babilonia logo

Fumar, soltar y amar… ¿Qué esperar después del duelo?

Tras la exitosa «La gente feliz lee y toma café», Agnés Martin-Lugand publicó la segunda parte de la historia, un camino de pérdidas y nuevas oportunidades titulado «La vida vale la pena, ya verás». 

Un relato conmovedor y sincero sobre las etapas del duelo y la decisión de empezar de nuevo. 

 

 

 

En 2014 Agnés Martin-Lugand editó «La gente feliz lee y toma café», un relato que tenía como protagonista a Diane, una mujer francesa a la que veíamos atravesar -en el primer capítulo- la pérdida de su hija y de su esposo a causa de un accidente. Así comenzaba aquella historia que, unas páginas más adelante, nos enfrentaba a una Diane totalmente alejada del mundo, encerrada en su pequeño departamento, destrozada y vacía. Solo una persona (su amigo Félix) y un lugar (su café literario «La gente…») eran su cable a tierra. Pero, en aquel entonces un viaje por Irlanda la cambia, la transforma, la interpela, le hace sentir cosas que creía muertas en ella. El final de aquella novela presagiaba más, y tal vez por eso es que cuatro años después la autora decidió lanzar su continuación bajo el título «La vida vale la pena, ya verás». 

 

Vale decir que si bien ésta puede funcionar como un texto independiente al anterior, solo quienes hayan leído la primera parte comprenderán el drama interno de Diane y su entrañable vinculación con los personajes irlandeses de Abby, Edward, Judith y Jack. (Sugerencia: leer previamente «La gente feliz lee y toma café»). 

 

Hecha esa aclaración, podemos decir que una vez más Martin-Lugand elige el concepto del viaje y la distancia para ahondar sobre esos peregrinajes dolorosos que debe hacer la protagonista para poder reconstruirse en medio de sus  muertos. 

 

Si bien en esta segunda parte Diane ya ha logrado encontrar su lugar de mujer -una mujer que está dispuesta a volver a amar y que se permite ser amada- hay otra parte que aún sangra en su corazón: la de esa «madre durmiente», la de esa madre que ha quedado sin hija a la cual cuidar. Quizá por eso es que no puede evitar su rechazo a los niños. Quizá por eso es que la cercanía de éstos le hacen perder el equilibro y la llevan a un estado de angustia y malestar insoportable. 

 

En esta nueva etapa, y pese a lo que aún ha quedado sin resolver, siente que su vida está encaminada: su café literario funciona, tiene a su amigo Félix y ha conocido a Olivier, un hombre encantador que la llena de paz y entusiasmo sin pedir nada a cambio. Sin embargo así como las tumbas de sus seres amados la atan a sus heridas, hay otro pasado que late en Irlanda y se le vuelve inevitable. En esa tierra enigmática hay quienes aún esperan por ella. 

Un encuentro inesperado la obliga a retornar, y en ese retorno aparecen sentimientos profundos, desafíos y una encrucijada: ¿es posible dejarlo todo atrás y empezar de nuevo? ¿Nos merecemos la felicidad después de tanto dolor? 

 

Ágil, sincera, profunda, la novela de Agnés Martin-Lugand es una linda historia para atesorar y creer en las nuevas oportunidades. 

 

 

Curiosidades 

 

 

* Cuando Martin Lugand quiso editar «La gente feliz lee y toma café» (su primera novela) no encontró ninguna editorial interesada en su obra. Por esa razón la publicó en Amazon donde rápidamente alcanzó los primeros puestos de venta.

 

* Fue la primera escritora francesa autopublicada en firmar un contrato editorial con un sello como Alfaguara.  

 

* Además de las dos novelas mencionadas («La gente feliz lee y toma café» y «La vida vale la pena, ya verás»), en 2015 publicó «El atelier de los deseos». 

Read Previous

La fiesta del libro vuelve a palpitar en La Rural

Read Next

Las obras literarias lideran el ranking cinematográfico