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Gabriel Ábalos y un libro que retrata a la Córdoba de principios del siglo XX

La ciudad de Córdoba en 1904. Ese es el escenario elegido por el periodista y escritor para “Los choques remotos”, libro recientemente editado por el sello Buena Vista que refleja la cotidianeidad de la época desde las voces de distintos personajes.

 

 

 

 

Escribir es parte del oficio y la cotidianeidad de Gabriel Ábalos. Como periodista especializado en cultura se ha desempeñado en varios medios gráficos y, después de tantas crónicas, comentarios, entrevistas y columnas, la creación de una obra literaria tal vez era parte del camino natural.

 

De todas maneras se tomó su tiempo. Tiempo para investigar, tiempo para profundizar, tiempo escribir, tiempo para reescribir y corregir. Tiempo para decidir si valía la pena o no publicar. Y así llegó “Los choques remotos”, editado por el sello local Buena Vista.

 

Tras su presentación oficial del martes pasado -oportunidad en la que Ábalos estuvo acompañado por Cristina Bajo- el autor cuenta a Babilonia Literaria el proceso y entramado de este libro que tiene como escenario a la Córdoba de principios del siglo XX.

 

-¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?

-La idea tiene varios años, en algún momento (hace por lo menos 17 años) anduve trabajando en una novela histórica que prefiguraba formalmente la búsqueda de tratar con varios personajes que se sucedían hasta formar una especie de trama. Algo de eso quedó en “Los choques remotos.

 

– ¿Cuál es el género elegido para contar esta historia y por qué elegiste ese período (principios del Siglo XX)?

– En primer lugar conviene mencionar que no le llamo novela. Ni siquiera nouvelle. No responde a la forma, ni tampoco a la de cuentos. Para evitar la trampa de los géneros, prefiero hablar de narrativa, simplemente. Cada parte del relato se resuelve en una viñeta, unidad mínima y máxima de desarrollo de cada historia, que tienen diferentes extensiones.

En cuanto a aquella novela que mencioné (que nunca terminé) tomaba el período de 1903 a 1906. Para escribir sobre 1904 estuve leyendo mucho material y en particular los diarios que circulaban en aquellos años en Córdoba, tomando elementos sobre todo para situar las historias en un contexto de época. Hay elementos y personajes históricos, pero la mayor parte es ficcional.

 

– ¿Cuáles fueron las mayores dificultades de investigar y plasmar en una obra literaria a esa Córdoba de inicios de 1900?

– La mayor es no haber tenido la experiencia de caminar esas calles, palpar esas vidas. Después naturalmente detalles sobre los usos, costumbres, lenguaje, tecnologías, mentalidad, etc. El relato es más bien breve, siempre estuvo pautada su extensión, desde el principio.

 

– ¿Por dónde pasa la historia o el eje argumental de “Los choques remotos”?

– Pasa por lo que persigue cada uno de sus personajes, no importa qué; lo que importa es aquello que en ese breve momento (una hora de un día) los pone en movimiento, domina su quehacer. Puede no tratarse de nada importante, o sí, según el caso. No hay cierre necesariamente de la situación que viven, el lector se despide de cada uno de ellos a medida que avanza.

 

– Hay una galería de personajes que comparten un espacio común: ¿por qué esa selección de personajes y qué viene a aportar cada uno de ellos en esta historia?

– Traté de cubrir un arco representativo de personajes que describiera la realidad social, la variedad de intereses, de clases, de roles, su circuito de tránsito; que pintara de algún modo la vida cotidiana. El aporte de cada uno es aquello que tiene entre manos en ese momento: sea su pequeño mundo, sus ambiciones, su frustración, sus miedos, su nada, sus aprensiones, sus deseos, su necesidad. En suma, que se los note vivos en el papel.

 

-¿Dónde está el límite entre la ficción y la Historia en “Los choques remotos”?

– La Historia aparece en hechos de fondo, en algunos episodios que realmente ocurrieron ese día, en personajes reales que están distribuidos a lo largo, aquí y allá. Lo ficcional está en la mayoría de los personajes, que fueron apareciendo, siempre dentro de un marco –como ya dije- representativo de la vida social de la época.

 

 

– ¿Cuáles fueron las búsquedas narrativas de “Los choques remotos?

– Hubo varias búsquedas que confluyeron. Por un lado, lo documental en el proceso de reconstrucción; por otro la estructura del trabajo, que ameritaría una charla más larga y prefiero que por el momento no distraiga a los lectores de la obra misma. También la búsqueda del estilo: que lograse convencer de la época, en la escritura, en lo que diríamos lo verosímil de lo narrado; y por último las proporciones de emoción, algunos toques que podrían ser de melodrama, así como de ironía, de humor, de misterio, etc.

 

– ¿Cuál fue el mayor desafío de escribir este texto?

– No sé si lo conseguí, pero tal vez el desafío que incluye a todos fue que se sintiera vivir a los personajes, aun sin que les ocurra nada trascendente, en muchos casos.       

 

–  ¿Cuánto del escritor y cuánto del periodista conviven en estas páginas? 

– Diría que en las páginas está sólo el narrador. Pero en el proceso de búsqueda documental hubo mucha lectura de diarios de la época, una tarea que en general vengo desarrollando hace varios años, y sin duda en esa tarea pesa mucho la mirada profesional propia de 40 años de ejercer el periodismo.

 

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