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“Algo parecido al verdadero amor”, de Cristina Petit

Por Romina Demicheli (lectora de Buenos Aires). 

 

 

París. Una chica busca la felicidad. Un libro le cambiará la vida.

 

El Día del Libro en Argentina me sorprendió leyendo algo como esto. Leer un libro no se trata sólo de encariñarse con los personajes o la historia, sino también con el escritor. Los escritores escriben y mientras lo hacen, entablan algún tipo de relación o comunicación con los lectores.

“…Encariñarse con los personajes es fácil, me refiero precisamente a los autores… ¿Uno que escribe, no es como si estuviera hablando contigo? ¿No requiere una relación? Yo, cuando leo, siento el acto de la escritura, su intencionalidad como forma de comunicarse conmigo. Sin pensar en el contenido, percibo una unión con esas personas y decido relacionarme con ellas al leer el libro”.

 

“Algo parecido al amor” es un libro donde  el personaje principal es Clémentine, quien vive en París, en un espléndido departamento con vista a la ciudad y a sus tejados. Ella es una chica joven, alegre y afortunada, con un trabajo que adora: leer libros a niños con dificultades, ayudándolos a que superen sus miedos a través de la terapia de las palabras.

 Albert Séraphin, en tanto, es un joven escritor quien, después de haberse cruzado con Clémentine por la calle y quedarse deslumbrado por ella, la convierte en la protagonista de su novela. Al publicar este libro, titulado Fábula en París, pasa a ser rápidamente un best seller, ya que el público se enamora locamente porque está escrito desde el corazón. Clémentine también lo leerá y al pasar la última página sentirá la extraña sensación de que esta historia tiene algo de premonitorio. Hay algo que transmite el libro que parece pertenecerle sólo a ella… También  descubrirá que el mejor  regalo que un libro puede ofrecer es su capacidad para unir a las personas y que éstos, a veces, son el salvoconducto para poder encontrar algo parecido al verdadero amor.

 

 “Los libros son uno de los remedios que te salvan la vida”

Que un libro es la invitación a conocer nuevos e infinitos mundos, es algo que siempre supe. Que un libro te puede ayudar en momentos difíciles o te puede sacar sonrisas en momentos tristes, esa es la magia de los libros.  Este libro lo encontré en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, el título me encantó. Algo parecido al amor es lo que todos buscamos, me parece; y a la portada la sentí muy personal: una chica leyendo en la mesa exterior de un bar en París. En esta novela, París es la ciudad que aman los escritores y también los lectores.

 París, la bohemia, la ciudad donde los sueños se hacen realidad, la ciudad donde uno se puede encontrar consigo mismo y sus pares. Y eso es lo que le pasa a Clémentine. Por  avatares de la vida, hereda un departamento en la ciudad luz, de parte de una tía que no conoció, y desde el momento que se muda, su vida empieza a ser un subidón de diferentes emociones.

Conoce un grupo de gente maravillosa que gusta de disfrutar la vida y cada semana la invitan a sus juegos en medio de un té donde la felicidad se respira en el aire. Su trabajo la llena de dicha, rodeada de libros, qué puede elegir hacer sino ayudar a los que más lo necesitan por medio de la lectura.

La Libroterapia se trata de una terapia pensada especialmente para los niños con diferentes problemáticas que sólo escuchando cuentos pueden salir adelante.

Además, también asoma una historia de amor. Un hombre que la ve en la calle sosteniendo un paraguas un día de viento, no puede evitar convertir a la muchacha desconocida en la musa que necesita para escribir una novela. Una fábula del amor, en París, un libro que rápidamente se convierte en éxito al punto que todo el mundo se pregunta quién es la chica que inspiró tal historia.

 Una novela donde las casualidades no son casualidades y las cosas pasan porque es lo que los personajes estaban esperando.

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