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Novedades editoriales (para chicxs y no tan chicxs)

En la última semana de vacaciones, te dejamos tres libros para niñxs y adolescentes que llegaron o están llegando a las librerías. “La bruja furfuña”, propuesta cordobesa de Ecoval + “Duerme Guagüita”, bellísimo texto para la primera infancia +  “Para convertir las chicas en monstruos”, que aborda desde la poesía la violencia en relaciones adolescentes.

Título: “La bruja furfuña”. Autora: Mabel Petrini. Editorial: Ecoval.

Las historias de brujas que conocemos suelen suceder en lejanos países donde hay pueblos oscuros, con castillos o casas encantadas, bueno en esta oportunidad, este cuento de brujas tendrá lugar acá cerca, en plenas sierras de Córdoba.

Esta es la historia de una niña muy particular, que un día descubre la importancia del amor, y de poder compartir nuestras alegrías y tristezas.

Furfuña es su nombre, o su apodo, porque todos en el pueblo saben que desde que llegó se pasa el día refunfuñando. ¿Y qué es eso? Quejarse y quejarse de todo y por todo. Demás está decir que pocos se le acercan porque, además de malhumorada, siempre está pensando en hacer cosas que están mal.

¿Qué le estará pasando a esa niña por dentro que se porta tan mal? Furfuña no sabe ni quiere saberlo y se entretiene poniendo la traba, escondiendo cosas o ensuciando la escuela recién pintada del lugar. ¡Qué barbaridad! Sin embargo, la seño Norma además de retarla se acercará a Furfuña para preguntarle varias cosas, y así comenzará una hermosa amistad.

Título: “Duerme, guagüita”. Autora: Vilma León. Editor: Laleliloluz.

Pensado para los más chiquitos y sobre todo para aquellos “mapadres” que se pasan horas y horas pensando en cómo conciliar el sueño de sus hijos.  Desde Jujuy llega esta propuesta de la mano de una autora que es, desde niña, pintora e ilustradora y que después de mucho andar volvió a su lugar de origen para hacer crear libros al pie del cerro “La paleta del pintor”, en Maimará.

Una historia tan actual como antigua: después de un largo día, una madre andina regresa con su pequeño al hogar.  El sendero que sube, baja, serpentea. Mientras camina, la naturaleza la ayuda a tejer una canción para acunar a su guagüa, que llena de magia y de intimidad ese andar compartido.

Esta sencilla canción de cuna celebra el vínculo entre madre e hijo y el rol de la madre como aquella que apapacha, abriga, acompaña cantando, acuna. Visibiliza la importancia del rol de los padres en este acompañar a los niños y niñas a conciliar el sueño, su necesidad de que se sientan seguros y relajados para descansar.

Título: Para convertir las chicas en monstruos. Autora: Amanda Lovelace. Editorial: VR.

Pensada para público juvenil, a partir de los 16 años, este libro de poesía pero con un pequeño relato que lo atraviesa de principio a fin, se sumerge en una temática que atraviesa la agenda mundial, pero que pocas veces se encuentra en la narrativa: la violencia de género en relaciones sentimentales adolescentes. 

La historia comienza con una pregunta: ¿Cómo sanar cuando llevas la marca de un monstruo? Y luego reflexiona: “Nadie espera que el amor de su vida un día se convierta en el dragón del cuento. Terminar con una relación abusiva no es nada simple. A veces parece imposible lidiar con la culpa y las heridas. El dolor y la vergüenza. El autoengaño. La negación. Pero está escrito que todo pasa y siempre vuelve a salir el sol. En los versos de Para convertir a las chicas en monstruos se esconde la fuerza para hacerle frente al dolor, para recuperar el valor y animarse a volver amar”.

Vale recordar que su autora, Amanda Lovelace es una poeta norteamericana que se hizo altamente popular por publicar sus escritos en plataformas como Tumblr e Instagram y que en los últimos años llegó a otros países de la mano del papel.

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