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Marina Abulafia: "Es importante un buen teatro para niños"

La directora de teatro infantil estrena «La bella valiente y el príncipe durmiente» el 6 de mayo en Ciudad de las Artes. La obra busca romper, a través del humor, los estereotipos de género construidos socialmente, dejando un mensaje que invita a los niños a reflexionar. 

 

Marina Abulafia dedica gran parte de su vida a encantar a los niños con sus obras de teatro infantil como directora, productora y, a veces, como actriz. El año pasado, ganó el Premio Provinical del Teatro en la categoría «Mejor obra para Niños»con «Pérez Gil, piratas.» “La bella valiente y el príncipe durmiente” es su nuevo espectáculo que estrena el próximo domingo 6 de mayo, a las 16, en el teatro Ciudad de las Artes. 

 

La historia gira en torno a un grupo de actores que deciden llevar a escena “La Bella Durmiente”. La trama utiliza el metalenguaje del teatro dentro del teatro y de la ficción dentro de la ficción, generando momentos graciosos, disparatados, situaciones inesperadas y mucho humor. El elenco lo componen María Belén Raviolo, Mariel Soria, Giorgina Spezia, Caita Barberán, Fabio Miglierini y Santiago Moroni.

 

Bajo la dirección de Marina, este clásico de la literatura – cuento original de los Hermanos Grimm, poco recomendable al público infantil por su oscuridad -, tan conocido por la animación Disney, se reinventa y busca movilizar algunas ideas de roles de género en niños y adultos.

 

A pocos días antes del debut, desde Babilonia hablamos con Marina Abulafia para conocer los detalles de esta colorida obra.

 

– ¿De qué manera la obra «La bella valiente y el príncipe durmiente» busca darle un giro a esa historia que es tan conocida por el público?

– En realidad, cada tanto yo hago cuentos clásicos. Me gusta renovarlos y destrozarlos. Uno tiene romper ese cuento clásico porque queda en el imaginario de la gente.

Esta obra tiene un autor que es Héctor Presa, trabajé varios textos de él en mi carrera, y ésta estaba guardada. Y dije: es el momento para hacerlo. Tuvimos que aggiornarla a los tiempos que corren.

Es muy importante hablar. Las mujeres somos valientes  y no necesitamos que ningún príncipe nos bese para despertarnos, y no necesitamos que ningún príncipe nos venga a rescatar. Ahí está el punto y el foco de la obra para mí. Entonces, ¿cómo rompés un cuento a través del teatro dentro del teatro? Sucede que en la obra misma no hay más actores, entonces el príncipe tiene que hacer un montón de roles y él no quiere, porque él es el “príncipe valiente”.

Un poco viene al choque con lo cultural. Todo el tiempo vamos tirando líneas para que el papá, la mamá, el colegio, lo puedan trabajar. La idea es que de alguna manera se pueda hablar, ellos son mucho más abiertos que nosotros. Los chicos lo toman con naturalidad, están abiertos a todos estos cambios. Somos nosotros los que tenemos que cambiar para poder compartir y convivir con ellos.

 

-¿Cuáles fueron los principales desafíos al momento de trabajar y llevar a escena esta puesta?

– A esta obra la empezamos a ensayar en octubre del año pasado. Se hizo un proceso muy largo, con mucha gente arriba del escenario. Tenemos la asistencia vocal (para la parte de canto), está la coreógrafa y dos asistentes técnicos. No llego a venderlo como un musical, pero es bastante complicado y hay mucha gente involucrada. Hace mucho que no trabajaba así. La última obra fueron dos en escena, la anterior fueron tres. Pero cuando elegís un cuento clásico siempre tenes eso. Ya sabía lo que iba a venir, pero tenía muchas ganas de contar esta historia. Tenemos una estructura muy bien armada y sólida.

Hace más de 30 años que vengo trabajando con eso, manejando grupos numerosos, conteniendo los actores que somos difíciles de alguna manera: somos extraños, somos sensibles… Tenemos todo lo bueno y todo lo malo. Yo amo lo que hago.

 

– «La bella valiente…», ¿cree en un nuevo modelo femenino a seguir?

– Sí. El niño copia el ejemplo. Por más palabras y discursos que haya en la casa, es el ejemplo lo que el niño va a copiar. Creo que por más que haya a una charla es el ejemplo lo que va a mamar. Compartir las tareas en todo sentido y en todas sus formas es lo importante. El discurso va acompañado de las acciones. Es tan natural para ellos los juegos de roles, son los mismos papás y los maestros lo que les dicen “No, no hagas esto”. Son los adultos los que cercenan, hay que cambiar la cabeza del grande, no del niño. Porque hay todavía cosas que se dicen y que se  hacen, queagreden. Lo bueno es poder hablarlo. Ese es un gran paso.

 

-¿Cómo creés que la experiencia del teatro puede tener un impacto positivo en la vida de un niño?

– El impacto viene después, cuando salís del teatro, viene del proceso. La cabeza se acomoda a lo que vio, a lo que escuchó, a las imágenes. Ese es el tiempo que lleva para que al otro día ellos puedan conversar con la maestra, con la abuela, con la madre, de porqué se cambió el título, porqué no hay príncipe.  Que pueda jugarlo dramáticamente.

También nos interesa que a través del teatro el niño asuma todos estos roles y los pueda jugar, porque al jugarlos y pasarlos por el cuerpo es cuando muta, y ahí es donde se puede incorporar este cambio. Tenemos una fundamentación de la obra, cómo tratarla, en la previa y en lo posterior.

Generalmente, en el grupo de trabajo somos docentes. Entonces toda la preparación que le proponemos al jardín o a la escuela va acompañado de un proceso de leer el cuento tradicional, ver las figuritas, etc. para que después hagan la deconstrucción del cuento. Para nosotros es muy importante la deconstrucción y que digan qué fue diferente, por qué  le cambiamos el título, qué les pareció a los chicos. Y esto se puede charlar desde sala de 4.

 

-¿El humor y la música ayudan a los niños a conectarse con la obra?

– Todo esto está contado con humor propio para niños, la repetición, la aparición, y demás. Es un solo varón contra cuatro mujeres, ahí ya hay algo raro. Él se tiene que enfrentar a esas mujeres, y ellas se lo “comen”. Eso ya les va a producir risa, .

 

 

-¿Cuáles cuidados se deben tomar en el momento de crear una obra infantil? Tiene un lenguaje y ritmo especiales?

– El lenguaje tiene que ser claro, la línea dramatúrgica directa. He visto obras en Córdoba hablando de tú. El lenguaje debe ser coloquial, natural, pero también debe ampliar el vocabulario de acuerdo a la edad. El niño se debe preguntar algunas cosas, pero tiene que ser claro. Atravesar un objetivo. El conflicto se tiene que ir desarrollando, no se tiene que resolver en el final. Que el niño vea que hay una composición. No importa la edad del espectador, es la misma seriedad, la misma responsabilidad. Y para mí es mucho más complicado hacer teatro para niños porque tiene que cantar, tiene que bailar, tiene que actuar y romper la cuarta pared para mirar qué está pasando en la platea. Es mucho más difícil porque nosotros los adultos nos quedamos quietos. Por eso, hay que hacerlo con verdad. El niño es uno de los primeros que se da cuenta si estás mintiendo. El signo teatral es una cosa tan importante porque los niños absorben todos los detalles como una esponja… Es tan importante lo que les decimos, lo que está arriba del escenario, que le queda grabado y le puede gustar el teatro o no gustarle nunca más. Por eso es tan importante un buen teatro para niños.    

 

-¿Hay una competencia entre las nuevas tecnologías (en la que están tan inmersos los niños) y el teatro?

– No. Es como si dijéramos que compiten los dibujitos animados con un libro cuando los padres los hacen dormir a la noche. Eso depende de los padres. E ir al teatro también. Lamentablemente el niño no elige ir al teatro, es una decisión del adulto: de los padres, de los docentes, de los abuelos… Cuando les ponemos un libro en las manos o una tablet, también es una decisión del adulto. Yo creo que no compiten, sí en el momentos en el que los padres deciden qué ofrecerle al niño.      

 

– Actuar, dirigir… ¿Cómo es este cambio de roles en tu carrera? 

– En «La bella durmiente rock» (año 2011) hice Maléfica y la amé. El rol fue escrito para mí y me divertí muchísimo. Lo que pasa es que ahora hacemos 3 funciones y ya no puedo dirigir, actuar, producir, vender… Ya no puedo hacer todo. El año pasado estuve haciendo “La maldecida de Fedra” que es una obra para adultos. Ahí de alguna forma me doy el gusto de actuar, vuelvo en julio. Otra cosa totalmente distinta porque no tengo que producirla, entonces ya me libero de algún rol.         

 

 

 

Funciones

 

“La bella valiente y el príncipe durmiente”  estrena este domingo 6 de mayo a las 16 en Ciudad de Las Artes (Concepción Arenal esquina Richieri).

También habrá funciones los domingos 13, 20 y 27 de mayo a las 17 en la misma sala.

La entrada general tiene un costo de $170. Se pueden adquirir anticipadas por Autoentrada o en la boletería del teatro.

 

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