En las últimas semanas la escritora santiagueña (radicada hace mucho tiempo en Córdoba), editó dos nuevos libros: «Brasas» que rescata relatos de infancias y adolescencias vulnerables, y «Mal de muchas» una novela contemporánea y actual que tiene como protagonista a Margarita, una antiheroína.
La infancia y los universos femeninos suelen ser temas recurrentes en las obras de Marcela Alluz. Con una narrativa simple y visceral, sus textos conmueven y movilizan. Nos atraviesan y nunca nos son indiferentes.
Su trabajo en el ámbito de la psicopedagogía le imprime a sus personajes trazos definidos y creíbles sobre su conformación psico-emocional. Por eso es tan fácil creerles, por eso es tan fácil empatizaar con ellos, por eso el lector no juzga sino que solo se deja interpelar por esas historias que pueden encontrarse a la vuelta de la esquina y que sin embargo son intensas y determinantes.
Creadora de títulos como «El dueño del río» o «La otra de mí», Marcela Alluz hace un salto en su carrera literaria, ya que en pocas semanas publicó dos títulos con editoriales nacionales. Por un lado la novela «Mal de muchas» con El Ateneo, y por el otro una serie de relatos reunidos bajo el nombre de «Brasas» con Sudestada.
La escritora dialoga con Babilonia sobre estos nuevos títulos que ya se encuentran a la venta en todas las librerías del país.
– Lanzaste dos libros casi al mismo tiempo: la novela «Mal de muchas» y el de relatos «Brasas». ¿Cómo se dio todo este proceso.
– Dos casualidades de la vida… «Mal de muchas» es una novela que tenía escrita hace unos dos años. Quedó ahí, a la espera de alguna posibilidad. Mientras fui publicando algunos fragmentos en Facebook. Un día me contactó Marcela Luza (de editorial El Ateneo) y me dijo que le gustaban esos textos, y que si tenía una novela o algo para enviarle que se lo mandara. Le conté de «Mal de muchas», se lo envié y le gustó…. Todo se dio muy rápido en menos de una semana. Empezamos a trabajar en septiembre y salió ahora.
– Y «Brasas» se publicó casi al mismo tiempo, un poco antes.
– «Brasas» salió con Sudestada, pero era un libro que ya estaba programado desde a antes. Salieron con dos semanas de diferencia. Yo se lo comenté a la gente de El Ateneo, pero ellos consideran que se trata de libros distintos, con temáticas diferentes, que no se contraponen y que tampoco comparten, necesariamente, un mismo lector.
– Volviendo a «Mal de muchas», ¿dónde te parece que está el potencial de esta historia?
– Creo que viene por el lado de que habla de una antiheroína. La protagonista es una mujer sin ningún atributo convencional. Las cosas no le han salido bien: no ha brillado en su profesión, no tiene hijos, está sin pareja… Es decir: no cumple con ninguna de las pautas sociales preestablecidas. Y a su vez está esa voz de la madre, que es la voz que creo que nos condiciona a la mayoría de las mujeres argentinas. Una voz que nos dice qué es lo que tenemos que hacer.
La historia está situado en el momento político actual. Margarita es una mujer de 40 años que fracasó con su pareja, no tiene a donde ir, tampoco tiene dinero. Y entonces tiene que volver a la casa materna, intentando encajar en ese sitio.
– «Brasas» en cambio tiene otro perfil, pone la mirada en personas vulneradas.
– Sí, son relatos de vida sobre personas vulneradas. Abordo el tema de la niñez, la escolaridad, de los trastornos que tanto se habla en la actualidad. Hablo de la pobreza, del maltrato, de la maternidad,… Todos estos textos parten de una historia real. Abordo el tema de las mujeres, del femicidio, del aborto. Son temas que además se pueden trabajar en los profesorados, en los primeros años de Psicología. La respuesta entre estudiantes ha sido muy buena.
– Son muy reales, pero también fuertes, dolorosos en algunos casos.
– Bueno, a veces me pasa que siento que no puedo volver a leerlos. Me siguen llevando a ese lugar. Me moviliza esa voz quebrada que tienen cada uno de los cuentos.
– Tanto con «Brasas» como con «Mal de muchas», ambos editores te contactaron por tus publicaciones en las redes. ¿Creés que las redes fueron claves para alcanzar tanta visibilidad?
– Sino existieran las redes, a mí no me conocería nadie. No soy de hacer muchas relaciones sociales, no sé dar a conocer lo que hago… En mi caso las redes me sirvieron como ventana, todos mis libros llegaron a ser publicados de esta manera.