En este Mes de la Mujer, compartimos el comentario de esta antología editada por María Folguera y Carmen G. de la Cueva, que reúne textos de escritoras y periodistas como Carme Riera, María Fernanda Ampuero y Marta Sanz, entre otras. Además cada relato está acompañado por una ilustración de Sara Herranz.
“Tranquilas. Historias para ir solas de noche” es un libro de relatos. Pero es también un relevamiento de esas tantas formas de violencia a las que las mujeres estamos sometidas desde pequeñas. Es una denuncia. Es un espacio de intercambio entre quienes nos reconocemos en historias comunes, en incomodidades silenciosas, en flagelos universales. El límite entre lo autobiográfico y lo literario se vuelve casi imperceptible en estas páginas, sin embargo hay algo de lo que no caben dudas: las historias que aquí se cuentan (nos) pasaron realmente.
Las escritoras y periodistas que participan en “Tranquilas”, tenían y tienen inquietudes en común: los femicidios y sus escalofriantes cifras, los delitos sexuales contra las mujeres, los prejuicios y las estructura patriarcales de la sociedad. Todo eso fue contribuyendo en esta sumatoria de escritos que dan cuenta del miedo y la intranquilidad en la que muchas veces vivimos por el simple hecho de pertenecer al sexo femenino.
“Para llegar aquí hemos andado en la noche, tras un sendero de migas de pan…. Llevamos hechos aparentemente ajenos a nuestra vida cotidiana, que han trascendido hasta adquirir una categoría de imaginario popular, de memoria colectiva”, se expone en el prólogo de este libro que reúne las voces de María Fernanda Ampuero, Aixa de la Cruz, Roberta Marrero, Silvia Nanclares, Carme Riera, Nerea Barjola, Jana Leo, Lucía Mbomío, Edurne Portela, Marta Sanz, Sabina Urraca y Gabriela Wiener, bajo la edición de María Folguera y Carmen G. de la Cueva. Además cada relato cuenta con las geniales ilustraciones de Sara Herranz.
En estas páginas, las historias individuales dan cuenta de lo colectivo. El miedo de transitar las calles solas (en especial por aquellas zonas denominadas “peligrosas”), los bares de madrugada, viajar en compañía de un extraño, las puertas cerradas en el despacho de un jefe y otras tantas situaciones, exponen ese agobiante universo que controla, atemoriza y condiciona a la mujer.
“Aún no he logrado decidir si me dejé hacer todo aquello porque pensaba que mi cuerpo valía demasiado o porque pensaba que no valía nada”, dice una de las protagonistas de estos textos que protege con cada centímetro de su ser e integridad un fajo de dinero que su madre le ha encomendado. Un reflejo doloroso de esa absurda abnegación y ese permanente sentimiento de culpa que nos lleva a tolerar lo intolerable.
“… pienso si no estoy cayendo en esa mala costumbre de las mujeres de pasar por alto acontecimientos que nos marcan y que no queremos reconocer como traumáticos”, afirma otra a la hora de indagar sobre los silencios, sobre el ocultamiento no solo hacia el afuera sino también hacia el adentro. Esa extraña manera de callar o dejar pasar lo que deberíamos considerar inadmisible.
Potente e inquietante es “Follación” de Lucía Mbomío. Esa “follación” a la que hace referencia es en realidad una violación. Allí hay una amiga que acepta el encuentro sexual desagradable y violento con un tipo con el que sale ocasionalmente. No lo desea, no quiere estar allí. Lo dice una y otra vez, pero él no escucha. Ella permite que todo pase rápido con la única intención de salir viva. Luego, otra amiga -la narradora- cuenta como una situación normal y simple toma un matiz incómodo y peligroso…. Allí vuelve a aparecer la posibilidad de “follación”, esa palabra edulcorada que esconde la vergüenza, el dolor, el miedo y la vulneración.
Casi sin querer, el efecto de #YoTambién (#MeToo”) que llevó a muchas mujeres a reconocer situaciones abusivas, toma fuerza en estas páginas.
Con mezclas de estilos en los que conviven la buena narrativa con el oficio periodístico, el libro expone reflexiones a partir de una clara y profunda conciencia feminista.
Un muy buen material para sumar como biografía en este Mes de la Mujer.