La escritora cordobesa acaba de editar «Regreso al Paraíso», una novela que ensaya un final diferente para «Bomarzo» de Mujica Lainez y que transita entre lo maravilloso y el realismo mágico.
Ficción dentro de la ficción. Un tributo a “Bomarzo” y a su autor Manuel Mujica Lainez. Una celebración de la imaginación desbordante. Un “Paraíso” vivo y fantasmagórico. Un Duque Orsini que, tras habitar la Tierra durante cinco siglos, solo desea la muerte. Personajes inolvidables que recorren con maestría los laberintos del relato maravilloso. Todo eso forma parte de “Regreso al Paraíso” la nueva novela de la escritora cordobesa Reyna Carranza quien despliega en estas páginas un texto signado por el riesgo y la búsqueda.
Tras su reciente presentación, la autora cuenta a Babilonia Literaria algunos de los aspectos más sobresalientes que inspiraron y dieron forma a este libro audaz e intenso.
– ¿Por qué “Bomarzo” se transformó en la fuente de inspiración de “Regreso al Paraíso”?
– Fue algo fascinante, son tan azarosos e inexplicables los caminos de la creación… Lo primero que debo decir es que yo admiro a Mujica Lainez. Y entre sus obras, las que más me gustan son “Bomarzo y “Misteriosa Buenas Aires”, en especial el cuento “El hambre”. Justamente las dos fueron las fuentes de inspiración para escribir esta novela.
El final de “Bomarzo” siempre me pareció extraordinario, y en este caso yo me apropio del duque Orsini, lo traigo al siglo XXI, lo recreo, me sirvo de él, le invento otra vida en la actualidad pero sin perder su pasado. Respeto mucho su pasado porque me parece apasionante.
– De hecho ese pasado de Orisini en “Bomarzo” tiene una enorme fuerza narrativa que también se replica en esta novela.
– Exactamente. Estando una vez en Cruz Chica, en el museo de la fundación Mujica Lainez, sentí que ése era el lugar ideal para desarrollar una novela. Y desde ese momento empecé a pensar en una galería de personajes entre los que no podía faltar el propio Mujica Lainez. Comencé a jugar con esa atmósfera del pasado, mezclando magia, misterio y así fue saliendo esta novela.
Admito que al principio me pareció una irreverencia, pero bueno siempre se escribe sobre otros libros o personajes de la literatura universal. Entonces, tras liberarme de esa especie de pudor, me largué con la escritura y definitivamente hice mío a Orsini.
– “Regreso al Paraíso” juega un poco con eso de la “literatura dentro de la literatura”, ¿no?
– Sí. Es eso que los críticos, autores o analistas literarios justamente definen como “literatura dentro de la literatura”. Esto me dio letra para escribir una novela que contiene muchas historias que se van entrelazando. Al personaje de Mujica Lainez y a la sombra poderosa de “Bomarzo” los rodeé de personajes de mi propia invención.
Al comienzo yo no tenía idea de lo que estaba escribiendo, tenía solo un principio y un final, pero todo lo que había en el medio había que llenarlo… Sin embargo llegó un momento en el que el texto fue tomando vuelo, vida propia y se me escapó y dejó de pertenecerme. Eso se da cuando la imaginación comienza a despegarnos de todo lo conocido, porque la imaginación se impone, te supera, te domina. Y el texto empieza a pertenecerle a los personajes que son los que finalmente enfrentan situaciones insospechadas e imprevistas.
Llegó un momento en el que yo era la primera sorprendida frente al giro que iba a tomando la novela. Me sumergió en un mundo totalmente nuevo. Me di cuenta que quería contar un mundo donde lo imposible se hace posible.
– ¿La clave para lograrlo estuvo en esa decisión de cambiar el final de “Bomarzo”?
– Claro, porque el final de la obra original es cuando el duque toma el veneno, pero yo ahí le doy un giro y en vez de veneno le hago tomar el elixir de la vida eterna. Entonces traigo al tiempo actual a un personaje de otro siglo convertido en inmortal. Lo rodeo de una realidad palpable. A su vez en esa realidad injerté otra realidad creada por mi imaginación.
– Si tuvieras qué definir el género de esta novela, ¿cuál sería?
– Yo creo que se emparenta con el género maravilloso, además tiene un sesgo bastante interesante sobre lo que es el realismo mágico. Es decir, yo hablo sobre sucesos presentados en la ficción como si realmente hubieran acaecidos y sobre los que no tengo que dar la menor explicación al lector. Yo al lector le digo “esto es lo que hay” y él es quien decidirá aceptarlo o no. Allí está el juego literario, la fantasía.
Siempre digo que “Regreso al Paraíso” se resume en la frase que pronuncia uno de sus protagonistas: “solo fantástico tiene probabilidades de ser verdadero”.
– Que lindo es para un autor sentir, en el proceso de escritura, eso de sorprenderse ante la elaboración de una nueva novela. Creo que eso habla también de que como escritora siempre estás tomando riesgos narrativos.
– Sí, totalmente. Lo primero que yo pensé fue “esto es un desafío para mí”. Y luego “es un riesgo muy grande”. Porque podía salir un engendro terrible. Pero instintivamente o intuitivamente esa capacidad que tenemos quienes escribimos -esa fantasía, imaginación desbordada- me ayudó mucho, porque fui encausando las cosas casi sin darme cuenta.
– ¿Cuál fue la mayor dificultad y/o desafío a la hora de escribir «Regreso al Paraíso»?
– Lo que más me costó, porque me tuve que investigar bastante, fue el contacto de este hombre con los alquimistas. Me tuve que documentar mucho sobre los experimentos que se hacían -sobre todo en la época del Renacimiento-, en eso de buscar el elixir de la vida eterna, la piedra filosofal o la transformación del metal en oro. Todo eso fue un trabajo arduo.
También encontrarle el final fue difícil. Porque este hombre ha vivido 500 años, y se da cuenta de que no da más, que está cansado. Y así como antes anheló la eternidad hoy anhela el consuelo de la muerte. Y ahí el libro cobra una expectativa muy grande.
Eso fue tal vez lo que más me costó: qué final darle.
– Cruz Chica y El Paraíso son más que una decoración en el relato, también cumplen una función dramática en la novela.
– La casa es un personaje más, habitada por fantasmas. El Paraíso se encuentra en un rincón boscoso de las sierras de Córdoba y esa es una mansión mítica, absolutamente mágica. Consideraba que allí tenían que ocurrir hechos misteriosos.
– Y además tiene esa ambientación medio gótica que también está presente en la novela “Bomarzo”.
– Exactamente, hay una relación entre la casa de Mujica Lainez -El Paraíso- y el propio castillo Bomarzo de Italia. Ambas tienen su magia, su historia, su pasado glorioso… La casa me sirvió mucho, me dio letra para esta novela.