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Agustina Bazterrica: "No concibo la vida sin libros"

La escritora, ganadora del Premio Clarín Novela 2017 por «Cadáver exquisito», estará mañana sábado a las 17 en el ciclo «Zona de entrevistas» que se viene desarrollando durante la Feria del Libro y el Conocimiento de Córdoba. Su novela será el disparador para la charla titulada «Relatos salvajes: La distopía como metáfora de la realidad» que se llevará a cabo en el Patio Menor del Cabildo. 

 

 

 

 

 

Afirma que es «un animal lector» que la escritura es «una compulsión»… Así, entre definiciones que trazan su camino de lectora y escritora -algo así como las dos direcciones de una misma avenida- Agustina Bazterrica dialoga con Babilonia Literaria previo a lo que será su charla en la Feria del Libro y el Conocimiento, programada para mañana sábado a las 17 en el Patio Menor del Cabildo. 

 

¿Cómo se genera -en tu proceso creativo- ese ejercicio de observación por el que alguna temática que atraviesa a nuestra sociedad se transforma luego en el disparador de un texto literario?

– Focalizarme en un tema de la realidad de ninguna manera surge de la simple observación. Es probablemente el resultado de varios factores. El primero, sin duda, es el de la lectura activa. Leo todo el tiempo, soy un animal lector. En el acto de leer voy tomando herramientas de lo bueno, puedo descubrir defectos, detectar lo malo, en definitiva, aprender. Esto es fundamental porque no hay nada nuevo bajo el sol. Si uno tiene la idea genial de escribir sobre un señor que un día se convierte en un bicho, bueno…a no ser que uno sea la reencarnación de Kafka y reescriba la historia de manera más genial aún, diría que no tiene sentido desarrollar esa idea. Mientras exista» La metamorfosis» eso ya está dicho pero uno se puede inspirar en la genialidad, en la precisión, en la contundencia de Kafka. Porque aquello que llamamos originalidad es desplegar la propia mirada y es aquí donde aparecen los temas, donde surgen las ideas, donde se unen mis emociones con las experiencias.

En las vivencias mías o de otras personas, es donde la realidad –a veces demoledora- se instala y me interpela. Para responder: hay que escribir, hay que seguir leyendo y hay que darle espacio a la propia voz.

Otro de los factores es que uno se convierte en una antena receptora, que intuye, que huele, que ve más allá. Uno se asoma a las propias experiencias y a las ajenas con una lucidez que podría llamar intuitiva. Me pasó con el cuento “Sonido” que es una historia que vivió una compañera de la facultad, en la UBA. Me la contó, la tomé y la escribí. Años más tarde ella la leyó y se emocionó porque en mi relato yo había captado algo que no estaba en su descripción, cosas que ella no me había dicho, pero me había trasmitido. En mi texto estaba aquello que nunca logró expresar con palabras.

 

 

– Y escribir a partir de todo eso debe ser una tarea minuciosa. 

– Hay algo lúdico y muy seriamente arquitectónico en el hecho de escribir. Para mí un texto es una construcción, un ensamblaje, o sea, es una estructura donde todas la piezas tienen que encajar. Y se trata de eso también, de reconocer qué piezas funcionan y cómo encajarlas. Pero, los elementos no están disponibles en el mismo momento. Surgen, aparecen y los voy seleccionando. Un ejemplo: con el cuento «Rosa bombón». Hace mucho quería escribir sobre un suicidio kitsch, pero no sabía cómo encararlo. Años más tarde leo un texto sobre la “Nueva Figuración” donde los artistas hablaban en contra del Rosa bombón. Y mucho después veo libros de autoayuda en mi biblioteca y ahí surge con fuerza la conexión. Aparece con nitidez la idea de que este cuento -que se llamará Rosa bombón- tendrá como protagonista una mujer que será guiada a suicidarse con los mismos recursos de los libros de autoayuda. Y recién ahí lo pude escribir.

Y otro de los factores fundamentales es la corrección. Corregir, pulir, releer, volver a modificar, volver a leer. Así uno busca crear la mejor obra, aquella que es lo máximo que uno puede producir en ese momento.

 

–  En el caso de “Cadáver exquisito” elegiste la distopía como género… ¿Cuál fue el desafío de contar una historia fuerte y futurista que interpela al lector o la lectora de hoy?

– Es cierto, la obra es una distopía. Sin embargo no elegí la distopía de manera consciente. Tengo que ser honesta. No dije voy a escribir una distopía y comencé a relatar “Cadáver exquisito.” La historia surgió de manera visceral, intuitiva e intenté escribir la mejor novela que podía escribir. Ubiqué a la novela como distópica recién cuando gané el premio Clarín Novela y me preguntaron en qué genero la enmarcaría, pero en ningún momento la pensé así antes. Fue una novela que surgió de manera fluida ya que la historia golpeaba por escribirse. El desafío para mí fue no caer en el folleto aleccionador. Intenté cuidarme muchísimo de no bajar línea porque no me interesan los fanatismos, ni es mi misión en la vida convertir carnívoros en vegetarianos. Sólo me interesaba contar una historia desmedida, para que interpelara al lector, para que no lo dejara indiferente, pero con libertad. Con la posibilidad de una reflexión libre, no guiada. Dejo abierta la posibilidad de confrontar con la novela y considero que forma parte de su atractivo. Por eso es tan polémica.

 

– A la hora de escribir. ¿Hay temáticas actuales que te generan mayor interés que otras? 

– Voy a ser literal con esto de “a la hora de escribir” y te voy a contestar que soy nocturna. O sea, que escribo de tarde-noche. Pero el proceso de escritura es más que el hecho de sentarse a narrar, a redactar. Es para mi algo permanente, porque estoy pensando, porque estoy ensamblando, porque trato de leer todo el tiempo y, como dije, la lectura es una parte del proceso creativo. El pensar, el imaginar, el reaccionar, también.

En cuanto a los temas, podría decir que generalmente mi literatura es de denuncia. Me interesan las temáticas que sirven para transformar, para alertar, concientizar o sobre las que hay que trabajar como el medioambiente, la trata de personas, la violencia de género, la despenalización del aborto, la separación de Iglesia-Estado… En definitiva, las injusticias, los conflictos, la hipocresía, la inequidad, me conmueven. No me resultan indiferentes. Las voy elaborando de manera continua. Tomo partido.

 

– Desde tu rol de escritora, ¿cómo funciona esa relación tan vital y necesaria entre la realidad y la literatura?

– Exactamente, es una relación vital, necesariamente intensa y complementaria. No hay separación. Desde muy chica existe un profundo y total compromiso de mi vida, de mi persona, primero con la lectura y luego con la escritura. Para mí escribir es una vocación, no un hobby. Sin temor a exagerar diría que es una compulsión. No puedo dejar de escribir. Ahora, lo de publicar es otra historia. Tampoco me interesa publicar por publicar, ni figurar en el ambiente literario por figurar. Me apasiona el desafío de superarme a mí misma, de escribir cada vez mejor y que el resto surja como consecuencia de aquello que fluye de mi escritura. Que mis colegas reconozcan ese esfuerzo es muy alentador. Eso si es que se da y si no se da, sigo escribiendo. Siempre escribí. No concibo la vida sin libros y sé por experiencia que si no escribo, o estoy en contacto con mi vocación, me enfermo. Es algo que me pasó. Es algo que me sucede. Por ende, realidad y literatura en mi caso, están completamente entrelazadas. Se alimentan la una de la otra, no existen la una sin la otra.

 

 

Cita con la autora 

 

Agustina Bazterrica cerrará el ciclo «Zona de entrevistas» que se viene desarrollando en el marco de la Feria del Libro y el Conocimiento. La charla -en la que ahondará sobre su novela «Cadáver exquisito» y sobre su actividad literaria en general- se llevará a cabo mañana sábado a las 17 en el Patio Menor del Cabildo. 

Posteriormente, se realizará la intervención «Yo, lector» donde tanto Bazterrica como los artistas cordobeses Cristina Gómez Comini, Alejandro de la O y Lucas Heredia compartirán con el público un espacio de lectura y canciones. 

Entrada libre y gratuita.  

 

 

 

 

Si querés leer la nota que le hicimos hace algunos meses atrás a Agustina Bazterrica por su novela «Cadáver exquisito» ingresá aquí

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