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Hoy leemos a… Griselda Gómez

La poeta cordobesa, oriunda de Villa María, nos regala en esta oportunidad un texto surgido de su yo lector/periodista y, por qué no, viajero, donde reseña el libro «Lucernario Otomí», del mexicano Eddy Rodríguez Escamilla. Precisa y pertinente en cada una de sus palabras para describir emociones, Gómez nos invita así a descubrir un ensayo e investigación exhaustiva acerca de la cultura aborígen Otomí del Valle de Mezquital.

 

 

Apuntes de memoria que iluminan el Valle del Mezquital y la cultura Otomí

 

Eddy Rodríguez Escamilla se propone e invita a reflexionar sobre “la construcción de nuevas formas nacionales de identidad” y lo hace desde la certeza de su propia identidad Otomí, desde su lugar Ixmiquilpan, en el Valle del Mezquital, Estado de Hidalgo.
Debo agregar que es uno de los lugares mágicos que conocí en mis viajes a México y leo como muy relevante que este libro salga luz, con la seguridad que pasado el tiempo dejará su huella alumbrando a las próximas generaciones, por las cuales Rodríguez Escamilla sostiene en su introducción: “Esta es una hora decisiva. O rectificamos el camino por el cual sigue nuestro país o nuestros hijos van a sufrir una crisis catastrófica”, en relación a la compleja realidad social de su nación y en ese contexto el Valle del Mezquital.

Al margen de cualquier análisis de rigor academicista considero que la obra reúne verdaderas crónicas de quien se ha ocupado de remitirse a los antiguos archivos, a los testimonios, sin dejar de recurrir también a las leyendas populares devenidas en narración oral. Preciado trabajo si lo hay el nutrirse de todas esas fuentes para dar cuenta del pasado y
el presente en pos del porvenir. Un acto de coraje el de Rodríguez Escamilla, que no se limita sólo a lo investigado en los documentos, sino que alza su voz en contra lo que fue errático y en contra de las actuales injusticias.
Porque no solamente se remite a un pasado tan remoto que antecede a Cristo, pasando por censos realizados pos conquista, demostrando el sacrificio de los otomíes, para ejemplificar basta comprobarlo cuando construyeron en Ixmiquilpan “el Puente de los Naboríos”, o cuando en el año 1570, también ese lugar del Mezquital, murieron 3.000 indígenas, ahogados y aplastados en los túneles de las minas.
Las crónicas aquí reunidas rinden verdaderos homenajes a la cultura otomí, y ponen en evidencia un enorme acervo desde su milenaria existencia.
El autor vuelve sus ojos a México, a ese Mezquital que tanto guarda de historia como de belleza, rescatando como hecho fundamental la herencia cultural de esa región. Lo hace bien plantado sobre su propia identidad y en la necesidad de visibilizar lo que otros negaron o simplemente mostraron indiferencia.
Ixmiquilpan es para Rodríguez Escamilla más que su lugar de residencia, es donde encuentra los antepasados alumbrando sus saberes, sus obras, sus sacrificios y sobre todo lo que fueron capaces de construir.

Estas crónicas dan cuenta también de los conquistadores y sus descendientes, de los virreyes, de los ricos hacendados que disfrutaban muy bien las vetas de plata en las montañas y las fértiles tierras para sus ganados.
En este libro hay presencias tan fuertes como la del célebre escritor Juan Rulfo, de quien se cuenta su estadía en Ixmiquilpan y se publican fotos inéditas de él en Cardonal, Hidalgo, durante la filmación de El Despojo, en el año 1959.
Esta obra también registra hitos que dejaron profundas marcas en la memoria colectiva, el revolucionario paso del presidente Cárdenas por Ixmiquilpan y su recorrido de kilómetros a pies acompañado por el pueblo;
Otro y más cercano en el tiempo, en 2011, el paso de la caravana del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, allí en la Plaza de Ixmiquilpan el Comandante Marcos oró frente a miles de personas bajo una torrencial lluvia y terribles relámpagos.
Eran miles de otomíes acompañando y celebrando aquel discurso. “Esta marcha de la dignidad indígena por el derecho, por la libertad, por la justicia, por el respeto, por la autonomía, por la tierra que es nuestra madre, pues hasta ahora no tenemos esos sagrados derechos. Todo esto sólo será posible cuando sean reconocidos constitucionalmente los derechos y la cultura indígenas, sostuvo el comandante en Ixmiquilpan.

Este libro de Eddy Rodríguez Escamilla es celebración y promesa, porque el pueblo Otomí y su vasta cultura las tienen merecidas.

 

Sobre la autora

 

Griselda Gómez  (Villa María, 1962).  Reside en Córdoba, República Argentina. Publicó los libros de poemas: Vigías en sombra (1988) Ed. Latinoamericana; Lloviéndome los ojos (1993) Ed. Latinoamericana;  Condenados del vacío (1998) Mónica Figueroa Editora;  Náufragos de palabras (2005) Ediciones del Boulevard; Flores del Bien (2008) Narvaja Editor;

Andalucía Nueva Ignara (2013) Editorial Babel; Mudar el Habla (2014) Narvaja Editor, “Clan/Destinos” (2015)  Narvaja Editor ; “Doy mi des/nombre a México” (2016)  Narvaja Editor.

También es autora de “Abuela Sonia” (de investigación periodística  en coautoría) (2014) Narvaja Editor.

Sus últimos libros fueron declarados de interés por la Legislatura de la Provincia de Córdoba y el Concejo Deliberante de dicha ciudad, así como de diferentes instituciones educativas de Distrito Federal y Estado de Hidalgo (México).

En 2017 fue invitada por el Departamento de la Lingüística y Literatura de la Universidad de Santiago (Chile) a presentar su obra. Poemas y textos de su autoría se publican en antologías, revistas y sitios virtuales del país y del exterior.  Desde 1986 hasta 2007 investigadora en el ámbito de los DD.HH.

Participa en Congresos y Festivales Nacionales e Internacionales sobre poesía y memoria.

Trabajó como periodista en  el diario La Mañana de Córdoba  desde 1997 hasta 2016 (Secciones Cultura, Espectáculos y Política). En proceso de edición poemario bilingüe español – portugués “Vos in/debida voz”, Alción Editora, 2018.

En la actualidad está a cargo de la Subdirección de Letras y Bibliotecas Agencia Córdoba Cultura. Gobierno de la Provincia de Córdoba

 

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