
Jorge Luis Borges. Su nombre está instalado como lo más representativo de la literatura argentina. Más de uno lo habrá estudiado al menos en el secundario y más de uno también, por aquel entonces, no habrá logrado entender la profundidad de sus poemas o la sencilla complejidad de sus cuentos. Pero más tarde o más temprano, Borges es un camino al que todo lector llega maravillado.
Al cumplirse 30 años de su muerte, podríamos hacer en estas páginas tediosas reseñas sobre él o desplegar intelectuales comentarios sobre sus escritos. Pero no. Decidimos enfocarnos en su poesía, aquella que recorre con sutileza las profundidades del alma humana. Y para ello nada mejor que contar con la palabra de dos destacados poetas cordobeses: Griselda Gómez y Leandro Calle.
Ellos hablan sobre Borges.
-¿Cuál creen que es el valor que tiene Jorge Luis Borges en la literatura argentina?

-Leandro Calle: Creo que el valor que tiene Borges en nuestra literatura es aquel que le han reconocido todos los escritores/as contemporáneos a él o que siguieron inmediatamente después de él. Aquello de ser maestro del lenguaje y de haber incorporado “nuestro” lenguaje. Haber salido del párrafo farragoso del estilo español de la época. La economía de lenguaje, la precisión en lo breve. Lo dice mejor todo esto, Carlos Fuentes y Julio Cortázar por citar a algunos.
Por otra parte, creo que Borges, sintetiza a nivel literario (no ciertamente político) al escritor argentino por los temas que elige. Esa mezcla de nacionalismo martinfierrista con inmigración europea, esa vocación de puerto que tiene la Argentina asimilando todo sin dejar de ser ella misma. Es una fina expresión también del alma porteña sobre todo, esa sensación de fracaso canchero, de perdedores que se las saben todas. Esa tristeza inteligente y lúcida. El otro gran valor que tiene Borges entre los tantos que tiene, es que es un escritor auténtico. Es él, es Borges.

-Griselda Gómez: Creo firmemente que Jorge Luis Borges tiene un valor fundamental no sólo para la literatura argentina sino también para la hispanoamericana y si vemos la infinita traducción y estudios sobre su obra estamos en presencia de una literatura universal. Esta es una valoración personal y por lo tanto puede tener aristas subjetivas. Lo cierto es que desde mi más temprana edad, y puntualmente si lo localizo en mis lecturas, coleccionaba recortes de diarios y revistas que iba pegando prolijamente en una carpeta que todavía conservo en mi biblioteca y es para mí un tesoro del tiempo. En esa carpeta guardo un reportaje titulado “Una charla con Borges”, ilustrada por Enrique Mónaco y publicada en La Voz del Interior a fines de 1977. También conservo la cuarta sección del diario La Nación del 23 de agosto de 1981 con la nota principal “Borges en su casa” escrita por Mario Vargas Llosa. Cuando llegó la década del ochenta recorría compra-ventas de libros usados en Córdoba y Buenos Aires y siempre conseguía alguna joya borgeana. Cuando el 14 de junio de 1986 los diarios daban cuenta de su muerte fue un impacto. Cuando cumplí los veinticinco me regalaron sus obras completas. Cuando hace algunos años tuve que hacer una entrevista a su viuda María Kodama, me puse algo nerviosa, pero tenía la certeza de lo que preguntaba.
– Y a la poesía borgeana, ¿cómo la definirían?
-Griselda Gómez: Desde aquel hallazgo en los tiempos primeros la poesía de Borges es para mí una lectura deseada y obligatoria. Un círculo que gira incesante en la belleza de las ruinas, en el amor por los tigres, en los espejos, en los laberintos donde tantas veces nos pierden las metáforas. La poesía de Borges es el ritmo de las milongas y Jacinto Chiclana, es Inglaterra y Escocia y también la más profunda raíz rioplatense. La poesía de Borges toca las veredas y los parques de Buenos Aires con la punta de su bastón blanco, viaja en globo, goza cada tanto de detractores, creció entre los arrabales y las academias, es la que miró todo sin ver. Entre lo infinito y lo breve es un mito al que siempre se regresa.
-Leandro Calle: Se escucha con mucha frecuencia que Borges es mejor cuentista que poeta. Yo creo que Borges es uno de los grandes poetas argentinos. Arraigado en lo clásico, la perfección de sus sonetos es admirable, pero también puede pasarse a la milonga y hacerla brillar como Manzi, o al mismo tiempo el verso libre que cultiva a partir seguramente de Whitman. Poemas como “El amenazado, “Poema conjetural”, los sonetos de “Ajedrez”, etc, son verdaderas obras maestras de la poesía. Es decir, Borges, puede utilizar con maestría todo el arco de la palabra poética. No sé cómo se define eso, no sé si podemos encontrarle una definición a Borges y a su literatura. Es muy argentina, eso quiere decir que es bastante indefinible y es también muy universal. Ese creo es el punto, lograr ser muy particular y muy universal al mismo tiempo.