Babilonia Literaria La novela de Cristina Petit plantea una linda fábula que por momentos se ve eclipsada ante el despliegue de historias y personajes secundarios.
«París. Una chica busca a felicidad. Un libro le cambiará la vida»… Con esas frases, el lector imagina que se adentrará en un universo sensible, poético y exquisito. Y lo cierto es que las pretensiones de la autora van en esa línea. De hecho, el personaje femenino de Clementine es sensible; el del escritor está colmado de poesía; y el marco en el que se desarrolla el relato tiene esa exquisitez propia de las calles parisinas.
Sin embargo, la trama narrativa más de una vez se pierde, se bifurca por relatos y personajes secundarios y paralelos que lejos de aportar al eje argumental distraen y nos alejan del leiv motiv de la novela.
La trama es atractiva: la protagonista es un ser lleno de alegría, casi mágico. Con solo verla, un joven autor cree que bien merece ser la protagonista de su próxima novela. Así nace «Fábula en París», su libro. Varias veces se cruzan: él sabe quien es ella, ella en cambio no tiene la menor idea de que se ha transformado en su musa inspiradora y también en una especie de amor platónico.
Bajo esa consigna, la apuesta narrativa también es buena. Relatos paralelos que van sumando elementos para armar la historia central. Sin embargo, las piezas no encajan del todo. Es que por el departamento de Clementine van apareciendo demasiadas criaturas. Aunque pintorescas, éstas corren al lector del foco de interés y por momentos abruman y aburren. Niños con dificultades, padres desbordados, artistas, vecinos adorables…
De hecho la primera parte del libro está concentrada en ellos y su vínculo con Clementine. Si bien esto ayuda a entender la esencia de la protagonista por momentos se torna demasiado extenso y retarda aquello que el lector espera encontrar en estas páginas. Recién en la segunda mitad, emerge ese juego romántico sutil, tierno, delicado al que hace alusión la sinopsis.
«Algo parecido al amor» no es para un lector ansioso. Es un relato al que hay que darle tiempo. Es un relato que invita a entrar en esa dinámica en la que -al igual que ocurre con los protagonistas- el «gran encuentro» se hace esperar.
