reflejada en ella. Se obsesiona con su imagen, su temperamento y sus decisiones, y como en espejo, su vida y cotidianeidad le otorgan la oportunidad de ser o parecerse a ella. De repente se siente encerrada en su matrimonio, negada de su libertad para elegir y obligada a responder como madre antes que como mujer.

Inés Arteta

-Hay un darse cuenta de la protagonista ni bien inicia la novela, cuando entiende que más allá de la experiencia de vida que pueda tener, será el estudio lo que le permitirá “despegarse” de las marcas del origen para entregarse a otras descubiertas por ella misma y entender el mundo. ¿Cuáles son esas marcas de origen que –crees- hay que reconvertir?  

-Creo que las chicas que tienen 20, 30 hoy, que quizás son hijas de mujeres como yo, no tienen algo que tuvimos nosotras en su momento cuando teníamos su edad, que es la situación de ser, de alguna manera, cómplices del patriarcado. Es decir, nosotras aceptamos por dado una cantidad de cuestiones que ya no son –hoy por hoy- dadas por sentado. Cuando Luisa en un momento de la novela se pregunta y le pregunta al marido: “¿en qué momento decidimos que yo era la responsable de la casa y de los hijos?” Ahí está la raíz de todo, el jugo más jugoso de la historia.

– Es desnaturalizar lo naturalizado

– Tal cual. Y me pasa que, cuando lo marco, no solo muchos hombres saltan, sino también mujeres. Yo estoy en contacto con muchas personas con ideas muy conservadoras y hay una cantidad de mujeres que no quieren saber nada de que esto cambie porque les parece ridículo o incluso cómodo que así sea.

Inés Arteta

De mujer a mujer

Una postal con la imagen de Lilit rodeada de una víbora adentro de un libro regalado por la abuela de la protagonista es la clave para que Luisa comience a indagar sobre la mujer en el mundo. Un libro, dos mujeres y mucho tiempo entre ellas que sirve tanto como distancia para ver las cosas en perspectivas, como un puente para unir ideas que se repiten generación tras generación.

– Hay un cruce de generación entre una abuela, sumamente autónoma y progresista (Luise), y una nieta (Luisa), salteando a una madre bastante conservadora. ¿Por qué esa elección? ¿Es necesario también la revolución dentro de la casa propia?

– Me gustaba pensar que no es en línea recta que se dan las cosas, y que –quizás- una mujer de madre libre lo que quiera sea la protección del patriarcado, o, como acá, que sea al revés, y que de una madre rigurosa, surja una mujer que busca mayores libertades.

– Y otro de los personajes es un hombre judío, Jakob Adams, llegado a Argentina luego de un triste y terrible destierro por la Segunda Guerra, con un legado universal dentro de su familia. ¿Por qué esa construcción?

– Allí quise jugar con que alguien judío y varón fuese el heredero, el poseedor del texto prohibido y perdido por tantos siglos. Que sea alguien totalmente diferente al entorno de Buenos Aires y que también haya atravesado una persecución. Recuerdo una entrevista que tuve con un rabino, donde él, frente a la pregunta del por qué la ortodoxia judía no querría un personaje como Lilit, se rio y con un sarcasmo me dijo: “¿¡pero qué esperabas?!, con los que nos ha pasado tenemos que sujetarnos a lo seguro”. Por eso me parecía importante ese personaje.

 

-Sin hacer spoiler, podemos decir que Luisa investiga durante mucho tiempo sobre Lilit, descubre muchísimas cosas de ella y, sobre todo de sí misma, para llegar a un punto donde tiene que decidir qué hacer con toda esa información de valor inconmensurable para el mundo. Entonces duda entre publicarlo o mantenerlo oculto. ¿Qué se esconde frente a esa pregunta?

– Es muy común estar frente a esta cuestión de dudar sobre si lo que haremos será para mejor o peor. Porque uno puede pensar que un libro prohibido, que muestre un texto dejado de lado durante siglos, que hubiera cambiado la historia de las mujeres podría mejorarlo, también traer un montón de consecuencias negativas. Porque quizás, pienso, es mejor que cada mujer, como Luisa, lo pueda observar de manera personal, tomándose el tiempo que precise, a que de nuevo venga un texto que desde arriba alumbre el camino.

-La novela llega cuando hay una gran cantidad de libros e historias que ponen en el centro de la escena a la mujer y la actual/continua lucha por la igualdad de derechos. ¿Fue escrito con la intención de aportar en este sentido?

-No tengo expectativas grandiosas de hacer un cambio de paradigma, pero sí me interesa que suceda de que alguien lo lea y se interese y vaya a Wikipedia o busque en google para darse cuenta que estaba todo ahí, que Lilit sí existía. Eso me parece algo lindísimo, está sucediendo y me alegra mucho, porque pasé seis años con esta investigación, entonces compartirlo y que les pase algo al recibirlo, es como ser un mago, hacer un truco de magia y que todos se asombren.

La revolución de las hijas

-Contaste que hay una diferencia, según tu observación, entre mujeres de tu edad y más jóvenes sobre el patriarcado. Sin embargo, vos también te revelaste ante el sistema narrando sobre Lilit, ¿qué dijeron las mujeres que te rodean sobre la novela?

-Mi mamá se murió hace poquito, y –creo- que de haberlo leído se hubiera vuelto a morir. (risas)

– ¿O sea que no sabía nada sobre tu investigación de Lilit?

– ¡No! ella no sabía nada de todo esto, por eso también me pregunto: ¿será bueno o malo dar a conocer esta otra historia sobre el comienzo del mundo? Creo que lo que hace una mujer en secreto, en su fuero íntimo es mucho más rebelde y revolucionario que lo que hace afuera, porque sucede ahí y no es un escándalo o un portazo, que a veces es puro ruido. De hecho no sé qué piensan mis hermanas del libro, no me comentaron nada. Mi familia es de origen muy religiosa, mi mamá iba a misa todos los domingos. Pero llega un momento que lo que te preocupa de verdad es lo que pensas vos. Creo que cada uno piensa lo que puede cuando puede y que es algo realmente muy personal.

 

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