Escrita por la francesa Aline Kiner (1959/2019) esta novela histórica se ambienta en el París del medioevo y narra, particularmente, lo que ocurre en el beguinaje de esta ciudad. Esta especie de cofradía femenina comunitaria, donde las mujeres tienen libertad de acción, sin pertenecer al clero ni depender de esposos o hermanos. Una excelente historia que se cruza con la vida de Marguerite Porete, beguina quemada en la hoguera por escribir un libro que pone en el centro de la escena el deseo propio.
Soy una confesa y avezada lectora de novelas históricas. He leído muchas desde que comenzó mi gusto por ellas y de autores de todas partes del mundo. Es uno de mis géneros preferidos, porque permite enlazar, cuando están bien construidas, un dato o personaje real –generalmente oculto por la historia oficial-, con un relato de ficción que se va acompasando con el ritmo de la época.
Me gusta muchísimo ese momento en que me cruzo con alguna de este tipo de novelas, ese duda previa sobre si me atrapará más la ficción o los hechos históricos desconocidos. Y confieso que sólo me siento satisfecha cuando el autor o autora escriben de manera equilibrada, y me convencen que aquello que leí sucedió tal cual lo imaginaron.
Cuando tomé en mis manos “La noche de las beguinas”, de Aline Kiner (Francia) y leí la contratapa, el hecho histórico que abordaba me atrapó al instante: una cofradía de mujeres que no eran monjas, pero tampoco esposas, sumergidas en el medioevo francés, consiguiendo trabajar por su propia cuenta sin dar demasiadas explicaciones. Un lugar de tensa libertad porque, cuando a su alrededor las demás mujeres solo podían responder a las directivas de la iglesia o, en su defecto, de sus esposos o padres o hermanos, ellas atraviesan con valentía esos tiempos de inquisidores y reyes, de oscuridad y desconsuelo.
“Enclasificables, inasibles (…) Rezaban, trabajaban, estudiaban, circulaban por la ciudad a su antojo, viajaban y recibían amigos, disponían de sus bienes, podían legarlos a sus hermanas. Independientes y libres. Una libertad que las mujeres no habían conocido hasta entonces y que no conocerían sino muchos siglos más tarde. No todas fueron conscientes de ello. Pero algunas lucharon para conservarla”, cuenta la autora en el prólogo.
¿Quiénes eran estas mujeres? ¿Qué hacían? ¿Cómo podía ser que vivieran reunidas e instituidas en un solo espacio? ¿Cómo no se hicieron mundialmente conocidas?
Inmediatamente me atrapó su lectura, que disfruté hasta la última página, aunque debo aclarar que por momentos peca de ser un libro que se descompensa entre la trama principal (ficcional) y una subtrama (histórica) tan o más sólida que la primera.
Publicado por primera vez en 2017, La noche de las beguinas fue escrito por Aline Kiner, una autora francesa especialista en Edad Media, quien murió en 2019 en París. Antes, otros dos libros habían conseguido repercusión internacional pero no habían sido traducidos al español: “Le jeu du pendu” y “La vie sur le fil”.


Kiner parte del dato que antes mencioné: la existencia del beguinaje en el medioevo francés, un lugar ubicado en el barrio de Les Marais, en el sucio París del año 1300, donde un grupo de mujeres que no son esposas de ni monjas, vive con sus propias reglas siempre con un ojo en la sociedad. Algunas rezan, otras cocinan o cultivan, y otras, las que provienen de familias nobles y son grandes lectoras, enseñan a otras o se especializan en algún estudio, como el cuidado de la salud. Como Ysabel, vieja viuda herborista, figura central del lugar y Ade, conocedora del latín.
A este beguinaje llegará un día, huyendo de un matrimonio impuesto, la joven Maheut. Una pelirroja callada y andrajosa, que busca asilo en el lugar sin dar demasiadas explicaciones, y que encuentra en Ysabel una madrina quien le ofrece una nueva vida mientras no ponga en peligro al resto de las beguinas. La adolescente, de no más de 15 años, no parece ser una amenaza, y quizás –piensan estas mujeres- su pobre familia nunca la busque. Sin embargo, Maheut esconde un secreto que se irá develando con el correr de las páginas. Un secreto que coincidirá –y eso es lo más potente de la novela-, con el linaje de una verdadera beguina: Marguerite Porete, señalada por toda la iglesia de principios del siglo XIV, por haber escrito “El espejo de las almas sencillas”, un libro que abrirá el camino de la literatura femenina en el mundo.
La novela pendulará entre la historia de Maheut dentro del beguinaje junto a Ysabel y Ade, y el devenir de Marguerite cuando el clero inquisidor proyecte lo que pueden generar esas palabras escritas por una mujer que no depende de ningún hombre para tener sus propias ideas. También entre la vida de esta joven y la muerte en la hoguera de Marguerite que data de 1310. Y por último, entre la búsqueda de la joven pelirroja por parte de su familia y un franciscano que –revelándose contra el sistema religioso- busca traducir el único manuscrito de Porete, que quedó a salvo del fuego.
“La noche de las beguinas” nos invita a adentrarnos en las callecitas oscuras y peligrosas del París medieval, con una rigurosidad histórica al extremo, que colma a lectores curiosos de detalles cotidianos.
Para quienes emprendan esta lectura, les aconsejo paciencia ya que si bien la historia entretiene y crece criteriosamente, la carga de investigación histórica precisa de tiempo para procesar tanta información.
Súper recomendada para los curiosos de las novelas que abordan la literatura feminista en otros siglos.