Ya estrenaron en distintas plataformas la serie “Cómo agua para chocolate” y la película “Pedro Páramo”. Además, el 11 de diciembre debutará la esperadísima “Cien años de soledad”.
Todas estas producciones están basadas en emblemáticas obras de autores latinoamericanos cuya narrativa está atravesada por el realismo mágico. ¿Se trata de una revitalización del género?
¿Es posible pensar en el realismo mágico sin Latinoamérica? ¿Es posible pensar una narrativa latinoamericana sin ese capítulo grandioso del realismo mágico?
“Pedro Páramo” de Juan Rulfo abrió las puertas para construir un mundo onírico y surrealista atravesado por las violencias, las pasiones, las miserias y las vivencias de una serie de criaturas literarias que giran en torno al controvertido protagonista de esta historia, aquel que al principio del libro se define como «un rencor vivo».
La novela se publicó en 1955 y desde entonces su lectura no ha perdido vigencia. Hay algo de brutal y luminoso en este texto. De hecho el propio García Márquez admitió que fue una fuente de inspiración para que, 12 años después, viera la luz “Cien años de soledad”.
De Comala a Macondo, se fue entretejiendo un estilo y marca narrativa que luego impactaría -entre los años 70, 80 e incluso hasta los inicios de los 90- en muchas autoras y autores, entre ellos Laura Esquivel creadora de “Como agua para chocolate”.
En los últimos años el género se ha resignificado. Tuvo periodos en los que perdió terreno frente a una literatura de realismo más descarnado o experimentó una especie de refreshing al ritmo de problemáticas urbanas y contemporáneas.
Pero el estreno casi en paralelo de tres producciones audiovisuales basadas en obras representativas del realismo mágico, invitan a redescubrir esta fuerza creativa que tiene un modo único de contar y que sin dudas impuso un sello propio en las letras de nuestro continente.
De la cocina a la revolución
Los primeros días de noviembre se estrenó la serie “Como agua para chocolate” en HBO Max. Basada en la novela de Laura Esquivel, el proyecto producido por la actriz Selma Hayek busca tomar distancia de la famosa película de 1993, ya que transita algunas otras líneas argumentativas que en el texto original estan sugeridas pero que en la serie tienen un peso propio.
Hay varios aciertos en la serie. En primer lugar el elenco. La actriz Azul Guaita construye una Tita joven, fresca y sensible, que permite desplegar cierto halo de rebeldía por fuera de esa “mirada que todo lo ve” del personaje de Mamá Elena.
También la Andrea Chaparro da vida a una creíble Gertrudis, que ya no es solo la hermana que envuelta en el fuego externo e interno escapa desnuda a los brazos de un revolucionario, sino que es una mujer valiente que abraza esos ideales y se vuelve un personaje sumamente atractivo para la historia.
De hecho, todo el proceso revolucionario que en la obra y en la película estaban simplemente esbozados, aquí tienen su peso dramático. Hasta el propio Pedro Muzquiz es parte de esa revolución y eso le imprime una dosis de aventura y acción a un relato que si bien se sostiene en ese amor imposible entre Tita y Pedro, transita por otros aspectos de la Historia mexicana.
En la serie el realismo mágico está un poco más contenido que en el libro y el filme original. Es una producción que apuesta más a los sentidos que a los excesos narrativos y visuales.
Quizá los fans de la autora mexicana y de aquel filme que protagonizaron los Lumi Cavazos y Marco Leonardi sientan que la serie se aleja un poco del texto original, pero a decir verdad esta nueva “Como agua de chocolates” es dinámica y funciona muy bien para las nuevas audiencias.
El arte culinario rural y tradicional, va marcando el contenido de cada uno de los capítulos. El dolor, el deseo, la frustración, el amor, son sentires que se mezclan en cada uno de los platos que cocina Tita quien, a causa de una absurda tradición familiar, tiene prohibido casarse ya que debe permanecer soltera para cuidar a su madre en la vejez (y no a cualquier madre sino a una amargada y dominante). Pedro, su enamorado, decide entonces casarse con su hermana Rosaura para permanecer de alguna manera cerca de ella.
Vale destacar que esta nueva serie cuenta con 12 capítulos. Ya hay 4 disponibles en HBO Max, y cada domingo se estrena uno nuevo.
Vamos a comenzar diciendo que Rodrigo Prieto es un director de fotografía que asumió el enorme desafío de ser el realizador de “Pedro Páramo”, siendo esta su ópera prima. Trasladar el lenguaje audiovisual un lenguaje literario tan complejo como el que expone el libro, podría considerarse algo casi imposible. Sumergirse en la lectura de la obra de Rulfo es un viaje de ida, no es una lectura sencilla pero sí fascinante. Y Prieto lo transmite, ya que deja ver algo de eso en este film que si bien por momentos se vuelve lento y se diluye en diversos subtemas y ejes argumentales, logra transmitir la esencia y el universo de Pedro Páramo.
Son las frases del texto original las que potencian este filme que quizás para quienes no leyeron o conocen la obra, puede volverse confuso y por momentos aburrido. Para los que sí transitaron estas páginas, reafirmarán la fuerza de las ideas y frases de ese mundo onírico y bestial creado por Rulfo.
Aquí, paisajes (quizás el perfil de Prieto también se percibe en ese lente que construye el territorio desértico y hostil en el que se convierte Comala) y contextos históricos no son solo un decorado sino elementos fundamentales para darle fuerza a este relato sobre un muchacho que llega a ese pueblo en busca de su padre (o más bien de quién fue su padre) y sobre ese Pedro que ha marcado la vida de todos sus habitantes.
La película, disponible e Netflix desde hace algunas semanas y es un buen homenaje a la novela de Rulfo.
Hace algún tiempo atrás, hicimos en Babilonia una nota donde autores comentaban qué expectativas tenían sobre el estreno de esta serie basada en la genial obra de Gabriel García Márquez (ver la nota aquí ). Entre medio de opiniones encontradas, donde hay dos bandos claramente definidos -los que dicen que es imposible hacer una versión audiovisual digna de la novela, y quienes creen que la producción puede acercar a las nuevas generaciones a la creación del escritor colombiano-, los avances ya nos invitan a sumergirnos en Macondo y en esas criaturas únicas que conforman la familia Buendía y los habitantes de un pueblo en el que pasa de todo (como metáfora viva del continente).
El estreno está programado en Netflix para el 11 de diciembre. Con dirección de Laura Mora y Alex García López, la serie contó con la producción ejecutiva de Rodrigo y Gonzalo, hijos de Gabriel García Márquez.
El elenco está encabezado por Claudio Cataño, Jerónimo Barón, Marco González, Leonardo Soto, Susana Morales, Ella Becerra, Carlos Suárez, Moreno Borja y Santiago Vásquez.
Cabe destacar que “Cien años de soledad” tendrá dos partes de 8 episodios. Faltan unos pocos días para sumergirse en Macondo y el trailer promete. Crecen las expectativas por disfrutar de la versión audiovisual de una de las obras más importantes de la literatura latinoamericana y universal, la misma que le valió el Nobel a Gabriel García Márquez.