En nuestra sección Libros que traspasan el papel hacemos foco en “Ni una palabra”, una miniserie polaca de 6 capítulos basada en la novela de Harlan Coben.
Al parecer el escritor es uno de los favoritos de Netflix ya que hasta el momento se han estrenado varias adaptaciones de sus libros, entre éstas “El inocente”, “Quédate cerca”, “Por siempre jamás” y “Bosque adentro”.


Harlan Coben es un prolífico escritor estadounidense que se ha instalado como uno de los favoritos del policial contemporáneo. Sus historias siempre funcionan como una especie de rompecabezas en donde el pasado –o más bien hechos del pasado no resueltos- llegan para alterar un presente que parece armonioso. Pero no se trata solo de un hecho, sino que habitualmente hay otros episodios, crímenes y personajes que van complejizando la trama original y que terminan en algún punto tocándose unos con otros.
Ese juego narrativo es uno de los grandes atractivos en las obras de este autor que logró generar el interés de una plataforma como Netflix, que lleva ya producidas varias series y miniseries basadas en sus libros, entre estas “El inocente” y “Por siempre jamás” (dos versiones de un mismo título), “Bosque adentro” y “Quédate cerca”.
En esa línea, se estrenó recientemente “Ni una palabra” producción polaca cuya trama argumental transcurre dos años después de “Bosque adentro”, por lo que aparece nuevamente –aunque en esta oportunidad en un rol secundario- el fiscal Paweł Kopiński.
La miniserie no se aleja demasiado de la propuesta narrativa de Coben. La historia transcurre en Varsovia y se centra en la vida de un grupo de adolescentes –y sus familias- que pertenecen a una clase social acomodada.
Estos chicos están golpeados por la muerte (al parecer a causa de una sobredosis) de uno de sus compañeros llamado Igor. Entre los más afectados está Adam, un muchacho que se comporta de manera extraña y retraída. Es por eso que Anna, su madre, decide instalar en su celular un dispositivo para saber qué está ocurriendo realmente. Aunque Michal, esposo de Anna y padre de Adam, no está de acuerdo, ella cree que es la única manera de ayudar a su hijo. Desde entonces se encuentra con extraños mensajes que la ponen en alerta, la llevan a meterse en ciertos suburbios y que desembocan en la desaparición de Adam.
Su búsqueda se transforma en el eje de este relato en el que a su vez aparecen otros crímenes (una mujer muerta, una joven secuestrada, una red que hace recetas falsas y provee de sustancias tóxicas a jóvenes, etc.).
Como es de esperar, todo está de alguna manera relacionado, en el clásico puzzle policial que arma Coben.
Cada personaje tiene algo del pasado (errores, secretos o mentiras) que afecta al presente y que le suma a la trama. Dada su complejidad y buen ritmo, el final es demasiado apresurado y simplista, tal vez uno de los puntos más flojos de la miniserie. De todas maneras mantiene la tensión y es una muy buena opción para quienes disfrutan del género.