Con enorme expectativa, la ficción policial de 13 capítulos debutó el pasado 22 de agosto en la plataforma streaming cine.ar. En una semana alcanzó las 12 mil visualizaciones.
Un producto de gran calidad que vale la pena ver.
En los días previos a su debut se fue instalando, tanto en los medios como en las redes, una enorme curiosidad y expectativa por la serie cordobesa “La Chica que Limpia”.
Rodada en 2015, esta ficción debió atravesar un tiempo de espera e incertidumbre así como un auspicioso recorrido por mercados internacionales. Finalmente el 22 de agosto se estrenó a través de plataforma streaming CINE.AR donde se pueden ver los 13 capítulos.
Dirigida por Lucas Combina, “La Chica que Limpia” es uno de esos productos que, gracias a su calidad, se va instalando a través del método infalible del “de boca en boca”. Así, con solo una semana en cine.ar ya alcanzó las 12 mil visualizaciones.
Los grandes aciertos de “La Chica que Limpia”
-Una trama sólida y atrapante. Con todos los condimentos propios del policial, el guión ahonda sobre problemáticas sociales que se cuelan en los dramas personales de los protagonistas.
Hay un submundo oscuro y sórdido que transita por clubes de mala muerte, burdeles clandestinos y departamentos lóbregos donde se teje un entramado de drogas, prostitución y mafias. Pero, ese submundo tiene una conexión directa con otro mundo, uno de oficinas amplias y luminosas.
Alguien limpia en ambos mundos, una chica llamada Rosa. Pero ella no es una chica cualquiera, sino una chica que sabe y vive casi obsesionada con la limpieza y sus productos. Por eso es perfecta para «ciertos» trabajos. Por eso la policía no logra dar con las pistas. El interrogante flota en el aire: ¿Todo puede limpiarse?
-Personajes de trazos precisos. La creación de buenos personajes es quizá la clave de toda buena historia. Rosa (Antonella Costa) es el andamiaje sobre el que se construye la trama. Los trazos gruesos nos dibujan a una joven que limpia, que no habla, ni pregunta. Sabe de productos y desinfectantes, es obsesiva y perfeccionista. Basta con que se ponga sus auriculares para que, abstraída de todo, deje impecable cualquier sitio. Sin embargo, los trazos finos nos muestran a una Rosa atravesada por una vida de dolor y preocupaciones. Tiene un hijo al que debe preservar de todo germen y que debe hacerse urgentemente un transplante. Necesita dinero y por eso está dispuesta a hacer lo que sea para conseguirlo. Cuenta con la ayuda de su madre (Beatriz Spelzini), una mujer también callada con la que comparte otro gran dolor: una hermana que desapareció en las redes de la trata.
La dupla de detectives -a cargo de los actores cordobeses Martín Rena y Marcelo Arbach- forman ese contrapunto que tan bien le funciona al género: el policía experimentado dispuesto a saltarse ciertas reglas para llegar a la verdad; el policía joven que admira a su jefe pero que respeta las normas y las jerarquías. En ellos, en especial en la criatura que encarna Rena, también hay trazos finos que exponen dramas personales, obsesiones, enfermedades y pérdidas.
Los villanos también son un elemento clave en esta historia. Las construcciones de Pablo Tolosa, Hernán Sevilla, Jorge Monteagudo y Beto Bernuez, instalan esa tensión, crueldad y oscuridad que mantienen al espectador en vilo.
Estos personajes, junto a otros, van construyendo una compleja madeja cuyo enredo y desenredo es atrapante.
-Calidad audiovisual. La estética, los planos, la banda sonora, la imagen y cada uno de los detalles técnicos le aportan a “La Chica que Limpia” enorme calidad audiovisual, apta para competir en un mercado tan competitivo.
Vale destacar que el espectador cordobés disfrutará además de ver en pantalla lugares, actores y edificios que le resultan conocido. Una serie de construcción local pero con una estética y trama universal.
Si todavía no empezaste a ver “La Chica que Limpia”, desde Babilonia te recomendamos que lo hagas pronto. Hay ingresar a CINE.AR , registrarte de manera gratuita y ya tenés un muy buen programa para el fin de semana.