El receso invernal es siempre una buena oportunidad para conectarse con la lectura placentera, esa que nos permite trasladarnos en el tiempo, disfrutar de relatos atrapantes y sentir en carne propia los avatares y logros de los personajes. Esos condimentos no faltan en «La salvaje de Boston», la nueva novela de Gloria Casañas que nos muestra una faceta tal vez un tanto diferente de la autora. Si bien Casañas no pierde su estilo, aquí se anima a correrse en parte del género histórico-romántico para dar vida a un relato más gótico, con elementos cercanos al suspenso.
Para quienes siguen a la autora vale decir que «La salvaje de Boston» tiene como protagonista a Livia Cañumil, un personaje que ya muchos conocen y que vieron crecer a través de sus libros anteriores. Aquí ella ya no es una niña ni una adolescente, sino una mujer que viaja al exterior con la intención de capacitarse como docente de kindergarten (jardín de infantes) asumiendo las contrariedades que le genera el hecho de ser mestiza.
Con ese recurso como disparador, Casañas se permite hacer un tributo a aquellas clásicas novelas juveniles que por momentos nos recuerdan a los textos de las hermanas Brontë o de Victoria Holt (Eleanor Alice Burford).
Empujada por la necesidad económica, y ya instalada en Boston, Livia decide aceptar el trabajo como institutriz de una niña ciega y sordo muda. Con un padre viudo, una hermanita caprichosa y un pasado familiar escuro y misterioso, la autora desgrana una narración atrapante que está dividida en tres partes. De todas maneras, vale decir que el texto bien podría funcionar como dos nouvelles relacionadas a través de los protagonistas.
En la primera hay desde sesiones de espiritismo, hasta un recorrido por los inicios de la educación de personas con discapacidades, y los primeros acercamientos entre Livia y Jeremías, la pareja central del relato.
La segunda y tercera parte nos ofrecen una temática y un escenario digno de Dickens. Gran parte de la trama está vinculado a un orfanato-reformatorio en el que la maldad y el abuso están a la orden del día. Allí se encuentran, sin dudas, los mejores momentos literarios de «La salvaje de Boston».
Una vez más, Gloria Casañas es efectiva y atrapa al lector en un universo en el que la muerte, la miseria, los cambios en el ámbito educativo, las ideas feministas de la época y el romance pasional entre Jeremías y Livia, van marcando el pulso de una linda novela. Otro personaje inolvidable es Joseph, quien bien merecería un libro aparte.
«La salvaje de Boston», es un título ideal para leer en estas vacaciones.