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«La casa», de Manuel Mujica Lainez

 

Por Romina Demicheli

 

            La casa de la calle Florida, lacerada por la demolición, busca en el recuerdo su resplandor perdido y nos cuenta su historia, entretejida con las de aquellos que la han habitado y con las voces de los objetos que la pueblan.

            Testigo de amores furtivos y traiciones, sus cimientos se estremecen al revivir el fratricido consumado en el balcón una lejana noche de carnaval, o al recordar las pasiones clandestinas duplicadas en los espejos.

Y así, abandonada por sus moradores ilustres, su cuerpo derruido  acoge, en un último intento por retener la antigua nobleza, a los espectros del Caballero gris y de Tristán, el arlequín adolescente que se va desvaneciendo junto a ella.

 

“Soy vieja, revieja. Tengo sesenta y ocho años. Pronto voy a morir. Me estoy muriendo ya, me están matando día a día…”

 

            Con estas palabras empieza Mujica Lainez su novela y elegí precisamente ésta de toda su obra literiaria, para recomendar a un autor que acompañó mi formación como lectora. En su estilo mágico y excepcional, Manucho tiene la facultad de contar una historia a través de las cosas.

            Se trata, precisamente, de la historia de una casa, contada en primera persona por la casa. Las paredes, las escaleras, balcones, ventanas, puertas, son testigos de las vidas que pasaron por allí y ahora, menos de setenta años después, está a punto de ser derribada para dar lugar al progreso y levantar allí un edificio de oficinas.

            Esta inusual protagonista se queja de la Buenos Aires de mediados del siglo XX, donde se atreven a demoler una vivienda de apenas setenta años por vieja, cuando en Europa los edificios llegan a los doscientos o trescientos años y aún así se las cuida y venera cual monumentos históricos.

            Manuel Mujica Lainez nació en Buenos Aires, el 11 de Septiembre de 1910, en una familia de notables precedentes literarios, como Juan Cruz Varela y Miguel Cané. Es, desde que tengo memoria, o mejor dicho desde que tengo uso de la palabra escrita, mi escritor favorito. Adoro su estilo, adoro la magia que tenía para escribir, el talento para narrar las más asombrosas historias que sólo a través de su pluma llegué a conocer.

            Cuando supe de esta convocatoria a las lectoras de Babilonia literaria para recomendar libros, no lo dudé, tenía que recomendar a Manucho y más aún, «La casa» es una novela para recomendar a todos los lectores, en cualquier época y momento.

            Es la historia de una casa, pero también de sus moradores.

¿Quién podría ponerse a pensar que viviendo en un palacete de fines del siglo XIX, en Buenos Aires, las paredes, escaleras, salones, podrían ser testigos de grandes historias? Las alegrías, los mejores momentos, el glamour, pero también las tristezas, desgracias y padecimientos de sus moradores. La historia oscila desde los años dorados donde la casa estuvo habitada por un respetable senador de la ciudad y la modernidad del siglo XX, donde se planea derribar aquellas antiguas propiedades para dar paso a los modernos rascacielos. 

            Una novela hermosa, maravillosa, para leer una y otra vez, sin importar el paso del tiempo.  Manucho es un escritor que trascendió su época y me fascinó desde que era chica. Ya sean sus cuentos de la misteriosa Buenos Aires, sus novelas, el mágico mundo que escribió en las páginas de Bomarzo, para dar vida al Duque de Bomarzo y su castillo lleno de monstruos.

            Por todo eso y más, no quería dejar pasar esta oportunidad para recomendar a mi escritor favorito.

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