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#ZonaDeEntrevistas: Escribir y narrar para las nuevas infancias

Las autoras Graciela Bialet y Natalia Martínez anticipan en

esta nota el debate que tendrá lugar el próximo sábado en el Domo Participativo. Entre otras cosas hablan de leer en un mundo de pantallas, el acotado espacio de encuentro entre niñxs y libros, y la circulación de los textos en la sociedad.

Del universo editorial que nos rodea, el (sub)rubro dedicado a la “literatura infantil” es el que más ha crecido en las últimas décadas. Gracias al trabajo profundo de autores, ilustradores y editores que han redoblado esfuerzos y dedicación para hacer circular textos y narrativas para las infancias, ya no es raro encontrar en librerías rincones especialmente armados para chicos y chicas, sino que incluso se han multiplicado locales donde sólo hay literatura ATP.

Y aquí no hablamos sólo del fenómeno Harry Potter de los ´90 hasta aquí (aunque por supuesto marcó un antes y un después), sino de cientos de cuentos, novelas, historietas, libros álbum, mini ensayos, biografías, etc etc etc que se imprimen y circulan por escuelas, tiendas, hogares.

Por último, la tendencia no sólo es en Argentina, sino en diferentes lugares del mundo, lo que permite ampliar el análisis, señalando que sin dudas el estímulo comercial/editorial es global.

De esta realidad, entonces, surgen varios interrogantes que tienen que ver no sólo con el consumo real de estos libros, o sea, si el  número que se imprime es el número que se lee, sino también de las características/diversidad de estos textos y los espacios donde circulan.

Para parar la pelota y pensar al respecto, convocamos a Graciela Bialet (Escritora, docente, referente de la LIJ) y Natalia Martínez (tallerista, narradora, escritora) para que nos cuenten sus posturas y experiencias en la Zona de Entrevistas de Babilonia en la Feria del Libro Córdoba 2022. Y a manera de anticipo, les propusimos encender motores con estas preguntas.

-La charla nos convoca para hablar de «nuevas infancias» y la primera pregunta surge a partir de eso. Si tuvieran que describirlas: ¿Cómo son esas nuevas infancias? ¿qué las diferencia de otras «viejas o conocidas”?

Graciela Bialet: Podría decir fácilmente que las infancias actuales son digitales y mediáticas, pero en realidad sigue habiendo dos grupos muy diferenciados (y distanciados): las infancias que tienen acceso a las necesidades básicas y las que NO. Y esa marca es una brecha a reparar, aún.

Natalia Martínez: Cuando me refiero a “nuevas infancias”, las describiría como “nutridísimas”, sin caer en ninguna categorización de si esto es bueno o malo. “Nutridas” de información, de estímulos, de miradas, de crianzas que han acompañado más en general, por ende, hay hoy, niñeces que han tenido más vínculo con sus cuidadores, que han tenido en algunos casos una lactancia más respetada y extendida, y por ende han podido cultivar su confianza, autonomía y autoestima de otras maneras. Hoy entendemos que los niños son personas, sujetos de derechos que “ya son” y no que van a ser un día. Personas a las que acompañamos a conocerse en todo su potencial y animamos a conocer el mundo.  

Comparada con la infancia que yo tuve, en la que no se me permitía opinar, que no se permitían opciones, que me llenaban de actividades extras porque mis mapadres trabajan a tiempo completo. Que no me preguntaban cómo me sentía o qué me gustaba, y que esa falta de voz se daba tanto en la familia como en la escuela, entonces creo que hay una distancia grande ya que hoy las infancias tienen voz. Y pese a todo con todo lo bonito de nuestras infancias quedarse en la añoranza de la infancia que tuvimos, como la calle para jugar o la fantasía enorme que poseíamos por no tener celular, es desconocer que la esencia de la niñez es la misma. Sigue habiendo un descubrimiento del mundo y por ello la inocencia y la curiosidad están intactas. Los mismos miedos a la muerte, los monstruos y la soledad siguen estando en vigencia. Los mismos intereses, armar casitas, esconderse o la pelota subsisten pese a toda nueva tecnología.

Graciela Bialet, autora del clásico "Los sapos de la memoria".

-En función de esto, ¿qué desafíos les planteó a ustedes como escritoras/narradoras/docentes?

G. B. Hallar las palabras para visibilizar esta gran diferencia socio económica cultural y buscar historias que hablen de estos temas.

N.M.: Como tallerista, en el ejercicio de la docencia, el desafío más grande fue dar voz, escucharlos más, mirarlos, como quien intenta aprender algo de aquello a lo que desea acercarse. Como escritora es más orgánico, escribo y dibujo lo que me gusta, a veces son poesías, a veces historias, a veces propuestas de pensamientos e ideas, a veces miedos… y eso convoca a los chicos.

Como narradora siempre le esquivé al cuento que deja mensaje, la fábula y el cuento pedagógico, el cuento que educa. Pero en el fondo aquello que elijo narrar obviamente es algo con lo que acuerdo ideológicamente y la parte del mensaje siempre va dirigida al adulto, no al niño. Me gusta el absurdo, lo escatológico, el caos, la risa, el cuento inventado por todo el público. Narro desde un alterego, una payasa que se llama Tina,  desfachatada, tierna e intensa y filosófica a la vez. Entonces la impro es siempre un desafío. Los niños son el público más brutalmente honesto que viene. Si no tengo la capacidad de cambiar el giro o el curso de una narración viendo lo que el público pide o en lo que vibra o no, tendría que empezar a dedicarme a otra cosa. A La niña Naty de 6 años le hubiera gustado encontrar adultos como yo. Que la trataran diferente, que hubiese habido lugar para tanta curiosidad e inquietud y que no se la cancelara tanto. Y eso es lo que trato de hacer, ser los adultos que me faltaron. El desafío es animarse a escuchar, porque así uno se corre de lo que trae, para dar lo que se necesita.

Naty Martínez es también Tina, la payasa narradora.

– La literatura infantil está estrechamente ligada con la narración. Generalmente nos hacemos lectores porque antes alguien nos contó cuentos.  ¿Creen que se ha modificado esto en los últimos años? ¿Hay menos padres/docentes que narran y por lo tanto menos niños que leen?

G. B. Creo que se leen otras cosas. Hoy la tecnología digital, sobre todo los celulares, han posibilitado más escritura y lectura de sectores que no llegaban a los libros. Sin embargo, la lectura literaria está muy reñida hoy con las series por plataformas. La escuela sigue siendo el lugar privilegiado para reunir a lxs lectores con la literatura.

N.M: Deberíamos quizás redefinir que es un niño que lee. Para mí, un niño que lee es aquel que se permite acercarse a un objeto (libro) como quien se acerca a un juguete. Porque lo convocan sus colores, su diseño, sus dibujos y quizás y en última instancia la historia. Para ello debe tener acceso a libros de una manera libre. Sin catalogación alguna.

Creo que pueden haberle leído alguna vez o nunca. No es eso lo que determina que un niño sea lector. En mi casa nunca nadie me leyó un cuento, pero tenía un abuelo que nos llevaba al campo y entre montes y ramas y cementerios nos contaba historias y nos asustaba y corríamos desesperados… y el susto nos perduraba por muchos inviernos.

En mi opinión matamos o reducimos el niño lector, cuando decimos qué está bien o qué está mal leer. Cuando les pedimos que una y otra vez cambien el final, cuando les decimos que recuerden el nombre de quien lo escribió porque es muuuuy importante, cuando les pedimos que lean “bien” y en voz alta delante de toda una clase.

Uno de mis alumnos que tenía 5 años adoptó un libro y lo puso bajo su brazo, tenía un pincel en la misma mano y bailó, dibujó y merendó con su libro cerca. No sabía de qué se trataba, le pregunté si quería que se lo leyera, me dijo que no hacía falta. Por eso desde mi experiencia digo que al fin y al cabo es eso de lo que se trata.

Pienso siempre que debo hacer del libro un arenero, en el que no sabemos qué puede pasar o en qué se puede transformar, pero sabemos que lo van a pasar bien, y definitivamente les va a costar sacarse del todo la arena de encima.

Cuándo y dónde

La charla «Escribir y narrar para las nuevas infancias» tendrá lugar el próximo sábado a las 17.00 en el Domo Participativo de la Plaza Italia. 

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