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"Una madre", mucho más que una madre

Hoy compartimos la reseña sobre esta novela que el escritor catalán, Alejandro Palomas, estuvo presentando hace algunas semanas atrás en la Feria del Libro de Córdoba. 

Un texto profundo, divertido y conmovedor que muestra cuán fuertes pueden ser los lazos familiares. 

 

 

 

 

«Una madre» es mucho más que el relato de una madre. Es el retrato de una familia como cualquier otra: con sus fracasos, sus alegrías, sus miedos, sus pérdidas, sus obsesiones, sus anhelos, sus silencios… En este caso, ese núcleo primario está compuesto por Amalia (la madre en cuestión), Fer (el hijo y narrador de la historia), Silvia y Emma (las hermanas) y otros personajes que funcionan como satélites de éstos. 

 

La novela transcurre entre las horas que separan la Nochevieja del Año Nuevo, pero eso es tan solo el pretexto temporal para construir un texto que no respeta necesariamente la cronología convencional, sino que lleva al lector del pasado al presente de cada uno de los protagonistas. Allí están las verdaderas historias, aquello que se esconde o que se trasluce, aquello que más temprano que tarde emergerá en medio de esa reunión familiar tan esperada por Amalia. 

 

«La vida no siempre es lo que ocurre, sino las secuelas de lo que parece ser» y aquí las secuelas se manifiestan en cada página. Así, descubrimos que ellos han sido víctimas (y por momentos cómplices tal vez) de un padre jugador, estafador y ausente que finalmente decidió irse dejando a su mujer en la ruina. También vemos cómo Amalia, lejos de dejarse abatir por el abandono, ha logrado reconstruirse mostrando una faceta positiva, extravagante y alegre. Fer, en cambio, está buscando encausar su vida luego de que su novio lo abandonara dejándole un perro como única herencia. Silvia también sufre: ella ha debido enterrar a la madre que no pudo ser y construir una faceta más fría, profesional y exigente. Emma es quizá la que más ha logrado reencausar su vida, encontrando una compañera con la que espera un hijo. 

 

A partir de esos retazos Palomas va construyendo una manta narrativa colorida, intensa, espesa… A veces suave, a veces áspera. Todo salpicado de humor. Todo narrado con simpleza y sinceridad. Es de esos textos viscerales en los que es fácil creerle a los personajes… Su arte está en construirlos no solo por lo que dicen sino por lo que callan y ocultan. «¿Por qué será que en esta familia nunca nos decimos las cosas que realmente importan?», se pregunta Fer. Y ése es el recurso que utiliza el autor para dar forma a esa doble narrativa que se estructura entre lo dicho y lo no dicho.

 

El texto tiene la magia de transformar algo cotidiano  en un relato universal y potente. Arranca lágrimas, risas y la fresca ternura de ese vínculo único que pueden construir los hijos con una madre y los hermanos entre sí. En este caso todos ellos son sobrevivientes salvándose unos a otros. 

 

«Habrá que recomponer, que zurcir y recoger cristales, porcelana y piel del suelo. Pero es que eso, en esta familia que somos ahora, es lo que nos une. Ser. Estar. Reconquistar espacios. Convencernos de que los hilos que nos vinculan no son frágiles. Que no es o todo o nada, conmigo o contra mí. Y que somos mucho más que eso, más complejos». Es quizá en esta frase donde se traduce la esencia de «Una madre» libro que abre una trilogía que se completa con «Un perro» y «Un amor». (Aunque los tres títulos se pueden leer de manera independiente, vale la pena ingresar de lleno en ese universo narrativo creado por el autor catalán).

 

 

 

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