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Rodrigo de la Serna: "El Farmer tiene una vigencia impresionante"

 

 

En el marco por los festejos de los 90 años del Teatro Real, se presentará en esta sala el próximo fin de semana (sábado 24 y domingo 25 de junio) la obra “El Farmer”, basada en la novela homónima de Andrés Rivera, con las actuaciones de Rodrigo de la Serna y Pompeyo Audivert y dirección de éste último.

“El Farmer” habla de Juan Manuel de Rosas. De aquel político que fue dios y diablo y que después de comandar durante décadas nuestra nación durante el siglo XIX, terminó sus últimos días sólo y en el exilio, sin nada ni nadie que sea testigo de su muerte.

 

De todos los capítulos en la vida de Rosas, Andrés Rivera eligió justamente su epílogo. Si se quiere, el apartado más triste para un político como él, que supo tener la suma del poder público. Pero Rivera plantea en sus páginas al  hombre en su más triste soledad, sin embargo  Audivert desdobló para teatro al personaje, realizando un soliloquio donde Rosas habla con aquel que supo ser y también con otros, amigos, enemigos y adversarios, como una forma de reconstruir su propia historia.

 

«El Farmer” ya pasó por Córdoba hace un par de meses en otra sala, pero esta vez regresa para presentarse en el Teatro Real y es uno de sus protagonistas, Rodrigo de la Serna, quien asegura que será por tanto una visita especial, ya que fue en este lugar donde se vieron por última vez con Andrés Rivera antes de su muerte el pasado 23 de diciembre.

 

“Tenemos muchas ganas de pasar por el Teatro Real, siento que esta obra merece ser presentada allí, porque justamente fue ahí donde nos vimos por última vez con Andrés”, relata Rodrigo del otro lado del teléfono en diálogo con Babilonia, recordando una de las tantas veces que se encontraron con el autor de la obra, al que considera uno de los escritores más importantes del país. “Admiro profundamente a Rivera, nos ha regalado una literatura maravillosa”, señala también el actor, quien apunta que a pesar de haberse visto sólo en algunas ocasiones con el escritor, lograron tener un vínculo especial. “Nos entrevistamos con él en varias oportunidades, nos acercamos, vio la obra y para mí fue un gran orgullo”, señala De la Serna y asegura al tiempo que uno de los recuerdos más gratos fue justamente haber sido testigo -en el Teatro Real- de la emoción de Rivera al ver su obra en escena. “El brillo en su mirada  fue uno de los regalos más grandes”, comenta sin dudar.

 

Según lo cuenta el actor, tuvo con “El Farmer” una especie de encuentro cósmico, ya que llegó a sus manos el libro antes  que la invitación para ser parte de la obra, y en sólo una noche lo leyó por completo. “Fue muy coincidente, muy sincrónico el encuentro con la obra de Rivera”, explica De la Serna quien recuerda que después de haber leído el texto “de casualidad” se cruzó con Pompeyo Audivert y éste le comentó que quería hacer algo con esa novela. 

 

Así, iniciaron juntos el trabajo de puesta en escena de “El Farmer”, tomándose licencia para desdoblar el protagónico, y de un monólogo hacer un diálogo: “Fue una jugada dramatúrgica, una cuña que pudimos meter”, señala.  “La obra plantea la recapitulación final de Rosas en su lecho de muerte, desde Inglaterra, donde padece un exilio de 25 años, donde fue arrojado al olvido, donde está muerto de frío y de hambre,  cansado. Ahí está el  Rosas físico, el hombre  y allí nosotros pusimos la cuña dramatúrgica y quisimos  escindir el viejo decrépito y su doble mitológico, ominosos, potente, viril que manejó el futuro del país durante veinte años. En este diálogo consigo mismo es donde se interlocuta con personajes como Sarmiento, Lavalle y también dialoga consigo mismo”.

 

Para De la Serna, la obra despliega en escena un “estallido actoral” no sólo por la composición del personaje de Pompeyo, logrando un Rosas rodeado por la muerte y el olvido, sino también por el abanico de figuras que aparecen y desaparecen en los 90 minutos que dura la obra. “Lo político e ideológico son algunas de las capas de esta obra,  porque Rosas fue sin dudas uno de los hombres que inaugura la política moderna, pero el texto va más allá porque la prosa de Rivera tiene una metafísica y esto se ve magnificado en escena. Son como  fantasmas que van a visitar a Rosas y es un cuerpo que va más allá de su historia”, apunta orgulloso el actor.

 

Hablar de Rosas es hablar de un personaje por demás polémico en la historia nacional. Odiado y amado por igual medida, su nombre se sigue ligando a una forma de plantear el devenir de nuestra patria que propone bandos y posturas que dividen aguas, escenario que, según De la Serna, continúa hasta el día de hoy. Y por eso, la puesta sigue siendo tan vista. “Estuvimos  un año con la obra en el Teatro General San Martín, otro  de gira y volvimos después de cuatro años porque la gente la quiere seguir viendo. Además nosotros  queremos seguir actuándola y transitando este material que tiene una vigencia impresionante. La obra habla de una realidad nacional actual, de esa famosa grieta que comenzó hace siglos y sigue estando ahora, aunque muchas veces parezca estar en bambalinas”.

 

De la Serna se considera una persona “inquieta”. Y no hace falta avanzar mucho en su trayectoria para entender por qué. Actor de televisión, cine y teatro, además de músico (con su banda El Yotivenco), el actor dice entusiasmarse con muchas cosas, incluso con algunos trajes que todavía no se probó, como por ejemplo, la dirección y la escritura para teatro. Así lo cuenta: “En el caso de El Farmer,  hay algunas partes mías en la adaptación, pero no es algo que piense demasiado. Sí me encantaría dirigir, no descarto hacer dramaturgia, pero no es mi oficio, tendría que trabajar mucho  las necesidades expresivas, porque a  partir de ahí es  que uno crea, pero por ahora no”.

 

Por último, y aunque asegura haber leído “El Farmer” en una sola noche, De la Serna asegura que su “apetito lector va y viene”, y además de historia argentina lee “un poco de todo”. “A veces leo uno o dos libros a la vez, y a veces ninguno. Es que estoy muy ligado a la música y todo no se puede hacer”.  

 

Las funciones son el sábado 24 a las 21 y domingo 25 a las  19.30 y las entradas anticipadas desde $350 se consiguen en el  local de Fiorani Free Shop  (9 de Julio 267),  Autoentrada y Boletería del Teatro (San Jerónimo 66).

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